La masiva movilización de la Confederación General del Trabajo (CGT) tuvo su réplica en el Gobierno. Tras la protesta, el presidente Mauricio Macri echó a dos funcionarios cercanos a los gremios. Se trata del viceministro de Trabajo Ezequiel Sabor, y el superintendente de Servicios de Salud, Luis Alberto Scervino, que tenía el control de unas 300 obras sociales sindicales.

Entre las PASO y las generales, el Gobierno intenta mantener las aguas calmadas y la marcha de ayer no es hacia donde se intenta ir. Quien hasta ayer era el Superintendente de Servicios de Salud estaba estrechamente ligado al dirigente sindical José Luis Lingeri, que estuvo ayer arriba del escenario en el acto de la Plaza de Mayo. 

En tanto Sabor, que había sido funcionario porteño sería reemplazado por Horacio Pitrau, actual subsecretario de Asociaciones Sindicales, según se informó.

Crítico de la protesta, Macri señaló tras la movilización que "no hay que poner la energía en movilizarnos a no sé qué, como hace unas horas veíamos" y dijo que la misma  fue "una pérdida de tiempo".

Por su parte, el Ministro de Trabajo, Jorge Triaca declaró: "La movilización fue innecesaria porque siempre fue nuestra vocación dialogar con todos los sectores. Así lo hicimos durante un año y medio. Así pudimos lograr la reparación histórica de los jubilados, resolver los problemas de las obras sociales y la ley de ART. Fue un reclamo político y electoral", dijo ayer el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.