Es apenas mediados del mes de abril y el gobierno de Mauricio Macri ya comienza a hacer cálculos para ver cómo podrá pilotear las olas que le esperan de aquí a las elecciones. Los vaivenes de la economía, la presión de la Justicia sobre la causa “Correo Argentino”, la rebelión interna radical y los medios de comunicación siempre hambrientos de definiciones políticas, son algunos de los vientos en contra que se le vienen al oficialismo.

Por lo pronto, con la calculadora en mano, Cambiemos comenzó a desembolsar los paquetes de medidas -¿”kirchneristas”?- que buscarán dar un respiro al bolsillo por los próximos meses, mientras el propio Macri anuncia que lo peor de la inflación ya pasó y sólo habrá estabilidad de aquí en más. Lo cierto es que, solo hasta marzo, el Gobierno llegó a la mitad de la inflación que preveía para todo el año. Con el dólar y las tarifas en la mira, el macrismo buscará la manera de ponerle un paño de agua fría a los precios.

La Justicia tampoco deja en paz a Cambiemos, en este caso con el vuelo que vuelve a tomar la causa Correo Argentino, donde el fiscal Eduardo Taiano es quien ahora continuará con la investigación, tras el reciente alejamiento de Gerardo Pollicita de Comodoro Py. La causa es uno de los principales dolores de cabeza para al jefe de Estado, quien en su momento intentó ordenar que el problema vuelva a “foja cero” al contemplar una imputación por administración fraudulenta y cohecho.

En tanto, las distintas perspectivas se desentienden en Balcarce 50. Mientras el “gurú” del macrismo Jaime Durán Barba cocina una nueva receta para que los desencantados renueven la fe en el Presidente, Marcos Peña pone la cara ante los dirigentes cambiemitas, preocupados por las consecutivas derrotas electorales en el interior del país. Apostar a todo o negociar con la realidad, son las posturas que hacen ruido en los pasillos de la Rosada.

A su vez, el radicalismo se envalentona y reclama su porción de protagonismo en la mesa chica de Cambiemos, donde la semana pasada participaron los boina blanca Morales, Cornejo y Valdés, en un encuentro con la cúpula macrista para consensuar políticas generales. La tensión con el partido centenario -que incluso desembocó en la ruptura de la alianza en Córdoba-, obligó en los últimos meses al ala dura macrista a cambiar de actitud con sus socios políticos.

En medio de ese poblado escenario, hay un Macri débil y desorientado que, haciendo lugar a los codazos, parece encontrar un único refugio en sus pares de Provincia y CABA, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, a quienes busca pegarse como sea para capitalizar, al menos, un poco de mérito de gestión para sí mismo.

Con octubre todavía lejos y un puñado de meses por delante cargados de incertidumbre, el Presidente necesita repensar su estrategia y remontar la gestión si desea -como se dijo alguna vez- pasar el invierno.