El círculo rojo y el impuesto a los ricos: ¿quiénes son los empresarios y políticos que deberán pagarlo?
De los más de 9 mil millonarios que serán alcanzados por el impuesto a las grandes fortunas, hay 253, los más ricos de los ricos, que deberán aportar más que el resto. Son los empresarios más ricos del país, los dueños de todo. En la política también hay nombres pesados, a uno y otro lado de la grieta
Alejandro Bulgheroni, Marcos Galperin, Paolo Rocca, Alfredo Coto, Gregorio Perez Companc y los hermanos Felipe y Marcela Noble Herrera: un primer repaso de las fortunas más importantes del país permite dimensionar lo que está en juego con el proyecto de “aporte solidario extraordinario”, a la sazón el “impuesto a los ricos”, que obtuvo el viernes dictamen favorable y está listo para debatirse en Diputados. Esa primera lista de empresarios no sólo encabeza el ranking de los 230 apellidos que más pagarán si la ley se sanciona, sino que son los dueños de las firmas que de alguna forma regulan y concentran el consumo, la salud, el entretenimiento, las comunicaciones, la construcción, el acero, la energía y casi todo en el país. Supermercados Coto, Pan American Eneergy, Mercadolibre, Molinos Río de La Plata, Techint, Clarín: la iniciativa del Gobierno para recaudar fondos por la pandemia señala al círculo rojo, a los que mueven los hilos.
El universo potencial de contribuyentes del nuevo impuesto ascendería a tan solo 9.298 millonarios y millonarias, el 0,02 por ciento de la población, según el informe elaborado y presentado por la AFIP esta semana durante el debate en Diputados, recitado en la voz del autor del proyecto, Carlos Heller. Para darse una idea de la fortuna que atesaran esos apellidos, de ese 0,02 por ciento de la población se espera recaudar más de 300 mil millones de pesos, poco más de un 1 por ciento del PBI, es decir de todo la riqueza que produce en su conjunto el país.
Pero hay un núcleo aún más concentrado, de 253 familias, a quienes se le pedirá un aporte mayor, del 3,5 por ciento de su patrimonio (del 5 sobre sus bienes en el exterior), y es ese punto de la pirámide social, el de más arriba, donde se corta el bacalao y donde tallan las firmas que concentran las mayores riquezas de un país desigual como el nuestro. Se trata de quienes tienen un patrimonio de más de 3 mil millones de pesos, y declarados: se sabe desde el primer día que será imposible gravar las riquezas que no fueron declaradas ante la AFIP, un delito bastante extendido entre el empresariado.
En punta pican Alejandro Bulgheroni y familia, rankeados por la revista Forbes como los argentinos más ricos, con una de fortuna 5.400 millones de dólares y contando, salidos de los pozos de petróleo de PanAmerican Energy; Marcos Galperin, CEO de Mercado Libre y ferviente militante macrista y de la frustrada reforma laboral de Cambiemos, con 4.200 millones en billetes norteamericanos; y Paolo Rocca y familia, los dueños de Techint, con US$ 3.400 millones.
Les siguen Gregorio Perez Companc, dueño de Molinos Río de la Plata, con US$ 2.700 millones; Alberto Roemmers, el zar de los laboratorios, con US$ 2.400 millones; Hugo Sigman, colega de Roemmers, con US$ 2.000 millones. Y más abajo, algunos apellidos ilustres del círculo rojo: Eduardo Eurnekian, del Grupo América, con US$ 1.100 millones; Francisco De Nárvaez, fundador de Casa Tía y del peronismo no k allá por 2009, con US$ 920 millones; Eduardo Costantini, creador de Nordelta y empresario aportante a la campaña de Macri, de vínculos aceitados y negocios consumados con las tierras públicas de la Ciudad de Buenos Aires, con US$ 690 millones; Roberto Urquía, ex senador por Córdoba, dueño de Aceitera General Deheza (ADG) y cercano a Alberto Fernández, con US$ 650 millones; y los hermanos Felipe y Marcela Noble Herrera, herederos de La Noble Ernestina y de las acciones del Grupo Clarín, con US$ 530 millones. De todos ellos, el único que se mostró a favor del impuesto fue Urquía, aunque con reparos.
También serán alcanzados Alfredo Coto, dueño de la famosa cadena de supermercados (US$ 450 millones), Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio Ledesma y el gobernador en las sombras de Jujuy desde la dictadura hasta hoy (US$ 490 millones), y Enrique Eskenazi, dueño de una porción de YPF, con US$ 490 millones.
Entre los políticos, la lista la encabeza nada menos que el ex presidente, Mauricio Macri. Ya en 2006, su fallecido padre Franco Macri le dejó prácticamente a él y sus hermanos (entre ellos Gianfranco, quien repatrió 600 millones de pesos con el blanqueo) la totalidad de las acciones del Grupo Socma, antes de retirarse a hacer negocios únicamente en China, con Mauricio ya abocado decididamente a la política. A poco de asumir, a raíz del escándalo de los Panamá Papers, Mauricio anunció que ponía sus bienes en un fideicomiso ciego, para no entrar en conflicto de intereses con su rol al frente de la Rosada. Se estima que la familia Macri tiene un patrimonio de US$ 540 millones, según la revista Forbes, pero son tantas las ramificaciones de sus empresas (desde el agronegocio en Salta hasta la participación en el Paseo del Bajo, una obra que financió él mismo como Presidente) que es difícil de calcular hasta dónde llega. Durante su presidencia, la mayoría de los argentinos se hicieron más pobres, y él se encarga de decir que también perdió plata.
De cerca lo sigue el tucumano José Alperovich, gobernador durante dos períodos y senador por esa provincia hasta que un escándalo por abuso sexual lo terminó eyectando de su banca y de la política institucional. Histórico empresario de su provincia, su última declaración de patrimonio ante la Oficina Anticorrupción da cuenta de unos 803 mil millones de pesos.
Otros dos que deberán pagar el impuesto, de acuerdo a sus declaraciones juradas ante la OA son Gustavo Arribas y Nicolás Dujovne. El ex titular de la AFi, con más de un problema judicial, delcaró un patrimonio de 462 millones de pesos; el ex ministro de Economía y panelista de TV, declaró 275 millones.
Del otro lado de la grieta, como incógnita, aparece el mentor de la norma, Máximo Kirchner. El jefe del bloque del Frente de Todos en diputados y referente de La Cámpora declaró en 2018 tener 148 millones de pesos, pero todo parece indicar que actualizado a la inflación y los valores actuales también será alcanzado.