Milei se cortó solo, el Triángulo de Hierro se tensiona y Macri abre la puerta a que se le cambien de bando
El llamado abierto del Presidente para aliarse con Mauricio Macri vuelve a generar rispideces por lo bajo y se choca con la posición de Karina Milei y Santiago Caputo. Insisten en una autonomía de “puros” de La Libertad Avanza, a base de silencio y confrontación directa con el PRO: el caso de la AFIP macrista. El expresidente acerca nombres propios de sus filas que pueden dar el salto al oficialismo.
El mes de enero, con la temporada de vacaciones y el relajo estival, hace años que en la Argentina dejó de ser una época tranquila. En el territorio de la política, esto queda a las claras durante el desarrollo de la primera semana completa del nuevo año, el de la prueba electoral para el Gobierno con los comicios de medio término. Y también con sus aliados. Todos mueven sus fichas rápido, y nadie quiere que se le pase el tren.
El primer golpe lo dio el presidente Javier Milei, que se presta para entrevistas de comunicadores amigos, y comienza a marcar el camino de una probable táctica electoral que lo dejará espalda con espalda con el espacio que más le respondió de forma incondicional durante el primer año de mandato de La Libertad Avanza (LLA): el PRO.
La muestra de la bandera blanca de paz con el partido de Mauricio Macri fue evidente y de cara a octubre convocó a un acuerdo para “arrasar con el kirchnerismo”. Los detalles más finos son los que ponen al elenco amarillo a la retaguardia.
Además de insistir en que la LLA y el PRO deberían ir juntos en los 24 distritos nacionales, Milei quiere que Macri salga a jugar, poniendo su nombre en la boleta (¿senador por la Ciudad de Buenos Aires?), pero desde su entorno son conscientes de que puede significarle una mal trago la imagen negativa que arrastra el exmandatario.
Sin embargo, son optimistas de que, si se produce la unión de las dos opciones más representativas de la derecha argentina, esto los colocaría con un hipotético 60 por ciento de apoyo que le darían el triunfo contra la oposición “kirchnerista”.
Milei no fue nada improvisado cuando definió a su adversario, evitando la carga contra el amplio abanico del “peronismo”. Confía en que puede seguir contando con las alianzas del PJ federal más tradicional que fue tejiendo a lo largo de su año en el poder e incluso hacerse del aval de nuevos aliados, que le permitiría mejorar su performance electoral en cada provincia.
Macri se mostró dispuesto a acercar posiciones con la propuesta del Presidente y en la publicación en su cuenta de Twitter X también sacó a relucir la bandera blanca de una tregua tan circunstancial como cambiante. El expresidente está entre la espada y la pared: sabe que una aventura en solitario del elenco amarillo puede significarle una aplastante derrota que lo arroje al ostracismo, y la dolorosa contracara es diluirse completamente yendo en tándem con LLA.
En ninguno de los escenarios, Macri está cómodo. El caso testigo es la Ciudad de Buenos Aires. En territorio porteño, el jefe de Gobierno y primo del exmandatario, Jorge Macri, desdobló las elecciones, buscando preservarse, y así evitar que los comicios nacionales traccionen votos hacia LLA.
En su esquema ideal, compartido por su círculo de confianza en el PRO nacional, Macri plantearía que el único distrito donde lo ideal sería presentarse en conjunto con los “libertarios” es la Provincia de Buenos Aires. El argumento institucional es que la elección parlamentaria tiene “una dinámica distinta” por tratarse de “elecciones provinciales”. El mensaje de “autonomía” implícito es el de salvaguardar lo que queda del partido que supo animar uno de los dos polos de la grieta en Argentina durante los últimos 20 años.
Como si se tratara de dos fuerzas y dos referentes (Milei y Macri) en igualdad de condiciones, el titular del PRO acerca nombres propios para un eventual esquema de trabajo conjunto. En ese listado aparece parte de la primera plana de lo que en los hechos, en algunos casos, son miembros del cuadro “amarillo” cada vez más “violetas”.
Uno de ellos es el alguien que ya venía tejiendo este camino de confluencia electoral por lo bajo. Se trata del titular del partido en la Provincia de Buenos Aires Cristian Ritondo, que aún no se pronunció públicamente por la investigación de cuentas off shore atribuidas a su esposa para adquirir inmuebles en Miami. El también jefe del bloque de Diputados PRO había sido escudado por Milei mucho más de lo que lo hicieron sus compañeros de espacio.
Otra apuntada es Silvia Lospennato. La diputada también tiene buen vínculo con la Casa Rosada. De hecho, Milei habló con ella personalmente cuando se cayó su proyecto de Ficha Limpia en diciembre, prometiéndole que, con algunas modificaciones, sería otra vez impulsado por el oficialismo en sesiones extraordinarias. Los últimos meses marcaron una radicalización de la legisladora que une a ambos lados de las fuerzas de la derecha.
Otras de las figuras mencionadas por Macri es su último ministro de Economía, Hernán Lacunza y también dos que son de la confianza de su primo Jorge: la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez; y, la diputada nacional por Chubut Ana Clara Romero.
Dos que se quedaron afuera de la nómina son la exgobernadora bonaerense y actual diputada nacional María Eugenia Vidal y el actual legislador Diego Santilli. “El Colo” había sido uno de los primeros que buscó posicionarse como satélite para desembocar en LLA y, junto con Ritondo y Lospennato había sido elogiado por Milei.
CHOCA EL TRIÁNGULO DE HIERRO, CHOCAN LAS CONSTELACIONES
Si el mes de enero es el de la bandera de paz “ProLibertaria”, el tembladeral más fuerte de la relación entre los espacios se había producido en diciembre. Y en esa belicosidad habia dos actores estelares del Gobierno. Nada más y nada menos que “El Jefe” Karina Milei y el asesor estrella Santiago Caputo.
Dos patas del Triángulo de Hierro que, con distintas aproximaciones, tienen una coincidencia: el PRO no debe inmiscuirse con el Gobierno. Ambos desde el silencio pero con una intensa actividad subterránea se plantan y buscan conformar una oferta electoral pura “libertaria”. Tanto Karina como Santiago chocan de frente con el mensaje presidencial de hacer las paces con el conjunto amarillo.
Por el lado de la Secretaria General de la Presidencia, la función primordial es garantizar el armado partidario en cada una de las provincias, y solo faltan un par de distritos para que haya representantes plenos de LLA en las boletas. Se rodea de armadores de años de trayectoria como Sebastián Pareja en la Provincia de Buenos Aires o los Menem (su asesor Eduardo “Lule” y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín) para sus presentaciones por el Interior.
El silencio de Karina con respecto a Macri puede tener fecha de vencimiento: cuando se defina si ella será candidata en la Ciudad de Buenos Aires, el bastión de la gestión PRO, y se define si habrá una Milei en la boleta porteña que competirá con una hipotética candidatura de Macri como senador allí.
Caputo, por su parte, desde el bando radicalizado de “Las Fuerzas del Cielo”, está metido en el barro de los carpetazos para dinamitar al PRO. A diferencia de Karina, su papel es el de la batalla cuerpo a cuerpo.
La noticia de la creación durante el gobierno de CAMBIEMOS, en el 2016, de una presunta lista de 50 empresarios, políticos y familiares “kirchneristas” a ser protegidos por la gestión macrista de la AFIP, fue el haz bajo la manga que utilizó una cuenta atribuida al asesor todopoderoso para arremeter contra el expresidente y sus funcionarios. Los blancos de sus acusaciones fueron la exvicepresidenta de la Unidad de Información Financiera (UIF) María Eugenia Talerico, y la exsubdirectora de AFIP Jimena De La Torre.
El integrante del Triángulo de Hierro anotó dos puntos en la misma jugada. Exfuncionarios y comunicadores afines a Macri lo acusaron de querer correr el eje de las criticas sobre el actual titular de la Dirección General Impositiva (DGI), Andrés Vázquez, que apenas siete días después de asumir el cargo, promovió a su pareja para que asumiera al frente de la Dirección Regional Centro II de CABA.
Y por otro parte, la cuenta atribuida a Caputo, arremetió por la respuesta de la exvicepresidenta de la UIF: “La defensa de la banda de Talerico es que las personas que integraban la lista secreta que armó la AFIP durante su gestión terminaron todos presos. No sé si son pelotudos o se hacen”, cruzó, en referencia omisa al caso del empresario del Grupo Índalo Cristóbal López. En definitiva, la cuenta MileiEmperador los había acorralado, haciéndolos admitir un supuesto delito.
Todo este panorama, dentro de un manto de poca transparencia institucional que se aleja de los parámetros con los que Macri esta mañana aceptaba el camino conjunto entre el PRO y LLA. Un trayecto que, seguramente, de cara al mes de mayo cuando cierren las listas, tendrá nuevos episodios de carpetazos cruzados.