No al no en Colombia
Columna de opinión por Diego Civale desde Bogotá Colombia
Era como si Dios hubiera resuelto poner a prueba toda capacidad de asombro, y mantuviera a los habitantes de Macondo en un permanente vaivén entre el alborozo y el desencanto, la duda y la revelación& , Gabriel García Márquez.
¿Qué pasa en Colombia con la paz? Momento #1. La cronología de los hechos de las últimas semanas comienza el día lunes 26 de septiembre en la ciudad de Cartagena cuando el Presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño, alias Timochenko, líder de la guerrilla FARC-EP, firmaron en un acto público y político el Acuerdo de Paz - tras 4 largos años de negociación en La Habana - para poner fin a más de 50 años de conflicto interno entre este grupo armado y el Gobierno.
Momento # 2. Con el Acuerdo de Paz sellado y firmado por ambas partes, los últimos días de Septiembre transcurrieron con mucha expectativa, en medio de pedidos de perdón por parte de la Guerrilla al pueblo colombiano por las inolvidables atrocidades cometidas y con anuncios de nuevos tiempos de reconciliación en el país. En este contexto, el Presidente siguió con su hoja de ruta y lo sometió a un Plebiscito el pasado Domingo 2 de Octubre, para que los ciudadanos le dieran la aprobación o NO a este muy trabajado Tratado de Paz. Finalmente, luego de tanto esfuerzo los votantes dijeron NO al Acuerdo.
Desde aquella noche de domingo un clima de incertidumbre se apoderó de la escena. Los primeros días de Octubre cambiaron el panorama de los días previos a la votación. Con el resultado del plebiscito consumado las voces del NO al Acuerdo, las voces del ¿NO a la Paz?, irrumpieron y se hicieron escuchar fuertemente. ¿Cuál fue uno de los principales motivos por el cual la gente votó en contra del Acuerdo?
El más poderoso argumento de la oposición a lo firmado es que consideran que éste genera Impunidad, ya que los miembros de la Guerrilla se someterán a un Régimen de Justicia Transicional y serán Juzgados por un Tribunal Especial de Paz conformado para la ocasión y, donde inicialmente y con la condición de confesar el destino de los desaparecidos y los crímenes, desminado de las zonas en conflicto, entre otras condiciones no cumplirán las duras penas tradicionales por estos delitos de lesa humanidad cometidos. Esta férrea oposición e indiferencia del 80% del electorado colombiano que no se pronunció en favor de los Acuerdos se sustenta en el descrédito que el Estado y la Guerrilla han cosechado en más de 5 décadas de conflicto y la falta de resultados previos para encontrar antes los caminos de la Paz.
PREMIO NOBEL
Momento # 3. Pero el péndulo no se quedó quieto, ya que el último viernes 6 de Octubre el Presidente JM Santos recibió el Premio Nobel de la Paz, sin tener el Acuerdo ratificado y ante la sorpresa de muchos.
A Santos, su posición de alto funcionario en diferentes gobiernos, le bastó para comprender que hacer más guerra para combatir la guerra, era deshumanizante y cobraba cada vez más víctimas inocentes, mientras que la diversificación del conflicto interno (guerrilla, paramilitares, narcotráfico y ejército) acaba con el bienestar de la población y el progreso del país.
Fue así como desde su propuesta de gobierno para la primera elección presidencial (2010), impulsa en su propuesta de campaña una paz dialogada, articulada a la educación y a la equidad; sentando las bases para iniciar los diálogos de paz con el grupo de las FARC-EP.
Cabe destacar que, los líderes guerrilleros no fueron ni apresados por la fuerza Pública ni derrotados militarmente, por eso es muy meritorio por parte del Presidente de Colombia haber sentado a las FARC en una mesa de negociación y abrir la puerta a que los reclamos políticos y sociales se pueden discutir dentro de los espacios políticos establecidos y que el lugar para la lucha armada formaba parte del pasado.
El nobel de paz, evidentemente es un gran llamado de la Comunidad Internacional al pueblo colombiano, dado el desconcierto que produjo el NO, ya que parece que a muchos se les olvida que llegar a acuerdos con enemigos es mucho más complejo que lograrlo con amigos; y queda demostrado que el diálogo, la reconciliación y el perdón es una tarea demasiado compleja de intentar.
En un contexto histórico en la región marcada por la polarización social y fogoneada por discursos populistas que declaman por la justicia social y a favor de los más necesitados, Santos se la jugó sin rodeos por la causa más importante para su país superar definitivamente el conflicto armado interno que tanto daño genera.
Presidente Santos no se rinda, siga adelante, logre un acuerdo mejorado , contando con una ventaja, la guerrilla de las FARC, esa misma que ante ese NO al plebiscito nos asustaba con emprender de nuevo la guerra, sigue sentada a la Mesa, sigue con voluntad de diálogo, sigue con ganas de ejecutar esta vez. El Acuerdo, y es ese líder, ese Nobel de la Paz, ese que aún muchos siguen sin reconocer, quien los tiene allí sentados. Esperamos pronto esto se resuelva en favor de la Paz, en favor de un nuevo país, con rumbos inciertos, pero que, indudablemente serán mejores, por eso después del Nobel, el clamor es, Acuerdo Ya.