Mientras los jubilados mendigan y se ajustan como nunca, bajando la cantidad de pastillas que les resguardan su salud en las farmacias o no pueden pagar los incrementos tarifarios, la política mira hacia otro lado.

Los haberes jubilatorios a la baja, que marcan la monumental pérdida de poder adquisitivo que sufrió este sector de la sociedad en los últimos años, y que particularmente lo afecta desde la llegada de La Libertad Avanza al poder, son el botín en disputa, teñido por el cálculo electoralista.  

Los principales dirigentes del oficialismo, y de la oposición amigable, negociadora y, en algunos casos, asociada con el Gobierno, se ponen de acuerdo por estas horas para dar el apoyo al veto presidencial, que haría que los jubilados de la mínima pasasen de ganar 304 mil pesos (sumando el congelado bono de 70 mil pesos) a 318 mil pesos.  

Los emisarios del presidente Javier Milei tienen el apoyo total del diputados del espacio del extitular de la bancada “libertaria” y actual presidente del bloque del MID Oscar Zago, y cuenta con el aval de su socio predilecto, el PRO, comandado por Cristian Ritondo.

El MID le aporta a la causa del oficialismo, que tiene 37 diputados, otros 3 escaños, y el bando amarillo, aportará sus 38 legisladores. El PRO llegó a este número luego de que el diputado por la UCR de Entre Ríos, Pedro Galimberti definiera que su salida de la Cámara baja debia ser ni más ni menos que esta semana donde se debate un tema trascendental para buena parte de la sociedad. Lo espera un cargo en la represa de Salto Grande, de la mano del gobernador Rogelio Frigerio.

El lugar de Galimberti lo ocupará Nancy Ballejos, que se suma al bloque del partido fundado por Mauricio Macri y coloca al PRO como el espacio con segunda minoría en en Diputados, por detrás de Unión por la Patria (UP). Es por esta razón que el Gobierno se asegura un nuevo voto de respaldo al veto.

Pero el espacio que puede inclinar la cuestión de forma definitiva a favor de Milei, y en contra de quienes él denomina en cada oportunidad que puede como “degenerados fiscales” es la UCR. Se trata del espacio que impulsó la reforma en la Cámara baja, que luego fue ratificada en el Senado.

Pero por estas horas, todo indica que, aunque no fueron invitados por la secretaria General de la Presidencia Karina Milei a la reunión de bloques con el PRO y el MID el lunes, habrá algunos legisladores del espacio del partido centenario que torcerán la orientación de su voto y ahora estarán del bando del oficialismo, en su cruzada a favor del veto.

Esto fue ratificado en la mañana de este martes cuando los hermanos Milei, junto a los ministros de Seguridad Patricia Bullrich; de Defensa, Luis Petri; el vicejefe de Gabinete Lisandro Catalán; y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se reunieron con un puñado de integrantes de la bancada radical y se sacaron una foto de “entendimiento” que hace suponer su apoyo al veto.

Los hasta ahora ocho conversos de la UCR serían: el titular del bloque Rodrigo de Loredo, legislador por Córdoba; el miembro informante del proyecto Mariano Campero, por Tucumán;  Francisco Monti, por Catamarca; Pablo Servi, por Neuquén; Luis Picat y Soledad Carrizo, por Córdoba; José Federico Tournier, por Corrientes; y, Martín Arjol, por Misiones.

A este número de diputados que darán la cara y cambiarán su posición, se le suma algunas hipotéticas ausencias que aumentan exponencialmente las posibilidades de éxito para el oficialismo.

Por pedido del gobernador chaqueño Leandro Zdero, se pone en duda la participación del debate en el recinto de los legisladores Gerardo Cipolini y Juan Carlos Pollini. Por maniobra del gobernador Frigerio, la de la diputada Marcela Antola. Y por pedido del mandatario santafesino Maximiliano Pullaro, se bajaría la legisladora Melina Giorgi.

Se espera que otros gobernadores aliados a LLA como Alfredo Cornejo, de Mendoza, y Gustavo Valdés, de la línea más dura de la UCR, hagan lo propio en las próximas horas, y sea el certificado de defunción de un proyecto legislativo que, como el propio radicalismo, se muestra tan oscilante como falto de orientación política.

Los que perderán, son siempre los mismos.