Con cuatro actos en los últimos diez días, María Eugenia Vidal busca alimentar con su buena imagen al cocinero devenido en intendente Martiniano Molina, que si bien conserva una buena posición ante un peronismo desunido, busca sacar ventaja de la presencia de la gobernadora en Quilmes.

El 9 de mayo, Vidal concretó el cuarto acto en diez días en el distrito del conurbano sur. Dos días antes había estado allí acompañando a Molina en una visita por el Centro de Entrenamiento de la Policía en Quilmes, donde destacaron el labor en materia de seguridad.

La anterior visita había sido el 29 de abril, Día del Animal, en el que ambos mandatarios visitaron la Escuela de Perros Guía de Ezpeleta por la mañana, mientras que por la tarde desembarcaron en jornada de Talleres Barriales en la Escuela Primaria N° 5.

Finalmente el 9 de mayo, apostaron a una reunión con vecinos “para charlar, escuchar sus reclamos y responder sus consultas sobre los temas que más les preocupan”, destacó Molina.

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Así Vidal aprovecha estas instancias para despegarse del salvavidas de plomo que resulta ser el presidente Mauricio Macri, quien de capa caída, le resta puntos para su reelección. En este marco, la gobernadora apuesta a sumar millas en el interior y en el conurbano, mostrarse cerca de la gente, y potenciar a los suyos que aún gozan de buena imagen, como es el caso de Molina, siendo así una suerte de retroalimentación de cara a las próximas elecciones.

Mientras tanto, el peronismo está lejos de lograr la unidad en Quilmes. Por el kirchnerismo, ya se han apuntado a la carrera a la intendencia la diputada kirchnerista Mayra Mendoza-con el visto bueno de La Cámpora-, el concejal y presidente del bloque de Unidad Ciudadana Ángel Domingo Garcia, el dirigente Roberto Gaudio, el concejal Matías Fesuca, hombre de Aníbal Fernández en Quilmes, y el ex intendente Francisco “Barba” Gutiérrez.

A estos cinco candidatos se les suman los del peronismo no identificado directamente con el kirchnerismo: el dirigente justicialista Walter Di Giuseppe que apoya la candidatura de Roberto Lavagna, el concejal massista Federico D’ Angelo y el vicejefe de Gabinete de Berazategui, hombre del intendente Patricio Mussi, Roman Petrovich, entre otros.

En este escenario, sin unidad en el peronismo, Molina se encamina tranquilo a octubre donde buscará revalidar su gestión y quedarse cuatro años más en la intendencia.