Eliminan la incompatibilidad entre Progresar y Potenciar Trabajo y se destraba la tensión con organizaciones sociales
Desde el sector de movimientos sociales habían criticado la imposibilidad de acceder a ambos programas. Desarrollo Social decidió revertir la situación
El Gobierno destrabó un potencial conflicto con el sector de las organizaciones sociales, luego de las críticas surgidas por la reciente imposibilidad de acceder a los programas Progresar y al Potenciar Trabajo al mismo tiempo. La condición de “elegir” entre uno u otro despertó fuerte malestar, por lo que Desarrollo Social decidió intervenir y optó por eliminar la incompatibilidad.
La controversia se desató tras la decisión de dar de baja a 40.000 beneficiarios que percibían 24.000 pesos a través de del programa Potenciar Trabajo y que además cobraban 7.400 pesos del Progresar, un subsidio destinado a los jóvenes más vulnerables para que se capaciten, aprendan un oficio y evitar el “desenganche escolar”.
La medida provocó la respuesta de movimientos sociales que decidieron movilizarse para hacer sentir el descontento en el Puente Pueyrredón, donde realizaron una manifestación ayer. Fue el propio Juan Zabaleta, titular de la cartera de Desarrollo Social, quien firmó la resolución para dar marcha atrás con la medida.
“Establécese que la percepción del incentivo otorgado a la población destinataria del ‘Programa de Respaldo a Estudiantes Argentinos’ (PROGRESAR), creado por el Decreto de Necesidad y Urgencia Número 84 del 23 de enero de 2014 resulta compatible con el ingreso y la permanencia de los mismos como titulares en el ‘Programa Nacional de Inclusión Socio-Productiva y Desarrollo Social Potenciar Trabajo’ y la percepción del Salario Social Complementario a partir del 1° de agosto de 2022”, expresa el documento firmado por Zabaleta, según consignó Infobae.
En ese marco, desde Nación apuestan ahora a calmar las aguas con los movimientos sociales, en especial tras varios meses de diplomacia luego de fuertes tensiones. Cabe recordar que la relación entre las organizaciones piqueteras y el Gobierno había llegado a su punto más crítico a mediados de este año, cuando la propia Cristina Fernández de Kirchner lanzó un duro discurso donde criticó a quienes administran el reparto de los planes sociales, con fuerte apelación al Movimiento Evita.