De nuevo, tal como había sucedido en septiembre pasado con la indignante agresión directa a una nena de 10 años que casi le cuesta el cargo a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, este miércoles la Policía volvió a gasear a una niña en las inmediaciones del Congreso. El ataque se produjo en medio de un operativo ampliamente desproporcionado, con varios efectivos por cada manifestante y largos cordones para reprimir a los jubilados en el centro porteño. Otra vez, “los buenos” de azul detrás de un escándalo tristemente común.

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De acuerdo con los sendos reportes de El Destape y otros medios, la joven no supera los 12 años y estaba vestida con su uniforme escolar. Caminaba por la Ciudad junto con su papá; presuntamente volvía de un turno médico en el dentista, aunque otras versiones indican que regresaba del colegio a su casa. Fue entonces cuando sufrió en primera persona el impacto de los gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad para dispersar una marcha que se desarrollaba pacíficamente dentro de los restrictivos límites espaciales impuestos por el “Protocolo Antipiquetes” de la administración de Javier Milei.

De inmediato, la niña se llevó las manos a sus ojos y debió ser atendida de urgencia por los médicos voluntarios, como lo hicieron otros tantos jubilados víctimas también del feroz avance de la Policía en la tarde de hoy. El momento quedó inmortalizado por la prensa y la fotografía no tardó en difundirse con fuertes críticas a un nuevo despliegue violento de “los buenos” que van “de azul”, como lo afirmó el Presidente luego del ataque que dejó en estado crítico al fotógrafo Pablo Grillo hace dos semanas. Lo de hoy podría haber sido similar.

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De hecho, esta no es la primera nena reprimida por la “Doctrina Bullrich”: el 11 de septiembre de 2024 una joven de 10 años fue gaseada en la cara por un efectivo que vació el cartucho de lacrimógeno tan solo a un par de metros de distancia suyo. En aquella ocasión, la ministra afirmó falsamente que la niña habría sido agredida por un supuesto manifestante díscolo presente en la marcha; sin embargo, las imágenes terminaron por comprobar que el violento ataque fue realizado por uno de “los buenos” vestidos “de azul”. ¿Será igual esta vez?