La UTA pactó con el Gobierno y levantó el paro de colectivos de este jueves
El gremio alcanzó un acuerdo con el Ejecutivo y con las empresas del sector y confirmó que el servicio funcionará con normalidad este 31 de octubre. El arreglo y los detalles de la decisión.
Finalmente no habrá paro de colectivos este jueves: la Unión Tranviarios Automotor (UTA) llegó a un acuerdo con el Gobierno Nacional y, tras haberse despegado de la medida de fuerza convocada para el miércoles por la mesa nacional del transporte, terminó por levantar también la protesta que la propia agrupación había anunciado para este 31 de octubre. De este modo, los servicios funcionarán con normalidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en todo el país.
El encuentro convocado para este miércoles a las 17 arribó a un pacto entre la UTA, la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) y las autoridades de la secretaría de Trabajo, que no envió a su titular Julio Cordero. El sindicato había llegado a la reunión con, como bandera, el reclamo de un aumento salarial del 24,7% retroactivo a agosto, en un contexto en el que la remuneración básica se encuentra asentada en $1.060.000. En términos cercanos se ubicó la oferta final, que cumplió con las expectativas de todas las partes.
En este marco quedó levantada formalmente la medida de fuerza con cese de actividades pautada para el jueves 31 de octubre en todas las líneas de colectivos nacionales nucleadas en la UTA. La protesta ya se había desdoblado de la de sus pares de trenes, subtes, aeronáuticos y otras ramas del transporte, que junto al personal estatal confluyeron en un fuerte paro nacional este miércoles. Eventualmente, y como se anticipaba que podría suceder, la jornada fue efectivamente levantada.
Con todo, la noticia no cae como una sorpresa. Así lo explica el comportamiento reciente del titular de la UTA Roberto Fernández, quien se ha desempeñado en la práctica como la mano de hierro “colaboradora” del Gobierno Nacional a través de diversas instancias de reuniones con las autoridades nacionales y de un distanciamiento con las demás agrupaciones sindicales de la mesa del transporte. En medio, el dirigente gremial se juega su carrera dentro de la Confederación General del Transporte (CGT) y su vínculo, diferenciado, con la Casa Rosada.