El paro en Aerolíneas Argentinas, que es liderado por los gremios de pilotos y tripulantes de cabina, con más de 300 vuelos cancelados, despertó la reacción del gobierno de Javier Milei. Y uno de los que salieron a responder por el reclamo fue el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger,  quien reflejó su enojo con los sindicalistas. 

Según el funcionario libertario, uno de los detonantes de la huelga ha sido la eliminación del beneficio de viajar gratis en clase ejecutiva para los pilotos. Con cierto tono de chicana, Sturzenegger dijo que el aumento salarial que podría ofrecer el Gobierno es del 0% hasta que la empresa genere ganancias, subrayando que "no se puede seguir pidiendo recursos a los contribuyentes".

Los rostros de los líderes sindicales, Pablo Biró, de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), y Juan Pablo Brey, de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), reflejan la tensión acumulada. Ellos han tomado las riendas de una huelga que no solo ha paralizado vuelos, sino que también ha causado grandes pérdidas económicas. Fabián Lombardo, presidente de Aerolíneas Argentinas, ha calculado que el costo de esta medida oscila entre 2.5 y 3 millones de dólares, además de advertir sobre una caída del 20% en las reservas de vuelos domésticos y del 10% en internacionales.

"Están parando porque no les dieron los asientos en business. Los pilotos que ganan entre 3 y 20 millones de pesos, en algunos casos volando tres vuelos por mes, tienen una serie de prerrogativas entre las cuales es volar toda su familia en business. Creo que no les habían dado los asientos en business que les correspondían, entonces es parte del conflicto”, afirmó el funcionario en diálogo con Radio Mitre.

Así, la situación en Aerolíneas Argentinas continúa desarrollándose, con un futuro incierto que promete más turbulencias en los días venideros.