Si a alguien le quedaban dudas sobre cuán decidida está CFK a jugar a fondo en el nuevo mapa político y, particularmente, en el reordenamiento del peronismo, esta semana dejó episodios más que suficientes para despejarlas. Con el telón de fondo de la fragilidad en aumento del Gobierno nacional y la figura de Javier Milei, la ex presidenta salió con todo a la cancha para marcar que no solamente no piensa quedarse fuera de las discusiones por lo que viene, sino que pretende conducirlas y encabezarlas.

El contexto es determinante. La imagen del presidente y la de su gestión vienen en franco deterioro hace ya varias semanas y sin atisbo de recuperarse. El Gobierno, encerrado en un dogmatismo fiscalista, elige mal los enemigos y se pelea a muerte con dos de los sentimientos nacionales más preciados para el conjunto de la sociedad: los jubilados y la educación pública. Sus derrotas políticas se dieron en la calle y en el Congreso,y se explican en gran medida por los pésimos resultados económicos que ya fastidian a la sociedad a tan sólo 10 meses de su asunción. 

CFK sintió el momento y puso quinta a fondo. Arrancó a cruzarse directamente con Milei vía documentos y posteos en X, recurrió a sus ya clásicas clases magistrales y esta semana avanzó un casillero más mostrándose en La Matanza con el Padre Tano (Nicolás Agenlotti) y grupos de niños y jubilados. Su desembarco en el territorio de Fernando Espinoza, uno de los principales intendentes aliados a Axel Kicillof, no fue inocente y dejó mucha tela para cortar con la tijera de la interna que hoy atraviesa al peronismo.

El Padre Tano mantiene fuertes tensiones con Espinoza y, a la par, trabaja cerca de Facundo Tignianelli, uno de los hombres fuertes de la organización de Máximo Kirchner al que Andrés Larroque incluyó entre los “tres ñatos de WhatsApp”. El mensaje de CFK, tanto el explícito como el indirecto, fue una potente crítica a la gestión municipal y a la falta de obras en el distrito. Políticamente, una nueva confirmación de la alianza entre Máximo y Emilio Pérsico para apuntalar la candidatura de su compañera, Patricia Cubría, como alfil para desplazar al histórico líder matancero. 

El mensaje también fue hacia Axel Kicillof. A cuadras de distancia de las críticas de CFK por la falta de obras, la provincia está construyendo una serie de viviendas populares en el barrio Puerta de Hierro. CFK obvio el dato, como cuando se despachó con críticas a Milei en su clase magistral, explicando todo lo que había que hacer para oponerse al Gobierno nacional, y sin siquiera mencionar al gobernador, que se dedica a eso todos los días y la miraba incómodo desde la primera fila. Otro dato en fino es que, el mismo día de la visita de CFK a La Matanza, Kicillof asistía a la asunción de Claudia Sheinbaum en México y obtenía potentes imágenes y apoyos como el del mismísimo Lula da Silva. En una jornada en la que el gobernador podría haber sido la estrella, CFK dio una nueva sorpresa y colonizó la agenda. Interpretaciones a cargo del lector.

LA MOVIDA DE LA REINA

Al día siguiente, durante la masiva marcha universitaria por la ley de financiamiento y contra el veto de Javier Milei, CFK volvió a mostrarse en público. Esta vez desde el Instituto Patria, desde donde saludó a manifestantes y apoyó el reclamo. Nadie quería quedarse afuera de una de las jornadas más potentes de reclamo contra el Gobierno nacional, menos que menos si la decisión es mantenerse en la agenda. 

Pero el gran golpe de la ex presidenta vendría tan solo 24 horas después de la gran marcha universitaria, cuando aún se debatía el impacto en el Gobierno de una nueva movilización histórica en su contra y la posibilidad de su veto se caiga en el Congreso, revelando su fragilidad de no contar con un tercio en Diputados que blinde sus decisiones. En un movimiento orquestado milimétricamente, que comenzaron dos lugartenientes centrales de CFK como Eduardo Wado de Pedro y Mayra Mendoza, La Cámpora lanzó la postulación para la presidencia del PJ nacional para la ex presidenta. Inmediatamente comenzaron a sucederse una catarata de apoyos a esa jugada, fundamentalmente del primer anillo cristinista pero también con alguna sorpresa.

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X de Mayra Mendoza ☀️

La movida reafirma algunas cosas. Primero y antes que nada, que La Cámpora es el brazo ejecutor de la línea de CFK y que ya resulta un infantilismo pensar que pueda existir alguna diferencia de lecturas y estrategias. Lo segundo, es que la ex presidenta elige pararse como la  conducción de La Cámpora para, desde allí, discutir con el resto de los actores del peronismo. Lo tercero es que cobra aún más fuerza que con todos los gestos anteriores la teoría de una CFK candidata el año que viene, ya que el nivel de exposición, de tensión interna y de mando que implicaría su presidencia del PJ sólo se explica si ella está decidida a ir a fondo y por todo.

EL CAMINO DEL RIOJANO 

Hay, sin embargo, algunos convidados de piedra en la fiesta cristinista. El primero y más claro es el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, que fue el primero y hasta ahora el único en postularse para el cargo vacante desde la renuncia de Alberto Fernández. Quintela viene trabajando en su candidatura hace tiempo, tiene un equipo juntando avales, hizo una reserva de lista y fue transitando en estos meses todo el camino burocrático y político por llegar a la titularidad del PJ.

Semanas atrás, Quintela se reunió con la jueza federal con competencia electoral María Servini, quien le transmitió que consentiría el comicio del justicialismo y avaló los pasos institucionales que el riojano viene dando. A su vez, el gobernador también mantuvo un encuentro con Máximo Kirchner, en el que el diputado nacional se limitó a escuchar los argumentos de su postulación pero no terminó ni de bendecirla ni de vetarla. Quintela esperaba una señal de CFK en estos días, y vaya si la tuvo. Más allá de eso, Quintela continúa su trabajo en pos de llegar a la presidencia del PJ. 

Sus equipos digitalizan avales, él mantiene visitas a distintas provincias como la de este viernes a Neuquén en las que busca sumar adhesiones, y el apoderado de su lista, el ex juez Daniel Llermanos, ya expresó ayer en X Quintela no se baja: “Como APODERADO de la lista de Ricardo Quintela para la Presidencia del PJ manifiesto mi alegría de que  participe Cristina. Todo indica que el Peronismo necesita una elección interna que defina quiénes son los representantes legitimados por el voto”, sentenció.

LOS DILEMAS DEL BONAERENSE

Kicillof también quedó en una posición incómoda, reflejada en el hecho de que ni él ni ninguna de sus principales espadas salieron a celebrar como hizo el camporismo la postulación de CFK. El gobernador bonaerense viene buscando grados de autonomía en su despliegue político, tanto en la construcción de su línea propia como en los marcos de alianzas que va trazando, pero choca en ese proceso con los permanentes intentos de condicionamiento por parte de la ex presidenta y La Cámpora. El “hijo político”, que ganó por paliza dos elecciones y ya se probó en la gestión, aún no consigue el permiso para irse de casa a construir la suya propia, algo que en la familia se plantea más como una traición que como un crecimiento lógico de alguien que aspire a la presidencia. 

El difícil equilibrio de no romper con CFK pero seguir construyendo su armado se le pondrá aún más complejo a Kicillof si efectivamente la ex presidenta va por la titularidad del PJ. Básicamente porque muchos de los actores que hoy lo acompañan lo hacen en gran medida para escapar a esa tutela del dedo de CFK. Está claro, además, que la idea de enfrentar en una elección a la ex presidenta, sea para la presidencia del partido o una PASO el año que viene, es casi una sentencia de derrota.

A nivel provincial, Máximo también movió sus fichas y convocó a un encuentro del PJ bonaerense para este sábado en Monte Hermoso. El diputado nacional había dicho que la instancia provincial del partido tendría elecciones a la par que las nacionales, en lo que fue toda una sorpresa hace unos meses puesto que el líder de La Cámpora tiene mandato hasta diciembre del 2025. Finalmente esa convocatoria electoral no sucedió, y Máximo activa justo en este momento un partido provincial que no se reúne desde febrero. Habrá que ver en qué medida el encuentro deja mensajes y posicionamientos para con la posible postulación nacional de CFK, ya que el tiempo corre y las elecciones están pautadas para el 17 de noviembre.

La opción que parece quedarle a Kicillof es justamente la que el gobernador pretende evitar. Seguir bajo el ala de CFK, con la ex presidenta conduciendo el PJ nacional, Máximo Kirchner el PJ bonaerense y la líder del kirchnerismo como cabeza de lista para el 2025 en la provincia que él gobierna. Si Kicillof quiere encabezar una alternativa para la presidencia, difícilmente la mejor plataforma para hacerlo sea en un esquema donde CFK y La Cámpora controlen todos los espacios de toma de decisiones y él quede relegado al lugar de candidato presidencial de un espacio que, no sólo no conduce, sino que es conducido por quienes le dejaron bien en claro que debe seguir respetando los rangos.

LAS DEFINICIONES QUE FALTAN

Desde un sector del peronismo enfrentado a La Cámpora y que trabaja por la presidencia de Quintela en el PJ ironizaron con la veintena de referentes políticos que ya expresaron su apoyo a la candidatura de CFK. “Un culto a la apertura”, chicanearon. Más allá de eso, lo que está mirando buena parte del peronismo es qué pasa con actores y sectores que probablemente se sientan incómodos con esta nueva jugada de CFK y cómo repercute eso en el conjunto.

“Si Cristina quiere conducir el conjunto puede hacerlo. Para eso esa vocación se manifiesta de la forma exactamente opuesta a lo que está ocurriendo en las últimas horas. ¿Un clamor de La Cámpora puede generar que la conducción de CFK sea aclamada por el conjunto?”, lanzaban a horas del inicio del operativo K. Y agregaban una cuestión a seguir en los próximos días: “ahora Cristina debe demostrar que todo el arco político del peronismo sale a proclamarla, de lo contrario es una señal de debilidad más que una señal de fortaleza. Cada día que pase sin que Cristina coseche apoyos es una Cristina más débil”.

Entre las ausencias que le destacaban al nuevo operativo clamor figuraban ,en primer plano, la del propio gobernador Kicillof y las figuras de su gabinete. Pero también la de un número relevante de intendentes, de los gobernadores, los dirigentes de la CGT. Habrá que ver si CFK logra traducirlo que puede ser una gran adhesión popular a su figura, a un apoyo partidario que corre por otro carril, con otro peso de los actores que inclinan la balanza y otra dinámica electoral a la de una elección general. De lo que ya no hay dudas es que CFK está decidida a jugar, y a jugar fuerte. Se verá si alguien se decide también a pararse enfrente y disputar directamente con ella.