Los datos oficiales sobre Argentina muestran que el producto ya superó los niveles previos a la recesión de 2016 mientras que los indicadores del mercado laboral se encuentran aún por debajo. Con datos a agosto de 2017, se observa que el EMAE –predictor del PBI- se encuentra un 1,4% por encima del nivel de noviembre de 2015 (y apenas un 0,1% por debajo de su máximo histórico en junio de ese año). Sin embargo, el número de asalariados privados se encuentra un 0,3% por debajo (y un 0,5% respecto al máximo de agosto de ese año). Los asalariados públicos se encuentran en su máximo histórico –1,9% por encima de noviembre 2015-. Pero a nivel de ramas los comportamientos son claramente diferenciados: la industria se encuentra un 5% por debajo, Construcción iguala ese nivel y Comercio lo superó en 1,8%.

Esto es, el proceso de generación de empleo ha sido más lento y más heterogéneo que la recuperación económica. Lamentablemente, también ha sido muy débil la recuperación del salario real –deteriorado con devaluación de fin de 2015 y la recesión de 2016-; manteniéndose por debajo de los niveles pre-recesión. ¿Por qué con similar producto no se recuperaron niveles de empleo y salario real?

En primer lugar, la capacidad de una economía para generar empleo depende de los perfiles sectoriales y de los estratos de empresa que impulse la configuración del proceso económico. Es conocido que ciertos sectores generan menos puestos de trabajo por unidad de producto (la agricultura, la minería, las “industrias de proceso”, las finanzas) frente a otros. En segundo, dentro de las diferentes ramas, las empresas más pequeñas, comúnmente, tienen mayor impacto en el empleo. Pero, y aquí la complejidad de la cuestión, los puestos de trabajo de mayor calidad –en función de su capacidad competitiva, mayor presencia sindical e inspecciones, etc.- comúnmente se crean en las empresas más grandes.

CUADRO 2.

Período        T.a.a. PBIpm        T.a.a. Empleo        Elasticidad E/P        T.a.a. Salario Real

1945-1975        3,6%        2,0%        0,55        1,6%

1975-1991        0,6%        1,5%        2,62        -0,9%

1991-2002        1,2%        0,3%        0,27        0,9%

2002-2011        5,7%        2,9%        0,51        2,7%

2011-2015        -0,3%        0,3%        -0,92        -0,5%

Fuente: Actualización de datos de Graña y Kennedy (2008)

Si observamos el Cuadro 2, veremos que los diferentes esquemas de crecimiento –tomados de manera agregada- han generado muy dispar efecto sobre el mercado laboral. Por ejemplo, mientras que durante la Industrialización sustitutiva la Elasticidad Empleo-Producto (EEP) fue importante, durante los años noventa no lo fue tanto.

En este marco, el esquema actual -tipo de cambio real sobrevaluado con mayor apertura comercial y menor dinamismo del mercado interno - permitió recuperar los niveles de producto, pero no tiene la misma capacidad para generar empleo. De mantenerse este esquema se requerirá de un muy fuerte crecimiento económico –cuya sustentabilidad actual está en debate- para lograr mejoras sustanciales en los niveles de empleo y, a su vez, mucha creación de empleo para mejorar los salarios. De ser así, lo más probable es que en los próximos tiempos la EEP se asemeje más a los noventa que los primeros años 2000.

En pocas palabras, la configuración sectorial y por segmento de empresa del actual esquema de crecimiento, sumado a las reformas laborales que quiere impulsar el gobierno y puso en debate mediante borradores, generan un panorama no muy alentador para el mercado de trabajo argentino.

*Dr. en Ciencias Económicas (Investigador Asistente del CONICET en el CEPED/IIE/UBA). Twitter: @JuanMGrana