Las pujas y los dilemas detrás de una posible vuelta a fase 1
En medio del temor por un posible colapso del sistema sanitario en el AMBA, comienzan a pesar las presiones económicas
Luego de más de tres meses de cuarentena, en los últimos días ha quedado en evidencia que la misma se ha flexibilizado de hecho en varias localidades del Área Metropolitana de Buenos Aires. Se han visto en redes sociales y varios medios de comunicación diferentes postales de centros comerciales, paradas de colectivos, supermercados y calles abarrotadas de gente, hasta incluso manifestaciones donde no se cumplía el distanciamiento social.
En teoría, todos los distritos del AMBA se encuentran transitando la fase 3 del aislamiento social, preventivo y obligatorio, sin embargo, en la práctica, las restricciones propias de esta etapa no se cumplen en su totalidad. Esta situación, llevó al Gobierno Nacional a incrementar los controles en el transporte público y restringir su uso, junto a las administraciones de Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta. Además, desde los distintos niveles de gobierno se ha expresado una preocupación creciente y proporcional al aumento de casos confirmados en la región.
Desde la provincia de Buenos Aires, especialmente, se ha puesto el foco en la capacidad del sistema sanitario. Actualmente la ocupación de camas de Unidad de Terapia Intensiva en el territorio bonaerense es del 47%, mientras que en el AMBA es del 54%. En ese sentido, el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, aseguró que “si no hacemos nada para evitar la cantidad de contagios, en 30 días colapsa el sistema”. Además, el funcionario agregó que de continuar con la tendencia en la cantidad de casos confirmados por días, “el 16 o el 20 de julio se nos terminarían las camas”.
A estas proyecciones para nada esperanzadoras, se suma la situación en la que se encuentran los trabajadores de la salud. Actualmente, son más de 900 los profesionales del área contagiados de coronavirus entre la Ciudad de Buenos Aires y la provincia. Frente a ello, diferentes gremios señalan que no sólo debe tenerse en cuenta la cantidad de camas disponibles sino también el recurso humano que, tanto desde la Asociación de Trabajadores del Estado como desde CICOP, aseguran que es insuficiente.
En conversación con Diagonales, Pablo Maciel, secretario gremial de CICOP, aseguró que eran necesarios alrededor de 2 mil profesionales de la salud más para reforzar el sistema sanitario de cara al pico de contagios. Por el lado de ATE, desde el sindicato afirman que serían necesarios aproximadamente 7 mil trabajadores más, especialmente enfermeros y personal de limpieza.
De esta manera, de no poder aplanar la curva de contagio, el colapso de la capacidad del sistema sanitario parece una realidad cada vez más tangible. "Hay una circulación de personas tan grande que no logramos frenarla solamente con los controles de transporte público porque hay innumerables formas de terminar evadiéndolos que aumentan la cantidad de casos y ello nos puede llevar a un peligro en el sistema de salud", resaltó Kreplak en una entrevista con radio La Red.
Pero el temor ante la cantidad de contagios diarios, no es exclusivo de la provincia. El viernes pasado, luego de una reunión entre Kicillof y Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno porteño aseguró que estaban “viendo con mucha preocupación la evolución de los datos, en la ciudad volvieron a aumentar” y remarcó que de continuar esa tendencia “no hay dudas que tendremos que tomar medidas más estrictas”.
En este contexto es que se ha deslizado la posibilidad de que el AMBA regrese temporalmente a la fase 1 de la cuarentena. “No sería volver a fase uno eternamente , sino que sería tomar medidas para detener la circulación del virus, que se dé un período de incubación, y volver a organizarnos", aseguró la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti.
Esta posibilidad ha generado mucho resquemor, especialmente desde los sectores que estaban reclamando más actividades y rubros habilitados para reactivar la actividad económica y que ahora, no sólo ven cada vez más lejana esa posibilidad, sino que en lo inmediato temen mayores restricciones.
Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) realizaron un informe sobre la caída del consumo durante la cuarentena, a propósito el día del padre. “El consumo fue muy flojo por el descenso en los ingresos de los hogares y la falta de circulación de gente en la cuarentena. Sólo 4,9% de los comercios pymes relevados finalizó la fecha con aumento, el 88,7% en baja”, comienza el documento publicado por la entidad.
Cabe destacar, que el informe realizado por CAME señala que en la región del AMBA bajó la venta en los comercios por un lado, pero aumentó la venta online, medida a través de la facturación electrónica. “En este último caso, aumentaron 5,8% frente a la misma fecha del año pasado”, reza el texto. De todas maneras, esto no fue suficiente para generar un balance positivo en las ventas.
Por otro lado, según datos de CAME, la producción de las Pymes industriales cayó 34,9% en mayo de 2020 frente al mismo mes del año pasado. “El levantamiento gradual de la cuarentena en algunos rubros redujo las tasas anuales de caída en relación a abril, pero la misma fue igualmente muy profunda” aseguran desde la Confederación.
En la comparación anual, la menor caída ocurrió en Alimentos y bebidas (-15,2%), mientras que las mayores se dieron en Calzado y marroquinería (-61%) e Indumentaria y Textil, con un descenso del 50,6%.
En conversación con este medio, Fabián Castillo, Presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (FECOBA), afirmó que “luego de dos años de recesión, en marzo se nos apareció este muro de granito frente a nuestras narices, que es la pandemia, y la situación fue empeorando cada vez más”. La semana pasada FECOBA lanzó un informe en el que advertía que el 18 por ciento de los comercios de la Ciudad de Buenos Aires cerró definitivamente. “A medida que vaya pasando el tiempo esto va a ser peor, si hasta este momento tenemos casi un 20 de locales que cerraron, si se vuelve a fase 1, podríamos llegar a duplicar esa cantidad, 40.000 locales que entreguen sus llaves”.
Frente a este situación, Castillo contó: “nosotros pedimos una reunión urgente, se lo pedí a Santiago Cafiero, porque ésto es una situación que debemos resolver entre todos y la realidad es que hoy el sector Pymes no tiene representación en las mesas de diálogo”
Respecto a las ayudas del Gobierno Nacional como las ATP, el representante de FECOBA aseguró que eran insuficientes y que sólo el 56% de las Pymes lograron acceder a la asistencia para el pago de salarios, y un 50% a los créditos a tasa cero. “Necesitamos otros planes diferentes hoy a los que se nos dieron 90 días atrás, la situación es cada vez peor”, sostuvo Castillo.
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“La salud es mucho más amplia que pensarnos sólo en lo físico, el ser humano es psico-físico”, sostiene el psicólogo Mauricio Strugo, en diálogo con este medio. Es que la dimensión y el impacto psicológico del aislamiento no es una cuestión menor, incluso desde el propio Minsiterio de Salud de la Nación se ha creado un protocolo especial para la atención psicológica en el marco de la pandemia y el aislamiento.
“Esta cuarentena que, en principio en una medida sumamente necesaria para cuidarnos porque es la manera de no contagiarnos, termina teniendo un impacto psicológico importante porque el aislamiento, el encierro, la falta de contacto genera que las personas comencemos a irritarnos, preocuparnos y que suban nuestros niveles de ansiedad”, señala Strugo. “El ser humano es un ser gregario, esto quiero decir que estamos acostumbrados al contacto, a la manada y que hoy justamente es lo que hace mal”, agrega.
Pero no sólo el aislamiento afecta la psiquis de las personas, sino también la incertidumbre que genera la propia pandemia y la evolución de un virus del que se conoce muy poco. “Las personas necesitamos tener certezas en nuestras vidas, la certeza nos tranquiliza y cuando estamos frente a algo peligroso, nos alivia el saber que si hacemos determinada cosa podemos salir adelante”, explica el profesional. “Pero hoy en día lo que pasa que corremos y no sabemos cuándo o cómo vamos a llegar a destino, cuándo esto va a terminar y cuándo todo lo que estamos haciendo va a producir algún efecto”, describe el psicólogo.
Respecto a la flexibilización de hecho de la cuarentena, a pesar de las recomendaciones y directivas del Gobierno Nacional, Provincial y de la Ciudad, Mauricio Strugo aseguro que “por un lado tenemos conciencia de finitud, pero por otro también nos pasa esto de desafiar el peligro y tener la idea de que a nosotros no nos va pasar determinada cosa, ahí es cuando nos ponemos un poco laxos con los límites”. Además remarca que “al principio la gente cumplió mucho con el aislamiento, pero se empieza a hacer largo y comenzamos a sentir el hartazgo, el hastío del encierro y la necesidad de salir”.
Sin embargo, Strugo asegura que frente a la posibilidad de extremar las medidas de aislamiento, “hay que entender la realidad de que en el AMBA vive mucha gente, somos casi un país, y entonces es más probable que tengamos que cuidarnos mucho más que otros lugares con menos concentración de gente. Hay que hacer un esfuerzo más, porque en otras partes del mundo, ya pasaron el pico y la curva empezó a bajar. Hay que entender que nadie está haciendo ésto con otro fin que no sea cuidarnos”.