-No era que entraba agua, era como que la casa se estaba hundiendo- así describió Fabiana Uro la sensación que tuvo la tarde del 2 de abril de 2013 en La Plata. Ella vivía en Tolosa y había vuelto antes de visitar a su madre en un hospital de Berisso porque estaba por llover y no quería manejar debajo de la tormenta. Lo que nunca imaginó es que minutos más tarde el agua entraría a su hogar por la rejilla del baño, el desagüe de la bacha, la bañera, el inodoro y que comenzaría incluso a brotar entre las baldosas. 

Al principio intentó sacar el agua con un secador, pero pronto se dio cuenta de que sus esfuerzos eran en vano y empezó a subir las cosas de valor a muebles altos y repisas para protegerlas. Finalmente, casi resignada y en busca de un lugar seco donde esperar que pasara la tormenta, Fabiana decidió ir a la casa de una de sus hijas que vivía a dos cuadras.

“NO ERA QUE ENTRABA AGUA, ERA COMO QUE LA CASA SE ESTABA HUNDIENDO”. 

El agua todavía no había llegado a la casa de Aldana que esperaba a su mamá con la pava puesta para el mate. Hacía frío, su madre llegaría mojada y quería esperarla con algo caliente; pero los mates duraron muy poco. 

La casa de Aldana tenía un entrepiso y esa noche, ese pequeño lugar, terminó convirtiéndose en el refugio de varios vecinos y sus mascotas:  21 personas, dos perros y una tortuga. Las últimas dos personas que pudieron entrar, llegaron con el agua al cuello. 

-Desde adentro veíamos gente que estaba subida y abrazada a los árboles. Nosotros les gritábamos que esperen, que estaban viniendo los botes de rescate. No vino nadie -recordó Fabiana en conversación con Diagonales. 

Mientras tanto, a las 9 de la noche, el periodista local Belisario Martínez y el camarógrafo Pablo Mac Dougall de Somos La Plata eran el único medio televisivo que estaba en la calle registrando lo que sucedía. Vestidos con pilotos amarillos y con el agua a la altura de la cintura, recorrían la zona de 12 y 38 mientras seguía lloviendo. 

“VEÍAMOS GENTE QUE ESTABA SUBIDA Y ABRAZADA A LOS ÁRBOLES. NOSOTROS GRITÁBAMOS QUE ESPEREN, QUE ESTABAN VINIENDO LOS BOTES DE RESCATE. NO VINO NADIE”. 

Belisario describía lo que veía y de fondo se escuchaban gritos de vecinos. -Yo lo contaba y no terminaba de caer en lo que estaba pasando. En ese momento no nos imaginábamos la tragedia que fue- explicó el periodista. 

Luego de grabar varios minutos y conseguir el testimonio de vecinos que cruzaron en la calle, Belisario y Pablo volvieron al canal donde el agua les llegaba a la rodilla. Dos o tres horas más tarde, tuvieron que evacuar su lugar de trabajo y al volver a salir se encontraron con que la calle se había convertido en un río. 

INUNDACION EN LA PLATA. los primeros momentos (2/04/13)

-Yo vivía cerca y volví caminando a mi casa con un palo porque me arrastraba la corriente- recordó el periodista. Durante el transcurso de la noche, la lluvia paró pero el agua no descendió hasta el amanecer y recién entonces los vecinos de La Plata que habían sobrevivido a la inundación de ese fatídico 2 abril pudieron salir a la calle, volver a sus casas, buscar familiares, ayudar a amigos, vecinos o a completos desconocidos. 

“EN ESE MOMENTO, NO NOS IMAGINÁBAMOS LA TRAGEDIA QUE FUE”. 

-Al otro día, estábamos sin internet, sin muchas comunicaciones y el canal estaba cerrado así que tardamos en enterarnos de todo lo que pasaba. Después nos enteramos que a una cuadra de donde habíamos grabado, habían encontrado gente muerta- contó Belisario.

EL DESPUÉS

-Los días siguientes también fueron un infierno, no teníamos agua, comida, luz, ni gas. No nos podíamos bañar en nuestras casas, ni siquiera podíamos cocinar- describió Fabiana.

Con casas enteras destruidas, sin agua corriente, ni ropa seca vecinos de Tolosa empezaron a juntarse en la plaza del barrio. Esa plaza se transformó en el lugar de encuentro y los primeros días se reunían ahí, a la noche, alrededor de una olla popular porque casi no tenían comida y tampoco podían hacerse algo caliente.

“DESPUÉS NOS ENTERAMOS QUE A UNA CUADRA DE DONDE HABÍAMOS GRABADO, HABÍAN ENCONTRADO A GENTE MUERTA”. 

- Las primeras reuniones eran catárticas, necesitábamos desahogarnos- contó otra sobreviviente de Tolosa, Vanesa Zaffiro, a este medio. -Todo el tiempo estuvimos solos, durante y después. Nadie vino a rescatarnos esa noche, nadie nos ayudó los días y las semanas siguientes-. 

Poco a poco, los vecinos comenzaron a usar esas reuniones en plazas y clubes de barrio para organizarse y reclamar la asistencia de un Estado que parecía haberlos olvidado. Se necesitaba todo: alimentos, vacunas, ropa, colchones, bidones de agua, productos de limpieza. 

“TODO EL TIEMPO ESTUVIMOS SOLOS, DURANTE Y DESPUÉS. NADIE VINO A RESCATARNOS”. 

-Parecía que la ciudad había sido arrasada por una guerra- describió Belisario. -Yo terminé de entender lo que había pasado casi 24 horas después cuando cuando me tocó hacer las primeras coberturas y nos fuimos a diferentes barrios donde la gente te decía: “Acá el agua llegó a un metro sesenta, un metro ochenta, dos metros diez”-. Había muebles tirados en la calle, autos dados vuelta, casas llenas de barro, viviendas directamente arrasadas que ya no estaban y gente que no aparecía. 

Con el pasar de los días, los sobrevivientes de la inundación empezaron a unificar y puntualizar sus reclamos. Ya no sólo pedían asistencia inmediata, también empezaron a exigir planes de obras hídricas para que no volviera a suceder algo así, obras que la Universidad Nacional de La Plata ya había advertido que eran necesarias pero que nunca se habían realizado; indemnización por las pérdidas materiales que se calculan en más de 3.400 millones de pesos; conocer la nómina real de muertos; y Justicia por los fallecidos.   

“PARECÍA QUE LA CIUDAD HABÍA SIDO ARRASADA POR UNA GUERRA”. 

Así nacieron las Asambleas Vecinales de la Inundación en Tolosa, Barrio Norte, Los Hornos, Parque Castelli, Villa Elvira, entre otros rincones de la ciudad de La Plata. Al principio cada una se reunía en sus barrios, hasta que cansados de la inacción, la falta de respuestas y conscientes de que todos eran víctimas de una misma tragedia (evitable), decidieron congregarse en Plaza Moreno. 

-Esos reclamos que levantamos diez años atrás, siguen todos vigentes- explicó Vanesa con dolor. 

PRIMERAS MARCHAS Y SU EVOLUCIÓN

En las horas siguientes a la inundación, los medios de comunicación nacionales todavía no hablaban de muertos. Incluso algunos funcionarios de entonces negaban que los hubiera. Sin embargo, poco a poco comenzaron a aparecer las imágenes y denuncias de cuerpos encontrados en la calle después de haber sido arrastrados por el agua. Parecía que la verdad no se iba a poder esconder, pero sí pudo. 

Dos días después, el 4 de abril de 2013, el entonces gobernador Daniel Scioli ratificó que el número de fallecidos era 51. Nadie lo creyó y Plaza Moreno comenzó a ser el punto de encuentro de los sobrevivientes de la inundación. 

“ESOS RECLAMOS QUE LEVANTAMOS DIEZ AÑOS ATRÁS, SIGUEN TODOS VIGENTES”. 

Desde allí salían multitudinarias marchas reclamando conocer la verdad, obtener justicia, recibir asistencia económica para reconstruir sus hogares y que el Estado adoptara todas las medidas necesarias para que La Plata no volviera a inundarse.

Un año después, y luego de una minuciosa investigación por parte del ex juez Luis Arias y la lucha de las Asambleas Vecinales, la nómina oficial de muertos llegó a 89; número que aún es puesto en duda por las víctimas de la inundación que creen que la cifra es aún mayor. De todas formas, la causa develó graves irregularidades en la operatoria de la morgue local, en los certificados de defunción emitidos y en los fallecimientos anotados en el Registro de las Personas de la provincia de Buenos Aires. 

-Nosotros decíamos entonces y lo seguimos diciendo ahora que los nuestros no son muertos, no son desaparecidos, son escondidos- exclamó Vanesa. 

La bronca estaba a flor de piel y las primeras marchas eran multitudinarias pero poco a poco y año a año, el número de personas que asistía fue cada vez menor. Lo mismo pasaba con las asambleas. Sin embargo, esos espacios no desaparecieron. Hubo personas que no se resignaron al olvido y que, hasta el día de hoy, siguen luchando por respuestas concretas a esos reclamos que empezaron diez años atrás. 

-Gracias a la batalla que venimos dando desde entonces conseguimos que las obras empezaran, pero esas obras no están terminadas. Todavía falta. También queremos conocer el Plan de Reducción de Riesgo de Inundación que tiene la Municipalidad de La Plata. El intendente Julio Garro nos dijo, hace unos años ya, que se iba a hacer una prueba piloto y aún estamos esperando- explicó Fabiana.

“NOSOTROS DECÍAMOS ENTONCES Y LO SEGUIMOS DICIENDO AHORA QUE LOS NUESTROS NO SON MUERTOS, NO SON DESAPARECIDOS, SON ESCONDIDOS”. 

Para los sobrevivientes mantener viva la memoria es muy importante, no sólo para recordar a las víctimas fatales de la inundación, sino para que nunca más La Plata viva una tragedia evitable como la de ese 2 de abril.

-La respuesta del Estado fue endeudar a la gente con créditos blandos. Hace muchos años que trabajo de cronista de exteriores y es una de las historias más zarpadas que me tocó cubrir y vivir. Fue terrible y además de tener presente olores e imágenes del día de la inundación y los días siguientes, no me puedo olvidar de la miseria de la política tratando de esconder muertos y cerrar la historia rápido- reflexionó Belisario.

El JUICIO

Seis años después, el 6 de marzo de 2019, comenzó el juicio abreviado por la responsabilidad penal de la inundación con un solo acusado: Sergio Ariel Lezana, exdirector de Defensa Civil municipal. 

El expediente judicial tenía 12 cuerpos, más de 3.000 fojas, pero el debate oral duró seis horas y el funcionario municipal recibió la pena de inhabilitación para ocupar cargos públicos por un año y una multa de 12.500 pesos.

“LA VERDAD NO LA SABEMOS, JUSTICIA NO TUVIMOS”. 

-Eso valen nuestros muertos y nuestro dolor- se lamentó Vanesa. -Fue un juicio mordaza, en el que no nos dejaron hablar, un juicio que no profundizó sobre los verdaderos responsables políticos de lo que pasó, los peces gordos, en cambio se culpó a un cuatro de copas como único responsable de todo-. 

En medio de la bronca, los gritos y el llanto de los sobrevivientes y familiares de las víctimas fatales, segundos después de escuchar el veredicto, la policía ordenó desalojar la sala. "Estamos inundados otra vez. Inundados de injusticia. Inundados de corrupción", sostuvieron las asambleas de inundados ese día. 

-La verdad no la sabemos, Justicia no tuvimos- sostiene Fabiana hasta el día de hoy. 

10 AÑOS. PROHIBIDO OLVIDAR

Este 2 de abril, en el décimo aniversario de la inundación, las Asambleas Vecinales de Tolosa, Barrio Norte, Parque Castelli, Villa Elvira, Los Hornos y la organización Sobrevivientes 2-4-13 llaman a participar de un “ruidazo por la memoria” y una nueva marcha en Plaza Moreno. 

A las 3 de la tarde de este domingo se hará una nueva concentración frente a la Municipalidad de La Plata. Allí habrá intervenciones artísticas, musicales, exposiciones de fotos de la inundación y una radio abierta. Luego, el encuentro se trasladará a Plaza San Martín, frente a la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires. 

“UNA DÉCADA DE LUCHA”.

“Una década de lucha” es la consigna de la jornada que continúa con un ruidazo nocturno. A las 22 horas, los asambleístas invitan a los habitantes de La Plata a hacer sonar las alarmas vecinales o las bocinas de sus autos para pedir “Justicia por las víctimas” y culminar con lo que llamaron “la semana de las cintas negras”: una iniciativa en la que se colocaron cintas negras en postes y árboles de la ciudad para recordar la tragedia evitable y señalar hasta dónde había llegado el agua.

-Necesitamos que la gente se involucre. Al principio éramos un montón, pero es cierto que con el pasar del tiempo fuimos cada vez menos. Creo que tiene que ver con que la gente se cansa, ve que pasan los años y los logros son pocos tal vez, o a cuentagotas, entonces deja de pelear, se resigna y sigue con su vida-, reflexionó Vanesa. -Pero no hay que olvidar, la memoria y la lucha son las que lograron que las obras empiecen y son las que van a lograr que terminen. No vamos a resignarnos. Todavía necesitamos Justicia-.