Una bomba sacude el frente sindical nacional: el líder de Camioneros Pablo Moyano presentó su renuncia como Secretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT). El dirigente gremial dejará el triunvirato que conduce la central obrera a raíz de la interna que lo enfrenta con Héctor Daer y Carlos Acuña, los otros dos cotitulares de la agrupación, que en las últimas semanas reforzaron su postura dialoguista con el Gobierno Nacional de Javier Milei.

En una breve carta remitida al Consejo Directivo Nacional de la organización, Moyano señaló esta tarde: “He tomado la decisión de renunciar a mi cargo como secretario general de la Confederación General del Trabajo, al no coincidir con las decisiones tomadas por la llamada ‘mesa chica’”. Esa fue toda la explicación que dio el referente de Camioneros; sin embargo, las palabras son más que suficientes para confirmar lo que era un secreto a voces – la insalvable interna que dividía al triunvirato cegetista.

El enfrentamiento había alcanzado su punto más álgido días atrás, en ocasión del encuentro que la susodicha “mesa chica” mantuvo para definir el plan de lucha de la central obrera. Al respecto, Moyano llegaba impulsando un nuevo paro total contra la administración de Milei, en líneas similares a las medidas de fuerza convocadas por otras agrupaciones recientemente como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). No obstante, el líder de Camioneros no consiguió quórum.

Es que del otro lado Daer y Acuña son defensores de la “salida dialoguista”, que ha incluido en varias ocasiones reuniones con funcionarios de primera línea del Gobierno Nacional como el jefe de Gabinete Guillermo Francos, así como con referentes del sector empresarial. De hecho, esta postura menos confrontativa también fue respaldada por el histórico dirigente sindical Hugo Moyano, padre de Pablo, quien deslizó a la mesa chica que no está de acuerdo con las protestas que promueve su hijo. En ese contexto, la paciencia se agotó y la relación se quebró.