Un auténtico disparo al bolsillo de la enflaquecida clase media es lo que significa el aumento anticipado por las empresas prepagas para febrero. Es que, tras subir más de 200% en promedio en 2024 -esto es, largamente por encima de la inflación de 117% acumulada en los doce meses-, las compañías privadas de medicina le darán un nuevo saque a los costos de su cobertura, cuyos precios fueron desregulados a inicios del año pasado por el Gobierno Nacional de Javier Milei y su política de libre mercado.

En promedio, las cuotas mensuales de las prepagas incrementarán su valor en un 3% desde el segundo mes del año. La medida es común a la mayoría de prestadoras, que suelen coordinar actualizaciones como esta, lo que les suscitó problemas en 2024 por una denuncia de competencia desleal que el mismísimo ministro de Economía libertario Luis “Toto” Caputo les recriminó. Y en febrero ocurrirá de nuevo, con alzas que oscilarán entre el 2,5% y el 3,7% para todas las categorías de clientes.

En rigor, se trata del segundo aumento en lo que va del año: tras el anuncio del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre, que marcó un 2,7%, las prepagas decidieron disparar en un 4% aproximadamente sus costos para empezar 2025 con el nuevo esquema tarifario ya en vigencia. En este contexto, el alza de febrero implicará la segunda actualización en menos de dos meses y a pesar de la desaceleración general de los precios, últimamente tuvo al rubro de la Salud entre sus categorías más inflacionarias.

Entretanto, el historial de las firmas de medicina privadas bajo la gestión de La Libertad Avanza (LLA) desnuda un comportamiento errático que las ha llevado a enemistarse en más de una oportunidad con los funcionarios de la propia administración de Gobierno. El problema es que las empresas aumentaron sus cuotas casi el doble de la inflación anual: en 2024 incrementaron sus precios entre un 204% y un 210% ante un IPC de “tan solo” 117,8%. Los casi 90 puntos de diferencia, desde luego, los paga la clase media.