Las autoridades de la Corte Suprema de Justicia de la Nación le tomaron juramento a once nuevos integrantes del Consejo de la Magistratura, con excepción de Martín Doñate, quien se encuentra en el centro de una batalla legal iniciada por el postulante macrista Luis Juez. Fue Horacio Rosatti el encargado de realizar el acto que formalizó la llegada de los nuevos representantes al organismo encargado de controlar la actuación de jueces, como también designarlos o destituirlos.

La jura, sin público, se realizó en el Salón Bermejo del cuarto piso del Palacio de Tribunales con la presencia, además de Rosatti, de los otros tres miembros del alto tribunal: Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti.

De este modo, quedaron incorporados Hugo Galderisi y Guillermo Tamarit, en representación del ámbito científico y académico; Miguel Piedecasas, Héctor Recalde, Jimena de la Torre y María Fernanda Vázquez, en representación de la abogacía; Diego Barroetaveña, Alberto Lugones, María Alejandra Provítola y Agustina Díaz Cordero, en representación de la magistratura; y Gerónimo Ustarroz, en representación del Poder Ejecutivo Nacional.

En tanto, la polémica sigue vigente alrededor del senador oficialista Martín Doñate, cuyo nombramiento había sido cuestionado el 8 de noviembre pasado por la propia Corte, que consideró que ese lugar le correspondía al opositor Luis Juez (PRO).

La discusión surgió cuando Cristina Fernández de Kirchner -titular de la Cámara Alta- decidió dividir el bloque oficialista de senadores para aumentar la posibilidad de postulaciones, con lo cual Doñate logró instalarse entre los postulados y relegar el lugar de Luis Juez. Ahora, el máximo tribunal estableció un lapso hasta el jueves de esta semana para analizar la situación de Doñate.

Pese al cuestionamiento de la Corte hacia el nombramiento del legislador kirchnerista, el oficialismo anunció que volvería a proponer a Doñate para el Consejo. El Senado aprobó el miércoles el decreto de designación de sus nuevos representantes en una sesión en la que la oposición no bajó al recinto, en desacuerdo con los nombramientos.