Peligroso: Lanzaron el "brazo armado" de Milei con estética fascista
Fue en un teatro de San Miguel con Romo, Laje y el Gordo Dan. Se presentaron en un escenario decorado con banderas que recordaban a las utilizadas en regímenes totalitarios.
El reciente evento organizado por Santiago Caputo en un teatro de San Miguel despierta preocupación en el ámbito político y social de Argentina. La presentación, que se ha descrito como el lanzamiento del "brazo armado" de la agrupación libertaria La Libertad Avanza, estuvo marcada por una estética que evoca al fascismo.
Durante el evento, figuras prominentes del movimiento libertario, como El Gordo Dan, Agustín Romo y Agustín Laje, se presentaron en un escenario decorado con banderas que recordaban a las utilizadas en regímenes totalitarios. Estas banderas incluían palabras clave que resonaban con ideologías conservadoras y nacionalistas, tales como "propiedad", "libertad", "vida", "Dios", "patria" y "familia".
La bandera central, que proclamaba que "Argentina será el faro que ilumina el mundo", hacía una referencia directa al histórico Faro del Duce, símbolo de la presencia de Benito Mussolini. El evento no solo se limitó a discursos políticos; también incluyó momentos de carácter performativo, como el canto del himno libertario titulado "Me chupa la pija la opinión de los kukas", que, lejos de ser un simple entretenimiento, refleja una actitud provocadora hacia la oposición política.
El Gordo Dan, quien se ha posicionado como un líder en el ámbito digital y uno de los oradores destacados del evento, expuso la visión de que la agrupación Fuerzas del Cielo se constituía como la "guardia pretoriana" de Javier Milei. En sus declaraciones, enfatizó la necesidad de que los libertarios no solo se limitasen a la actividad en redes sociales, sino que también se involucraran en la política de manera activa, sugiriendo la creación de candidatos propios para ocupar espacios en las listas electorales y la construcción de un liderazgo que represente sus ideales.
Además, Dan instó a sus seguidores a perder el miedo al concepto de poder, argumentando que este podría ser un instrumento para transformar a Argentina en una "primera potencia mundial". Su discurso incluyó un tono beligerante respecto a la oposición, a la que calificó de "zurdos degenerados", afirmando que su intención era mantener a estos grupos alejados de sus familias y de la influencia en la educación de sus hijos.
Este evento, es un indicativo de la creciente radicalización de ciertos sectores dentro del liberalismo argentino, que buscan no solo influir en la política, sino también establecer una presencia significativa en el tejido social del país.