Difícil es hacer un análisis de una elección a la cual vamos a interpretar realmente quizás en algunos años. La sociedad argentina vuelve a hablar y deja un mensaje contundente en las urnas que apenas puedo llegar a interpretar como “necesitamos una transformación en el sistema político”.  Lo que hay que analizar es ¿qué votó la gente? Si hacemos un análisis desde el costado de la gestión nos encontramos con algunas sorpresas, a nivel nacional vemos como fueron derrotados los oficialismos que vienen desarrollando una gestión formidable, como fue el emblemático caso de San Luís donde Claudio Poggi se impuso al hasta hoy invencible Rodríguez Saa, o como el caso de La Pampa donde la lista de Cambiemos derrota a la lista oficial de Carlos Verna; en provincia de Buenos Aires vemos algunos resultados en ese sentido inexplicables como la derrota de Sergio Massa en San Fernando y en Necochea, dos municipios bastiones del massismo, donde los intendentes llevan adelante una gestión formidable y con una alta valoración social.

Caso contrario se da en Mar Del Plata, donde Arroyo con una muy mala imagen y una muy mala gestión, gana por una amplia diferencia. Entonces, ¿se tomó estrictamente en cuenta la gestión a la hora de votar? Si bien un oficialismo siempre corre con un pie de ventaja, creo que fue un factor que no influyó profundamente como en otras ocasiones y tampoco fue parte del mensaje que los argentinos dieron en las urnas.

Tampoco fue un mensaje en contra del peronismo, porque si bien Cambiemos es el gran ganador a nivel nacional, en la suma de los distintos frentes de bases peronistas, vemos que la mayoría de los argentinos siguen apostando al peronismo como la mejor opción, aunque por hoy el movimiento peronista esté atravesando una fuerte crisis, pero eso es para un análisis aparte de esta elección.

Entiendo que hoy la sociedad está buscando una transformación en el sistema político, no fue un voto a la gestión ni en contra de algún espacio político determinado, fue un voto pensando más bien, en lo que la gente ve como diferente, nuevo y más confiable. Por un lado, con el avance de los medios de comunicación (como lo son las redes sociales), los espacios políticos tienen que esforzarse el doble a la hora de comunicar y llegar a la gente, que no solamente busca ser interpretada en cuanto a sus necesidades más urgentes, sino también, emocionalmente. Y por otro lado el hartazgo de lo tradicional, que por más bueno que sea, la gente necesita renovarse y buscar otras opciones, y este es el mayor desafío para los espacios políticos, el buscar nuevas caras ya no basta, también es necesario hacer un análisis puertas adentro para cambiar los modos de estructurar una fuerza política, el manejo interno y la comunicación de cara a la sociedad.

*Dirigente de La renovadora