Desde la derogación de la Ley de Alquileres, el valor de los alquileres en Argentina aumentó un  213%, 66 puntos porcentuales por encima de la inflación que alcanzó el 147% entre diciembre de 2023 y agosto de 2024. 

La política de desregulación de Javier Milei impacta directamente sobre millones de habitantes que no tienen una casa propia, particularmente, sobre sus bolsillos. Según el censo 2022 del INDEC, hay 31.412.314 personas que residen en hogares propios y 7.925.280 son inquilinos; en los dos últimos años esa última cifra creció y para esta altura supera los 8 millones. 

Tras la derogación de la legislación que regulaba los contratos, alquilar en Argentina se ha vuelto una odisea. Es cierto que hay una mayor oferta de inmuebles, pero los valores y las condiciones son cada vez menos accesibles. 

Hoy en día, los contratos de alquiler pueden durar un año, dos, más, menos; y en su mayoría se actualizan cada tres, cuatro o seis meses según índice de locación o inflación. La falta de control y mínimos parámetros, hizo que los alquileres aumentaran más de un 200% en tan solo nueve meses. Así lo reveló un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda (UNDAV). 

En tanto, para junio de 2024, el Índice de salarios se incrementó apenas un 84,3% respecto de diciembre previo. Es otras palabras: no hay salario que pueda resistir la suba de los alquileres. 

"El Gobierno estaría en una encrucijada ya que la desregulación parece complicar el objetivo de desinflar", advirtió el informe del Observatorio de la UNDAV al revelar que incluso la inflación núcleo, que no considera ni precios regulados ni factores estacionales, se ha acelerado.

En diferentes oportunidades, como sucedió con Camioneros, el Gobierno nacional decidió poner un techo a los aumentos salariales y no homologar acuerdos que lo superaran bajo el argumento de que un incremento “excesivo” de los ingresos de los trabajadores producirían mayor inflación. Sin embargo, en los últimos nueve meses fueron ítems comon los alquileres y de los servicios de telecomunicaciones los que aumentaron por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC) gracias a las políticas macroeconómicas del Ejecutivo que decidió desregular ambos sectores.