En las últimas semanas, la seguridad en la Ciudad de Buenos Aires fue objeto de preocupación, especialmente tras una serie de fugas de detenidos que han puesto en jaque la eficacia del sistema penitenciario local. Ante esta situación, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, tomó la decisión de apartar al ministro de Seguridad, Waldo Wolff, de su cargo. 

Esta medida responde a la necesidad de reforzar la seguridad y restaurar la confianza en las instituciones encargadas de velar por el orden público. Como sucesor de Wolff, se propuso al comisario retirado de la Policía Federal y ex jefe de la Policía Metropolitana, Horacio Giménez

Giménez es un conocido en el ámbito de la seguridad, ya que fue designado como jefe de la Policía Metropolitana en 2011 durante la gestión de su primo, Mauricio Macri. Su experiencia en la Policía Federal, donde se retiró con el rango de superintendente de la Dirección General de Seguridad Interior, lo posiciona como una figura con un amplio conocimiento del funcionamiento policial y de las dinámicas de seguridad en la ciudad. 

Ante el aumento de las fugas, el Gobierno porteño tomó medidas inmediatas, movilizando cerca de 500 efectivos policiales que fueron trasladados de áreas no operativas a diversas comisarías de la ciudad. Esta acción busca no solo reforzar la seguridad en las calles, sino también evitar que se repitan incidentes similares en el futuro.

Durante esta semana, se prevé que continúen estos envíos hacia otras seccionales, con el objetivo de mejorar la presencia policial y, por ende, la seguridad ciudadana.