Leandro Desábato: "Me está costando matar la etapa como jugador de fútbol"
El capitán de Estudiantes, quien podría jugar esta noche su último partido en el Pincha, dialogó con Diagonales y recorrió su carrera. A su vez, habló sobre su futuro como técnico
Desde su querida ciudad Cafferata hasta llegar a jugar la final de Mundial de Clubes contra Barcelona con la remera de Estudiantes, pasando por su paso por inferiores de Newell's, su trabajó como camionero, sus odiseas en el ascenso con Olimpo y Quilmes y los logros con el Pincha; Leandro Desábato, se abrió con Diagonales y no dejó temas sin tocar. Habló de Alejandro Sabella -su maestro- , el Cholo Simeone -quien le marcó su carrera como jugador-, y el presente que le toca vivir a Estudiantes.
El defensor, que hoy podría jugar su último partido con la número dos del León, comentó cómo vive este momento y expresó cómo se ve al mando de un equipo. "Tengo claro que me voy adaptar a los jugadores que tenga", confesó.
Te digo Caferatta ¿Qué es lo primero que se te viene la cabeza?
En esa época todo era muy diferente, en ese momento la herramienta era el botín y tenía uno por año, los lustraba, los cuidaba como oro.
Siempre cuando vuelvo a Cafferata, trato de estar con mi papá, con mi mamá, de recorrer las calles del pueblo, amigos y comienzo a recordar anécdotas, donde pase momentos lindos. Pero también me hace ver el esfuerzo y sacrificio que uno hizo durante todos estos años.
Nombraste a tus viejos, Tacha y Lucia, ¿A qué se dedicaban?
-Mi viejo trabajaba de camionero, tuvo una sociedad con mi abuelo de la cual ante yo antes de jugar participaba, porque manejaba y me gustaba mucho. Me acuerdo de que mi abuelo antes de probarme en Estudiantes, me había puesto su camión a mi nombre el trabajo es a media y yo le dije: “Me voy a probar a Estudiantes, sino quedó aceptó la propuesta”. Pero mi viejo no quería que yo siga lo mismo que él porque es un trabajo donde estas afuera mucho tiempo de tu casa, él a las fiestas nunca la pasaba en casa, se iba a laburar al sur. Desde los cinco años hasta trece nunca pase un fin de año nuevo con mi papá.
Mi vieja fue ama de casa y se encargó de criarnos a nosotros tres, yo soy el de medio. Renegaba todo el día, éramos tres varones, andábamos todo el día sucio en el pueblo, nos gustaba jugar al fútbol, estábamos todo el día pateando en el fondo de mi casa rompiendo vidrios, la verdad que la volvíamos loca. Ella era de las madres de antes, cocinaba, nos tejía el pulóver, limpiaba la casa, hacía todo.
Hoy eso lo valoro mucho y cada vez que mi vieja se vuelve loca con la situación de país y que no alcanza la plata, yo le digo pobre éramos nosotros antes, que dormíamos los tres en una pieza, nos compraban un par de zapatos en el año, unas zapatillas, y un pantalón de gimnasia que me tenía que durar todo el año, si me lo rompían le poníamos parche. Ahora tenemos todo y se quedó pensando.
¿Cómo era tu vida en tu club, Cafferatense?
-Es un club donde la cancha quedaba tres cuadras de mi casa y yo estaba todo el día en la cancha jugando a la pelota y en el verano iba a la colonia de vacaciones. Me la pasaba ahí y encima el tío que yo más quería, que se llamaba Juan, era el conserje de ese club.
Caferretanse respira fútbol, porque han salido muchos jugadores, en su momento Osvaldo Cachula Márquez que se retiró en ahí, Leandro Madelón, Jorge Priotti. Yo siempre dije que iba a ir a jugar y es una buena excusa para estar con mis viejos y en un lugar que quiero mucho. Así que mis amigos un poco me están esperando, y yo le digo que no soy la solución, porque juego de defensor jaja.
Más allá que tenía trabajo de tu abuelo, aparece Estudiantes ya con 17 años ¿Cómo se dio la prueba?
-Yo estaba jugando en la primera de Cafferatense y el Grigo Pirotti que estaba jugando en Estudiantes me consigue una prueba. Yo llego a Estudiantes con 17 años y quedé, sabiendo que no podía pifiar y tenía que aprovechar la última posibilidad, por eso desde ese momento me puse en la cabeza que me iba a dedicar de lleno.
Pero vine con mucho temor, por llegar a una gran ciudad y yo era muy pueblerino. En esa época era totalmente distinto a lo que es hoy, me tenía que tomar tres colectivos para llegar a mi pueblo. Estaba desesperado esperando para que llegue el día del padre, de la madre o las elecciones porque teníamos libre para irnos.
Arranqué jugando en quinta, era fuerte tenía todo el físico de pueblo, mas carretón aunque a veces sigo siendo (risas).
Llegas y al poco tiempo jugas en primera ¿Cómo se dio?
-Me acuerdo de que el segundo partido en quinta me expulsa, me voy al pueblo, vuelvo a jugar y me echan otra vez. Me fui otra vez y mi viejo me dice “vos te haces echar para venirte acá y yo le explicaba que no jaja”. La verdad que era un poco de las dos cosas.
Después de la queja de mi papá, juego en la cancha de 1 y 57 con línea de tres y lo hice de stopper con izquierda. En una jugada me dice uno del tejido: “Chueca, no te hagas echar más” yo me doy vuelta y caliente le respondo mal. Resulta que era el Negro Agüero, el técnico de Reserva y estaba con el Profe Córdoba, que dirigía la primera.
A la otra semana me suben y empiezo a entrenar con la primera y justo me tocó que Ricardo Rojas se había ido a la Selección de Paraguay, Leo Ramos a la de Uruguay y me toca estar citado con Unión. Debuta Leandro Testa de titular y yo voy al banco y entré los últimos diez unos minutos.
La verdad que muy lindo, pero después cometí un error.
¿Qué pasó?
-Me voy al pueblo y tumbé un auto. Nunca le dije a nadie, no me animaba a decirle a nadie, porque iban a decir que estaba de joda. Regresé con la espalda toda golpeada y realmente me dolía todo, no podía respirar. Yo seguía entrenando obviamente mal y un día el Profe me dijo “si seguís así, te vas para abajo” y así fue. Otra vez a Cuarta División, después me suben a un grupo especial y jugaba en primera.
Estuve cuatro años sin continuidad hasta que aparece un llamado de Gustavo Alfaro para jugar en Olimpo ¿Dudaste en ir?
-Después del accidente estuve estaba mal, porque haber jugado en primera e integrado el plantel y que te bajen fue horrible. Aparte Estudiantes en esa época no es el club que es hoy, no era lo mismo el Country, la pensión no era la mejor, a veces pasábamos hambre y me costaba. Pero luego me logró consolidar en Reserva y llegó el llamado de Alfaro.
La verdad que no quería ir, porque en ese momento Olimpo no era conocido recién ascendía,y estaba 15 puntos debajo de todo, yéndose al Argentino A y yo no conocía mucho. Porque la B no era como hoy que se ve todo y tenía miedo.
Hice dos o tres llamadas, consulté con gente del fútbol, y me daban su punto de vista. Y todos me decían: “Siempre la decisión es tuya y donde vayas tenes que estar convencido” y eso me quedó siempre grabado. Fui convencido, jugué, ascendimos y empezó mi carrera. Pero después tuve que estar seis meses parado.
¿Qué hiciste esos meses sin jugar? ¿Estuviste a punto de dejar el fútbol?
-Si, quise dejar. Me instalé en Cafferata nuevamente y estaba mal. Lo ayudaba a mi viejo y entrenaba solo, salía a correr. Pero estaba todo el día comiendo asado, me acostaba tarde. Hacía vida de pueblo, vivía de peña en peña. Por eso lo llamé a Julio Alegre, que estaba como presidente y le dije que me mande el pase porque quería quedarme en mi ciudad y jugar en clubes cercanos y me dijo: “Estás loco, volvé”.
Volví al club, hice una gira para Alemania, pero estaba mal físicamente, anduve mal y otra vez apareció Alfaro para llevarme a Quilmes, donde me dijo: “Conseguir un ascenso con Olimpo puede ser casualidad, con Quilmes no”. Llegué a un equipo que se le venía negando el ascenso y tenía un karma con las finales anteriores perdidas. En ese momento estaba Agustín (Alayes), había ido con el Chino (Benítez), para jugar el Nacional B y ascendimos. Luego en primera juego los dos primeros partidos con Chicago que ganamos y juego en cancha de Newell´s que me echan, y comenzaron a jugar el Flaco y Juan Manuel Herbella y ahí quedan ellos.
Al otro año vuelvo a Estudiantes y Alfaro me llama y me dice “vení que te necesito, vas a jugar” y yo le digo no que me vas a necesitar si el año pasado me mandabas al banco, no voy sos un mentiroso. Finalmente terminé jugando, me afiancé en primera y jugué copas internacionales.
¿Qué significa Alfaro en tu carrera?
-En ese momento Alfaro recién arrancaba, tenía 34 años, comenzamos juntos si se puede decir. Un día le dije donde me había visto y me dijo que me había visto un partido en Reserva contra Belgrano y al otro año jugaste contra Belgrano en primera en cancha de uno, tenía razón.
Con él comencé, tengo una buena relación, lo respeto y me enseñó mucho. Siempre me dijo te tendría que haber llevado a vos a San Lorenzo. Cuando jugué contra Gimnasia yo fui y lo abracé mas allá de lo que pueda pensar la gente.
Más allá de los logros te tocó con la remera del Cervecero, tuviste una amenaza de la barra ¿Fue uno de los peores momentos de tu carrera?
-Son temas delicados, no sé ni cómo contarlo. Ellos querían que le demos plata y yo le dije que plata no le daba, si les podía dar en algún viaje una camiseta para que sorteen para juntar dinero, no tenía problema. Pero efectivo no le daba.
Yo me planté mal adelante del grupo y me vendieron que era yo el cabecilla que no quería darle la plata. Al otro día me fueron a buscar, estaba Alfaro, me apretaron, le digo que plata no, ellos sabían hasta lo que yo cobraba. Yo siempre mantuve mi postura y les dije que mi viejo no tenía trabajo y yo hacía seis meses que no jugaba
Fue tenso, tal es así que a la otra semana van y me tiran unos tiros en la puerta de edificio al aire. Por suerte el tiempo pone siempre todo en su lugar y después me vinieron a pedir disculpas porque habíamos conseguido el ascenso. Yo siempre digo lo mismo, a mi júzguenme por lo que hago dentro de la cancha.
Luego de afianzarte en Quilmes y pasar un año por Argentinos Juniors, volves a Estudiantes que venía de ser campeón, para no irte más ¿Cuándo importó el Cholo Simeone?
-Me encontré y me marcó para siempre. Fue un técnico que me cambió a mi como jugador, me la manera de pensar el fútbol y de vivirlo. Aprendí cosas que no conocía, conceptos que nunca lo había escuchado y cuando arrancó fue un adelantado en lo que ahora hacen todos. Yo desde ahí me consideré otro jugador, fui mejorando desde el aspecto físico en los entrenamientos, en la alimentación y me volví un obsesivo del fútbol.
A su vez me dio una enseñanza, en ese momento me sirvió para lo que me va a venir el día de mañana. Cuando llegué me quería ir porque pensaba que no tenía lugar y Alfaro me estaba llamando para irme Arsenal y él me dijo “Va a jugar el que mejor este”.
Yo no le seguía insistiendo, estaban Seba Domínguez y el Flaco Alayes, y yo pensaba no iba a jugar, Pero me dijo” no te vas”, y yo le seguía diciendo insistiendo hasta que Nelsón Vivas, quien era su ayudante, se enoja se enoja y me dice “ vos te quedas acá porque sos jugador del club y si nosotros te queremos un minutos, te usamos un minuto y si no te queremos usar, no te usamos”.
Desde ese día no dije más nada, entrené como nunca me dieron la posibilidad de jugar de titular. Lo sacó al flaco Alayes, que había sido muy importante en el 2006 y lo termina sacando para ponerme a mí. Esa acción me marcó para siempre.
Con la llegada de Sabella, arrancan los títulos, ¿Qué produjo Alejandro en ustedes?
-Yo creo que Alejandro, aparte de ser una persona que ve muy bien el fútbol, humanamente es un diez. Tuvo la capacidad de sacarle lo mejor a cada jugador y la vez potenciarnos en el día a día, enseñándonos. Se juntaron las cosas de él y un buen equipo, teníamos al mejor de todos que era Sebastián (Verón), que estaba bien rodeado por el Chapu (Braña) y Enzo Pérez, un buen arquero, una defensa firma y una delantera con la Boselli y la Gata (Fernández) que anotaban siempre.
Todos dieron los mejor y pusieron a disposición del equipo, más la conducción de un maestro como es Alejandro que conocía el club y era de decir las palabras justas llegamos a ganar la Copa y el Torneo.
¿Ese equipo se daba cuenta que iba a ser campeón? ¿Hoy te das cuenta lo que han logrado?
-No sé si nos íbamos a dar cuenta de que íbamos hacer campeón, porque es difícil. Pero sabíamos que éramos ganadores y a la cancha que nosotros íbamos, sea cual fuese íbamos convencido que íbamos a ganar. Teníamos nuestras armas, no eran muchas, pero eran lo suficientes para un equipo que era ganador.
Realmente uno se va dando cuenta cuando pasan los partidos o ven los equipos que se arman para jugar en la Copa Libertadores, y no pueden pasar de fase a veces, entonces ve que lo que logramos es difícil y quedamos en la historia. Ojalá en Estudiantes, no pase tanto tiempo como paso para que sea la cuarta, que en algún momento venga la quinta y no sea muy lejano. Pasan los años y empezar a ver con más claridad lo que logramos ahora, en ese momento es imposible porque todo va tan rápido que si no lo ganar, te frustras y a veces no da tiempo de parar la pelota y pensar.
Ni hablar el Mundial de clubes, lo cerquita que estuvimos, porque estuvimos a nada de poder traer esa Copa que hubiese sido mucho más importante.
¿De qué manera fueron pasando los meses antes de jugar ante Barcelona?
-Al principio fue todo fue un poco de alegría, miedo, incertidumbre, nos pasaban muchas cosas en la concentración en Dubái. Todos te decían el Barcelona lega con cinco títulos, y va por el Mundial de Clubes, todos nos decíamos va a ganar el sexto también era un equipazo.
Me acuerdo de que Chapu me decía: “Nos vamos a comer un baile bárbaro” o “No juega Iniesta, menos mal, ese es un crack. Yo no miraba en ese momento mucho las ligas europeas y culpa de él me empecé a preocupar. Yo los conocía, pero no era un enfermo de ver el fútbol internacional como lo era él.Ya faltando tres días empezamos a decir, “vamos a jugar fuerte”, buscábamos algo para motivarnos jaja.
Pero ese partido, Alejandro lo había pensado mucho antes, lo habíamos trabajado en partidos locales acá ante de ir allá. Nos faltaron una cuota más de suerte, tuvimos la primera que ni bien empezó el encuentro, ellos erran un gol adentro del área, la más clara de ellos en el primer tiempo, que si no hacían ese gol podía ser peor. Pero después hace el gol Boselli y nos faltó poder aguantar el último minuto.
Igualmente, siempre estuvo bien planteado y estábamos tranquilo mientras jugábamos el partido, sacando los últimos diez minutos que se venían por todos lados, fue muy trabajado, muy táctico, pero estábamos preparado para trabajar ese partido y correr sin pelota.
¿Cuántas veces miraste el gol del Barcelona y la jugada en la cual casi le das el empate?
Lo vi una vez en las vacaciones en Cafferata y justo estaba solo, lo pasaron por Fox y me quedé mirándolo. La jugada puntual del cabezazo la vi dos veces y no la vi más, pero se me viene muy seguido a la cabeza como no hice ese gol, es una de las cosas que más me lamento.
¿La salida de Sabella fue una de las cosas que más te dolió en tu carrera?
Si, porque quizás cuando esta, uno no se da cuenta, como todo en la vida y cuando no estas reflexionas. Dolió por todo lo que se dijo, a veces los periodistas generan cosas que te hacen pasar malos momentos y no son ciertas, porque él no se fue por lo jugadores como se dijo. Cuando Alejandro me convocó para la Selección, hice callar a muchos porque ellos decían y yo creo que el técnico si piensa que sos de una manera no te va a llevar a la selección, más a mí que no soy un diferente.
Dijiste Selección ¿Cómo viviste ese momento? ¿Lo tomaste como un premio?
Alejandro se el jugó por mí, porque decían que me llevó porque era de Estudiantes y esa fue la tranquilidad más grande que yo tuve, después del partido, que me tocó jugar el partido en Colombia donde la Selección no pasaba un buen momento y estar a la altura. Por eso hoy estoy tranquilo, porque cumpí.
Fue un premio al esfuerzo. Yo a veces digo que un jugador de fútbol es un todo, pero no solamente todo lo que hace adentro de la cancha es importante, hay muchas cosas secundarias que no se ven son muy importantes, por ejemplo, para un grupo, para un vestuario, para levantar a un compañero cuando este caído.
Yo siempre trató de inculcarle a los chicos cuando no los ponen, que deben trabajar y trabajar para ellos, porque cuando les toque tenes que estar preparado y si no te toca acá, el técnico que está acá va a recomendar para que vayas a otro lugar.
Analizando en el presente ¿Cuesta recuperarse de la salida de Sabella en Estudiantes?
Yo creo que la salida de Alejandro puso la vara muy alta y era difícil de mantener, pero solo acá en la Selección también. Fíjate como son las cosas, que viene Eduardo Berizzo, queda afuera de la Copa Libertadores por penales en Octavos de Final y en el torneo local había echo 27 puntos en un torneo de 19 fechas, se va y demuestra en Europa lo que es. Lo mismo para Mauricio Pellegrino, que termina entrando a la Copa Libertadores, se venden muchos jugadores por mucha plata y se tiene que ir por bajos rendimientos. Nelson Vivas termina tercero, entra a la al torneo y se tiene que ir; Gabriel Milito hace el 73% de los puntos y se tiene que ir.
Todos los que ten nombré, anduvieron bien después de Alejandro y se fueron de acá demostraron lo que son
Por eso, todos los técnicos que fueron pasando por Estudiantes, encontraron todo de esa manera. Un poco la exigencia de los jugadores, otro poco por la gente, que me gusta que sea así, pero eso confunde porque si no sos campeón no servís o te tenes que ir. Eso es lo que a uno no le termina de cerrar.
Entonces si te pones a pensar que está bien y que está mal, ves que en estos último cuatro o cinco años, sacando este año que vino torcido de entrada, terminamos entre los ultimo 4 o 5 equipos del fútbol argentino, que nos permitió jugar tres Libertadores y tres Sudamericanas, pero no salimos campeones te dicen.
A veces hay que frenar la pelota y tenes que ver la situación y los momentos, porque es difícil sostener un Correa, un Carrillo, un Ascacibar, porque si vos los podes bancar no tengo ninguna duda que vas a salir campeón.
Un ejemplo claro es el último año, a nosotros se nos fue en un año un equipo titular porque se necesitaba la plata. Hoy entras al club y es impresionante lo que ha crecido Estudiantes, en lo institucional y deportivo estos últimos años. Es del lado que vos la quieras ver y contar.
A mi estáscosas me casan, es un poco lo que me está pasando el último año, yo soy uno de los más grandes, el capitán, estoy en el club donde quiero y me gusta estar, donde cuando pierdo me siento frustrado y cuando ganó me siento el tipo más feliz.
En este último semestre si vos ves y analizas hay muchos partidos que no merecimos perder, entonces llegas a la conclusión que a lo mejor no me alcanza. Ahí es cuando un piensa que no nos da, tenemos que tener la grandeza para decir no nos da como equipo, nos falta un poco más, porque lo damos todo, pero la pelota no entra, nos cuesta ganar un partido y nos llegan y nos hacen un gol.
Con estas cosas te entras a frustrar, son muchos años esfuerzos que uno como es el más grande tiene que estar siempre positivo, de levantar a los pibes y en la arenga decirle las cosas positivas. Eso es lo que te hace pensar ya esta y te imaginas que es el momento de dejar, me viene sucediendo bastante seguido.
Ya con 39 años, dijiste contra Nacional puede ser tu último partido ¿Se termina o hay Desábato por más seis meses más?
Si lo dije es porque realmente lo siento que puede ser el final. Aunque pensé que iba a ser fácil, se me está haciendo muy difícil y lo habló con mi psicoanalista a veces la cabeza se me cansa pero yo físicamente me siento bien y entreno bien. Es un problema más de cabeza que otra cosa y me hacen dudar muchos compañeros, ex compañeros o gente que está en el club que me dicen como vas a dejar y eso me hace replantear algunas cosas.
Todavía no hablé con ningún dirigente para extender mi contrato o con un técnico para ver el proyecto que hay para ver si estoy dentro del proyecto o no, se le puedo ser útil al grupo o no. Ha muchas cosas que charlar
Por ahora pienso en Nacional, cumplir un objetivo y después tendré que tener una charla para ver cómo se va a dar todo. Pero puede ser mi último partido tranquilamente.
Se habla mucho de tu futuro ¿Qué clase de técnico sería el Chavo Desábato?
Tuve muchos técnicos y bueno. Lo que veo hoy es que muchos copian y pegan y dicen yo juego y entreno como el Barcelona, como Guardiola, pero no lo haces, lo estas copiando, porque no tenes las herramientas para hacerlo que son las canchas, las técnicas de los jugadores y estamos en una sociedad donde muy pocos pueden jugar como el Barcelona. Aparte en Europa se vive diferente el fútbol, acá te exigen más.
Cuando me replanteo eso, lo hablo con mis compañeros que me dicen ¿Cómo va hacer tu equipo? Les respondo no sé puedo tener alternativas, pero no se los jugadores que voy a tener, no creo que puedas jugar las misma manera en todos los clubes, porque no todos los equipos tienen los mismo nombres y presupuestos.
Yo veo que los técnicos ponen su idea por encima de los jugadores y ahí creo que se confunde todo. Por eso digo que Sabella es el mejor, porque al jugador tenes que hacerlo sentir cómodo dentro de la cancha y sacando lo mejor que tiene el jugador, con las herramientas que vos consideres.
Por eso, cuando deje de jugar, quiero viajar para ver entrenamientos y juntarme con los técnicos y preguntarle más que nada como hacían para armar el grupo o que miraban de los jugadores a la hora de incorporar. Esas temáticas me preocupan.
Lo que tengo claro, porque soy obsesivo, que voy a querer lo mejor. Soy detallista quiero que mi nutricionista, mis kinesiólogos sean los mejores, quiero que a los jugadores no le falte nada, que los preparadores tengan a sus jugadores como si fueran sus hijos.
Estudiantes es tu segunda casa, ¿Y el fútbol?
Es todo. Yo creo que uno en el transcurso de su carrera, sobre todo cuando tuve 26 años empecé a exprimirlo al máximo al cuerpo en todo sentido, desde el descanso, la alimentación, la técnica de los físico, de todo. Hice todo para estar mejor y poder mantenerme porque no es fácil y todo hizo que terminará siendo un obsesivo de esta profesión, de venir una hora y media hora antes, de venir una hora y media después, de estar comiendo un asado y debo comer menos porque tengo que entrenar, toda mi cabeza en mi vida fue pensando con relación al fútbol y por eso esta etapa me está costando matarla a esta etapa.
¿Qué te faltó?
Jugué todo lo que puede jugar un jugador de fútbol, salí campeón, jugué finales del Libertadores la gane, estuve en la final de Sudamericana, del Mundial de Clubes, gané torneos locales, logré ascensos, estuve en la Selección Argentina, pero la única espina que me queda es haber podido jugar en el exterior. Nada más que eso.