Una Bullrich confiada y encendida busca el batacazo el domingo y meterse en el balotaje
La candidata presidencial de la coalición cambiemista cerró su campaña en Lomas de Zamora, al calor del escándalo Insaurralde. Cargó contra las “mafias” y la “corrupción” kirchnerista, y se quiso mostrar como alternativa empática y responsable frente a los puntos más polémicos de Javier Milei. Macri y Larreta fueron de la partida.
Bajaba la tarde de sol en el sur del conurbano bonaerense y Juntos por el Cambio (JxC) gastó sus últimos cartuchos en apuntar a un territorio en el que sabe que debe hacerse fuerte si quiere entrar al balotaje presidencial.
Patricia Bullrich debe mejorar su performance sobre todo en los 24 municipios que conforman el casco urbano que concentra al grueso del electorado y que pueden catapultarla a un desempate contra Javier Milei o Sergio Massa el 19 de noviembre, en lo que la líder llamó esta tarde “la última estación”. O lanzarla al precipicio junto con el resto de la coalición este próximo domingo.
En tierras de Martín Insaurralde, en el municipio de Lomas de Zamora, lugar que en las últimas semanas adquirió notoriedad nacional y donde JxC busca exprimir la mala imagen que dejó el exjefe de Gabinete del gobernador Axel Kicillof, Bullrich buscó impostar una amplia foto de unidad de su espacio.
No faltó nadie a la cita en la plaza céntrica “Raúl Alfonsín”: Luis Petri, Esteban Bullrich, Miguel Pichetto, José Luis Espert, Diego Santilli, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Ernesto Sanz, Maximiliano Abad, Carlos Melconian, el candidato a intendente local Guillermo Viñuales, y los candidatos bonaerenses Néstor Grindetti y Miguel Fernández.
Pero había dos invitados estelares: el recientemente nombrado jefe de Gabinete de Bullrich en caso de llegar a la presidencia y ex rival en las PASO, Horacio Rodríguez Larreta, y el expresidente Mauricio Macri, que durante toda la campaña remarcó los aspectos que ve positivos del candidato de La Libertad Avanza, que hizo mucho ruido interno.
Antes de empezar a colmarse el escenario con la primera plana cambiemista, la gente aportó su colorido con las banderas argentinas. Este cronista se detuvo a hablar con algunos de los autoconvocados al cierre de campaña de Bullrich que mostraban su tarjeta SUBE haciendo ademanes de que a ellos “no los traía nadie”.
Abundaba la euforia y las críticas contra lo que consideran la corrupción del gobierno, y muchos reiteraban que había una “crisis moral”, y que la gente “no busca trabajo”. "Nosotros seremos ‘viejos meados’ pero los pibes tienen que saber lo que propone este muchacho", señaló una señora de más de 50 años, apuntando a Milei. “Tengo una hija que se fue hace dos años a Estados Unidos. Yo por suerte la pude mandar a estudiar inglés cuando era chica", planteó cuando contaba que “hoy los jóvenes se quieren ir todos del país”.
Además de la concurrencia que apoyaba al candidato a intendente Viñales, que se desplegaron con bombos, instrumentos de viento, y sacaron a relucir el “yate de Insaurralde” por las calles aledañas a la plaza, se podían ver banderas que respondían a Grindetti, y a otros candidatos que se juegan a todo o nada el fin de semana su suerte: Diego Kravetz en Lanús y Martiniano Molina en Quilmes.
Si bien no fue un número despreciable de asistentes los que se movilizaron a la “última función” de Bullrich, el lugar elegido no estaba desbordado ni mucho menos, sino que inmediatamente al lado, los niños tenían el suficiente espacio junto a sus padres para seguir con sus juegos como si nada pasara alrededor.
Luego de la alocución de Viñuales, llegó el turno de Larreta. El alcalde porteño, que no había tenido participación en la campaña de Bullrich luego de que su espacio perdiera en las PASO, fue al hueso. Pidió que apoyen a Grindetti y afirmó que Bullrich “es la única capaz de garantizar el cambio”. “Somos gente de palabra, nos comprometimos con Patricia y todo el equipo a lo largo de toda la campaña a que íbamos a estar juntos. Eso es lo que nos piden ustedes y eso es lo que la Argentina necesita”, remarcó.
Un clima de atenta escucha se produjo cuando tomó la palabra Mauricio Macri. El expresidente, que coqueteó con el candidato de La Libertad Avanza, dio gestos de plegarse a su candidata oficial, a quien le reconoció su coraje y que tiene “un equipo técnico y político de volumen con experiencia y gran capacidad”. Primero fue duro contra Unión por la Patria, pero también se desmarcó de Milei y de su armado.
Sostuvo que se trataba de “un momento histórico” que le permitirá al país “un cambio de era que va a dejar atrás ideas destructivas que nos empobrecieron y degradaron moralmente, ideas populistas, kirchneristas que no trajeron paz ni felicidad”.
Fue más ecuánime que en anteriores ocasiones para referirse tanto a Massa como a Milei: ““Del otro lado hay un ministro candidato que ya compite para ser el peor ministro de Economía de la historia”. También expresó que La Libertad Avanza es “una agrupación no madura, sin volumen, sin equipo, fácilmente infiltrable que no puede garantizar ningún cambio”.
“Yo no puedo dejar de recordar lo que fue gobernar ese prólogo del cambio con sólo cuatro gobernadores y 30% de la Cámara de Diputados. Imagínense cómo alguien puede prometer un cambio con cero gobernadores y menos del 20% de los diputados. Ahí no hay ningún cambio posible”, reflexionó Macri. Los aplausos llegaban de todos lados, parecía que era un poco de agua en medio del fuego interno.
Llegó el turno de Grindetti que descargó munición gruesa contra Kicillof, su principal contendiente y favorito para el domingo. Habló de un gobierno “ineficiente” y “alejado de la gente”. “Por eso pasa lo que pasa con los temas de corrupción. Repudio fuertemente lo que ha hecho Insaurralde. Es una barbaridad, una ofrenda”, planteó mientras la gente enardecía contra el exfuncionario. “Nosotros sí combatiremos al kirchnerismo”, remarcó.
Se metió en la polémica con Milei y se planteó distante de “ese mesianismo que se mira el ombligo que dice que para cambiar las cosas hay que romper”. “No puede ser que se diga que hay que arreglar la seguridad a los tiros, no tiene ideas concretas. Es un liderazgo mesiánico que nos puede llevar muy mal”, sostuvo.
“Queremos el poder para transformar la realidad de la gente, nosotros tenemos sentido común. Con este equipo lo vamos a poder concretar, somos los únicos capaces de hacerlo. La provincia hay que ganarla, es nuestra última oportunidad. Estamos todos juntos celebremos eso. Se puede, depende de nosotros”, concluyó Gridnetti. “Sí se puede”, le gritaban desde abajo.
Cerca de las 19, Bullrich tomó el micrófono. “Estamos en el último acto de la penúltima estación, porque la última es el 19 de noviembre ganando el ballotage y la Presidencia”, introdujo. Les agradeció a los “ciudadanos de Lomas” que la acompañaron, y expresó que “este domingo es un día muy especial, porque este domingo vamos a terminar con el kirchnerismo, de una vez y para siempre”. Nuevamente el público le contestaba con el “Sí se puede” y las banderitas argentinas flameaban.
Al igual que Grindetti, repartió palos contra Insaurralde y Kicillof: “La pornografía brutal de Insaurralde ha sido lo que nos ha llenado el vaso de 20 años de robo de la Argentina. Hay que ser caradura para no entender el sufrimiento de la gente hoy en la Argentina. Un día del yate de Insaurralde son diez años de tu jubilación”, fulminó mientras se escuchaban insultos contra el lomense que se multiplicaban.“Kicillof no sólo ha sido el cómplice, ha sido el que ha dejado la deuda más importante que hemos tenido los argentinos en el último tiempo, la deuda de YPF”, añadió.
Se mostró confiada por los posibles triunfos de JxC en Entre Ríos, Catamarca, Ciudad de Buenos Aires y también en la Provincia. Y sacó a relucir los pergaminos de su espacio, lo que no tiene el ala “libertaria”. “Esta vez, por primera vez en los 40 años de democracia, el cambio tiene más fuerza y más poder que el continuismo, que es kirchnerismo. Esto significa que el cambio es mayoría en los votos, pero también es mayoría con los gobiernos, con 10 gobernadores, 500 intendentes, con legisladores, con senadores para sacar las leyes que el cambio necesita, con coraje y convicción, con una fuerza que esta vez los va a correr a ellos.
Destacó que en un hipotético gobierno suyo, “la mafia tendrá miedo”, la gente siguió esa afirmación con ese cantico que busca diferenciarse del de Milei sobre la “casta”. Se expresó sobre los bajos salarios y las jubilaciones. Sostuvo, al igual que Macri, que Massa “es el peor ministro de Economía” y que “cada día estamos peor, la plata no alcanza”. “Con nuestra fórmula estaríamos en una jubilación más alta, nos tiraron las piedras para joder a los jubilados”, bramó. Algunos asistentes se enardecían.
Se refirió a un tema en el que suele pisar con firmeza, la inseguridad, y busco mostrar músculo contra las burocracias. “Luché contra las mafias, conozco a los Moyano que están con Massa y a los Barrionuevo, que están con Milei. Sé lo que son capaces de hacer con tal de estar en el poder", sostuvo. “Vamos a ir contra todos los que están contra el cambio. Nunca bajé los brazos. Voy a luchar para que la Argentina cambie de verdad, con un cambio profundo”. Y en otro pasaje indicó que sacaran “a todos los narcos de sus guaridas”: “Massa se olvida que forma parte del gobierno en el que aumentaron 70 por ciento los asesinatos en Rosario. Primero están los ciudadanos."Luego de halagar a Melconian, calificándolo de “economista popular” que “está al lado de la gente”, se plantó desde su faceta de “mamá” y “abuela” para interpelar al electorado con los principales ejes polémicos de Javier Milei. Se mostró “preocupada” por sus ideas “malas y peligrosas”. Nuevamente comenzó la ebullición en la plaza.
Mencionó lo que podría ser una “ley de la selva” si Milei llevase adelante su idea de liberar la venta de armas y se avalase el tráfico de órganos. Arremetió contra la “casta” de La Libertad Avanza. “Votaron algo que sonaba a cambio, de golpe cambiaron y de repente aparecieron en todas las listas la gente de Massa. Están todos ahí como acá en Lomas, y además lo tiene a Barrionuevo. ¿Dónde tiene la casta? Adentro”. Los gritos contra Milei se multiplicaban mientras se empezaban a preparar los fuegos artificiales.
Se descargó contra los dichos del economista “estrella” de Milei, Alberto Benegas Lynch y buscó acercarse a la Iglesia Católica: “Ayer dijo que vamos a romper con el Vaticano porque no nos gusta el Papa… quieren dejar de comerciar con Brasil, China, ¿qué ideas tiene esta gente?”, cuestionó incrédula.
También se mostró en favor de la educación pública pero se distanció del modelo sindical “de Baradel”. No queremos cualquier tipo de educación, vamos por los 190 días de clases”, sostuvo y anunció que llegaría “hasta la Corte (Suprema)” para garantizarlo. La concurrencia aplaudía y asentía: “Patricia presidentee”.
En el último tramo, Bullrich se mostró en favor de “defender” la salud y expresó “lo poco" que ganan "médicos que estudiaron 10 años”. “Hay hospitales sin pediatras, los médicos se están yendo a Chile”, analizó. También adelantó que si ella es ganara, “el extranjero que viene solo un día a atenderse tiene que pagar", clamor en toda la plaza ante esta afirmación.
Se preparaba el momento del cierre definitivo. Una forma de redondear lo que desde hace largos meses se convirtió en una obsesión para Bullrich. “El cambio es ahora y es para siempre", se despidió. Ya los fuegos artificiales daban el clímax final. “Tan Biónica” y la “Ciudad de Buenos Aires” a todo volumen, rememorando otras épocas de triunfos.
Una vieja buena melodía que Bullrich y JxC esperan que les sirva de aliciente para lo que se viene en 72 horas.