Los formadores de precios reportaron ganancias de más de un 100% en dos años, mientras que los salarios se desplomaron
Mientras el Gobierno apela a sanciones e intenta contener los precios mediante acuerdos, el sector empresario dedicado al rubro alimentos reportó ganancias del 112 por ciento en dos años
El Grupo Arcor, el principal productor de alimentos del país, reportó ganancias en 2021 por casi 20 mil millones de pesos, pese a que registró un “déficit operativo” superior a ese número, de 22 mil millones de pesos. ¿La explicación? Una apuesta fuerte al sector financiero como principal negocio y el traslado a precios de una mayor rentabilidad, por la recuperación del consumo a caballo del crecimiento económico post primera ola de la pandemia, en 2020. Un tema central en la preocupación del Gobierno respecto a la inflación de este año, en medio de “la otra guerra”, como la definió el propio Presidente. Según el INDEC, la inflación en ese rubro fue del 7,5 por ciento en febrero, y se espera que el índice de marzo, guerra de Ucrania de por medio, sea aún peor, incluso pese a los esfuerzos del Ejecutivo para llegar a un acuerdo con las empresas para contener la escalada.
Arcor, además, no fue el único ganador de la inflación. Según los balances contables publicados en la Comisión Nacional de Valores, Arcor, Mastellone Hermanos y Molinos Río de la Plata “obtuvieron una evolución de sus ganancias brutas (relación entre ventas y costos) del 112%” durante 2020 y 2021, de acuerdo a un informe publicado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, que dirige el director del Banco Central Claudio Lozano. Durante ese mismo período, “los precios de los alimentos incrementaron un 114%”, dice el informe, por lo que se puede observar claramente una evolución en paralelo de la rentabilidad empresarial y los aumentos de los precios de la canasta básica de alimentos, que golpea sobre todo a los sectores populares.
El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, dió a conocer a fines de marzo el listado con las 9 empresas que, a pesar de sus ganancias extraordinarias, encabezaron la suba de precios brutal a principios de mes, durante los primeros coletazos del aumento del valor mundial de las commodities tras la invasión rusa a Ucrania. Fueron “Bodegas Chandon”, “CCU Argentina”, “Coca-Cola”, “Granix”, “Los 5 Hispanos”, “Prodea”, “Quilmes” y “Reckitt Benckiser”.
“El dólar está bajando, se cerró el acuerdo con el fondo. ¿Qué es esto si no es un ataque especulativo infundado y no tolerable? Es la especulación de los que quieren comprarse más departamentos en Miami y más 4×4 y salen a la ruta a exhibir el lujo que tienen porque quieren convalidar una suba de 50% en dólares en sus stocks por solo efecto riqueza”, había señalado Feletti.
La Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal) —presidida por el también presidente de la UIA, Funes de Rioja—, le respondió al funcionario "se ha dejado en evidencia la insistencia por mostrar a la industria de los alimentos como la única culpable", intentando desligar al sector de la suba de precios.
Como las negociaciones vienen siendo infructuosas, un sector del Frente de Todos hizo punta en Diputados y llamó a implementar medidas más fuertes. Entre ellas, la aplicación sin contemplaciones de dos leyes que tiene a mano el Ejecutivo: la de abastecimiento y la de góndolas. Fue a través de un proyecto de resolución que firmó un sector albertista en la Cámara baja, impulsado por la legisladora Victoria Tolosa Paz.
La portavoz de la Presidencia, Gabrila Cerruti, se refirió al tema esta mañana y dijo que el Ejecutivo “hará cumplir con todos los recursos que tenga” los programas como “Cortes Cuidados” y “+Precios Cuidados”
Este lunes,además, el Ministerio de Producción multó a la empresa Molinos Cañuelas con $150 millones de pesos, a la Cámara de Industriales Molineros con $93 millones y a la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Molineras con $51 millones, preocupado por los incrementos injustificados en harinas y productos panificados.
“Los precios actúan de salvaguarda de la ganancia empresarial”, denunció Lozano en su informe. Y agregó que “para estos formadores de precios, el precio de venta no es una variable dada y sintetizan en la fijación del valor de mercado las aspiraciones de rentabilidad que luego concretan”.
En paralelo, otro indicador de la economía también suma preocupación, y está finalmente relacionado. Tiene que ver con los salarios del sector formal. Según el Instituo Argentino de Análisis Fiscal, “la pérdida acumulada de poder adquisitivo de trabajadores y jubilados se situó entre 5 y 10 ingresos mensuales en los últimos 4 años”, desde la mitad del mandato de Mauricio Macri hasta la actualidad.
De acuerdo al estudio, el sector privado registrado perdió contra la inflación durante 30 meses, el público durante 33 meses y el sector privado no registrado durante 34 meses.
“El sector más perjudicado es el privado no registrado, con una pérdida de 10 ingresos mensuales. Esto equivale al 20,9% de su capacidad de consumo en todo el cuatrienio. Luego le sigue el sector público, con una pérdida de 7,9 ingresos mensuales, lo cual equivale al 16,4% de su capacidad de consumo acumulada. Por su parte, en el caso de los haberes jubilatorios mínimos (incluyendo bonos) se observa que se perdieron 5,6 haberes mensuales del año de referencia, lo que llevado al cuatrienio, considerado equivale al 11,6% de la capacidad de consumo”, explican.
“Que Argentina sea el país con mayor volatilidad de precios relativos refleja, entre otras cuestiones, la variabilidad de las políticas económicas que aplican los diversos gobiernos, en este caso concreto, de dos gobiernos del nivel nacional. La constante clara es que la tasa de inflación supera ampliamente a las tasas del resto de países considerados. Y en los países de elevada inflación, también se observa una elevada volatilidad en precios relativos”, concluyeron.