Elizabeth Gómez Alcorta: “En la crisis económica las mujeres estamos pagando un mayor costo”
La ex ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad es la primera anotada en el FdT para competir por la jefatura de gobierno en la CABA. En conversación exclusiva con Diagonales, su mirada del Gobierno en el 8M, la construcción de su candidatura, críticas a Berni y elogios a Kicillof.
En octubre del año pasado, Eli Gómez Alcorta dejó su cargo como ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad luego de lo que fue un operativo represivo en Villa Mascardi en el que se detuvo y se trasladó hasta Buenos Aires a mujeres de la comunidad, una de ellas embarazada de 40 semanas. A casi seis meses de su renuncia, la referenta de Soberana es la primera precandidata declarada en el Frente de Todos porteño para intentar destronar al macrismo en su cuna natal.
En conversación exclusiva con Diagonales, Gómez Alcorta habla de la potencia del movimiento feminista para discutir la redistribución del ingreso y sostiene que las mujeres pagan un mayor costo en la actual crisis económica. Cuenta que siempre tuvo “un excelente nivel de comunicación” con el Presidente y elogia la gestión de Axel Kicillof, a quien considera “una de las personas de la política que hoy tiene mayor proyección y mayor futuro”. La discusión desde el progresismo con el modelo Bukele, y la Ciudad “¿segura para quién?” de Larreta.
Se viene un nuevo 8M ¿Cuál considerás que es o debería ser la principal agenda del feminismo hoy?
-Yo no puedo hablar por los feminismos. Personalmente creo que nos encontramos en un momento de encrucijada, un momento muy crítico donde los condicionamientos del FMI impiden desarrollar una política autónoma y distributiva, tenemos altos niveles de inflación y venimos de un gobierno neoliberal. Todo esto tiene un impacto muy fuerte en el pueblo y especialmente en las mujeres, lesbianas, gays, bisexuales, travestis y transexuales. El movimiento feminista tiene el desafío de poner esa enorme capacidad de movilización que tiene en pos de una agenda para disputar el excedente, la posibilidad de recuperar capital para los asalariados y asalariadas, para impulsar una distribución que no se está pudiendo llevar adelante.
¿Y qué puede aportar el movimiento feminista en esa discusión?
-Tenemos la posibilidad de imponer agenda de manera muy transversal. Argentina tiene una particularidad que es maravillosa, tenemos feminismo en los sindicatos, feminismo villero, en los movimientos sociales, en la academia, en los partidos políticos, pero además también con algún tipo de autonomía de la política más institucional. Es clave en este momento poder disputar esa agenda de distribución.
“Es clave en este momento poder disputar esa agenda de distribución".
Nuestras miradas son integrales, discutimos trabajo, empleo, tareas de cuidado, acceso a derechos. También una agenda sobre una reforma judicial feminista, el ataque, el impedimento y las obstrucciones que la administración de justicia hace en todo el país hacia las mujeres en general y hacia ciertas mujeres en particular. Todo eso es parte de nuestra agenda, tenemos esa potencia para discutirla.
¿Cómo ves al Gobierno de cara a esas agendas?
-Creo que estamos atravesando una situación crítica. La gente depositó una esperanza en el 2019. Con condicionamientos como una pandemia y una guerra a nivel mundial, más un país quebrado como nos dejó el macrismo, el Gobierno ha llevado adelante una primera etapa muy buena de cuidado de la gente, del pueblo, de la producción y el empleo. Lo que después no hemos podido, y esto está a la vista, es trabajar en una distribución de un crecimiento que se están llevando cuatro tipos. Y son tipos además, no lo digo de forma.
“No hemos podido trabajar en una distribución de un crecimiento que se están llevando cuatro tipos”.
En relación a la agenda de género creo que comenzó con más impulso, pero sobre todo después de la elección de medio término empezó a pincharse un poco más. Y en esta crisis económica que estamos viviendo, las mujeres somos las que estamos pagando un mayor costo. Nosotras somos las que nos endeudamos, las que tenemos que trabajar más horas porque con lo que cobramos no alcanza para llevar un plato de comida.
Eso es más explotación y más costo para las mujeres, que somos 7 de cada 10 personas pobres de nuestro país, a lo que se le suman las tareas de cuidado, que es otro de los puntos en los que no hemos podido avanzar. Para nosotras una clave, por ejemplo, era el proyecto de ley de cuidar en igualdad, que trabaja la creación de un sistema integrado de cuidados a nivel nacional, la reforma de las licencias por nacimiento, entre otras. Hoy, con un parlamento inmovilizado por la oposición la situación no es auspiciosa. Sobre eso no hemos podido avanzar.
El Presidente te eligió para ser la primera Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad. ¿Cómo respondió ante tu renuncia?
-Siempre mantuve con él un excelente nivel de comunicación y en esos términos fue que pudimos charlar, le pude explicar mis razones, que además hice públicas, pero que después entendí que no debía agregar más nada de lo dicho, porque no tengo ninguna intención de dañar a un Gobierno del cual formé parte hasta hace poco, además de que sigo siendo parte del FdT. No me fui del proyecto, sólo de la función pública del gobierno.
¿Por qué la decisión de irte de dejar tu cargo pero seguir dentro del FdT?
-Primero porque encontré un límite ético y político para seguir ocupando el cargo que tenía que ocupar. Siendo ministra de las mujeres y frente a violaciones que para mí fueron muy claras, muy explícitas y que las dije ese mismo día respecto a las mujeres mapuches, y al no poder intervenir de un modo que evitara esas violaciones, yo tenía que dar un paso al costado.
“No tengo ninguna intención de dañar a un Gobierno del cual formé parte hasta hace poco. No me fui del proyecto, sólo de la función pública del Gobierno”.
Si yo, que tengo vocería pública, que tengo vocería política, que tengo representatividad y la responsabilidad de ser la primera ministra de las mujeres, frente a un hecho de estas características me quedo callada, convalido esas violaciones, efectivamente no estoy a la altura para honrar ese cargo. Ahora, el FdT es una coalición de gobierno y lo anterior no invalida muchísimas otras cosas con las que estoy de acuerdo, cosas que valoro de este gobierno. Por ejemplo, que presentó el proyecto del aborto legal, seguro y gratuito y eso también fue una decisión del Presidente. Pero hay ciertos momentos donde se encuentra un límite y lo que corresponde es dar un paso al costado y dejar que otra persona ocupe ese lugar.
En relación a esos límites. Hoy se ve cierto crecimiento de una línea de la mano dura, incluso también dentro del FdT, con la situación de Rosario como epicentro. ¿Qué opinás sobre cómo se están posicionando en esa coyuntura ciertos sectores del oficialismo?
-La situación de Rosario es muy excepcional, única en los términos de que la existencia de crimen organizado tiene un impacto enorme en materia de inseguridad. Es un caso que habría que tratar con mayor cuidado, para no englobar eso como una misma situación que sacar a los manteros de Once a la madrugada. No son situaciones equivalentes. El discurso de la mano dura es histórico de la derecha, y es cierto que hay ciertos sectores, para ponerle nombre y apellido, Sergio Berni, que representan eso dentro de un gobierno progresista, nacional popular, del que además en particular tengo una mirada muy positiva de la gestión de Axel Kciillof en la PBA.
“El discurso de la mano dura es histórico de la derecha, y es cierto que hay ciertos sectores, para ponerle nombre y apellido, Sergio Berni, que representan eso dentro de un gobierno progresista, nacional popular”.
El otro problema, como contracara a ese discurso que genera demagogia punitiva, la idea de que solamente sacando a las Fuerzas Armadas o comprando más armas se soluciona el problema, tenemos al progresismo que le cuesta mucho hablar de seguridad, asumir que es un problema que impacta muchísimo en la gente y que hay que tener respuestas para eso. En los últimos días en CABA asesinaron a un joven de 27 años con un tiro en Palermo, mataron en la estación de subte de Retiro a una mujer policía y a una nena en Flores. Efectivamente hay un problema, y no hay demanda más legítima de una persona que salir a la calle y que no te maten, que no te roben, que no te violen.
Y en ese plano, ¿cómo se discute desde el progresismo con el modelo Buekele, que hoy en día se instala de sectores de la derecha y los medios de comunicación?
-Primero, asumiendo y hablando del tema, no escondiéndolo. La cuestión de la seguridad está en el primer orden de los problemas de la gente. Segundo, escuchando, porque son las propias personas que viven en lugares afectados las que tienen muchas de las respuestas que el Estado no les da, o porque a la derecha no le interesan esas respuestas o porque el progresismo las omite para no meterse en el tema. Te doy un ejemplo. El otro día estuve en la villa 31.
“La Ciudad tiene fuerzas de seguridad que triplican lo que dice Naciones Unidas que es necesario por cantidad de habitantes. Entonces, ahí está fallando otra cosa”.
La gente me decía que sabe dónde se vende falopa, que la policía también sabe y no hace nada. A las 5 o 6 de la tarde, cuando termina la actividad del Ministerio de Educación, el colectivo deja de entrar al barrio, termina su recorrido afuera y los que vuelven de estudiar o trabajar tienen que entrar caminando. Entonces no hay que inventar la pólvora, es cuestión de poner un sendero seguro o poner un circuito de colectivo que recorra el barrio desde la entrada a la salida. Todas esas son políticas de seguridad que la propia gente plantea y ahí está la capacidad de escucha. La Ciudad tiene fuerzas de seguridad que triplican lo que dice Naciones Unidas que es necesario por cantidad de habitantes. Entonces, ahí está fallando otra cosa.
Larreta dice que la CABA es la ciudad más segura de Latinoamérica. ¿Qué sentís al escuchar eso?
-No sé en qué términos de seguridad lo dice. Desde el 2019 a hoy se triplicaron los femicidios en la CABA. ¿Segura para quién? Depende de donde vivas en CABA tenés el doble de chances de que te maten, de ser víctima de un homicidio, que si vivís en otro barrio. ¿Segura para quién?
“Desde el 2019 a hoy se triplicaron los femicidios en la CABA. ¿Segura para quién?”.
Recientemente anunciaste tu intención de competir por la jefatura de gobierno. ¿Con qué sectores vas a construir esa candidatura?
- Asumo la responsabilidad que me dan un grupo de organizaciones sociales, sindicales, culturales, políticas, con compañeros que vienen caminando, habitando, militando la CABA hace muchísimo tiempo. El Tano Catalano, Beto Pianelli, Rafael Klejzer, el PC, Movemos. Somos una enorme cantidad de compañeros, compañeras y organizaciones que lo que sentimos es que no solamente es posible sino necesario disputar de verdad la ciudad, con la certeza de que se puede ganar.
“CABA es el corazón del neoliberalismo en nuestro país, de acá nació la fuerza política que después llegó a gobernar”.
La CABA es el corazón del neoliberalismo en nuestro país, de acá nació la fuerza política que después llegó a gobernar, llevan 16 años de hegemonía y nos lograron hacer creer que este es el mejor modo en que se puede vivir, que no hay que pedir más nada. Nosotros lo que proponemos hacer es aquello que venimos llevando adelante hace muchísimo tiempo, pero aunando todas esas fuerzas y experiencias en un mismo proyecto.
¿Cuál puede ser el principal aporte de ese espacio que te lleva como candidata?
-Más que inventar nada, lo que estamos haciendo es trabajar con aquellos que ya vienen trabajando las problemáticas de la Ciudad y tenemos equipos elaborando proyectos. Por ejemplo, vivir en la CABA es cada vez más difícil, es una ciudad que te expulsa, aumentan los alquileres a unos valores que hacen que la gente que vivía acá se vaya fuera de la Ciudad, porque es inaccesible ya no la propiedad sino el alquiler. Como respuesta, nosotros venimos trabajando, con inquilinos agrupados, que son quienes entienden y vienen trabajando las enormes dificultades en ese tema.
Queremos saber qué se puede hacer en términos educativos, y construimos respuestas en reuniones con grupos de cooperadoras. No se trata de 4 o 5 dirigentes iluminados que son los que van a venir a disputar la Ciudad. Nuestro proyecto es una ciudad que te cuida, que sea para vivir y para vivir bien, que no sea expulsiva. Y además, que sea pensada como una única ciudad, sin desigualdades dependiendo de la zona en la que vivas.
¿Y en la Provincia cuál es la apuesta de ese espacio?
-Creo que Axel en estos tres años y pico de gestión ha hecho algo muy positivo en una provincia que venía en los últimos años con una profunda desigualdad estructural, y un abandono muy marcado sobre todo en materia de salud, de educación e infraestructura. Tuvo que ponerse a trabajar en pandemia para reconstruir las bases mínimas, para poder dar los servicios más elementales. Lo ha logrado y ha tenido además la capacidad de, sin perder su posicionamiento político, dialogar con todos los actores y actrices de la provincia. Su última apertura de las sesiones con la presencia de 40 intendentes es un dato importante en ese sentido.
Y creo que además, sin lugar a dudas, es una de las personas de la política que hoy tiene mayor proyección y mayor futuro. Lo conozco, sé que tiene un modelo de país en su cabeza, que también es muy importante.
“Axel (Kicillof) es una de las personas de la política que hoy tiene mayor protección y mayor futuro”.
La discusión no es poner en duda su reelección, sino que es a la inversa, habría que encontrar motivos para no pensar en su reelección. Un período de ocho años te da la posibilidad de llevar adelante reformas más estructurales y eso le haría muy bien a la provincia. Creo que también perfectamente podría ser uno de los dirigentes presidenciables, aunque me parece que está muy bien que de pelea en la PBA y la retenga. Tiene tiempo, porque además tiene otra virtud pensando en su proyección que es ser joven.