La Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) se vio envuelta en un violento episodio que dejó a los estudiantes atónitos. La asamblea, convocada para discutir temas de interés estudiantil y social, se tornó en un escenario de caos cuando un grupo de libertarios irrumpió en el recinto con la intención de desestabilizar la reunión.

La escena era tranquila al principio; los estudiantes se sentaban en círculo, compartiendo ideas y opiniones, cuando de repente, la atmósfera cambió abruptamente. Los gritos y el alboroto de un grupo de jóvenes que entró por la puerta principal resonaron en los pasillos. Sin previo aviso, comenzaron a lanzar gas pimienta al aire, generando pánico entre quienes se encontraban presentes. 

El gas, que rápidamente se esparció por el ambiente, provocó una reacción inmediata: toses, lágrimas y la búsqueda desesperada de aire fresco.

Los estudiantes intentaron protegerse y algunos comenzaron a evacuar el lugar, mientras otros se agruparon para hacer frente a la situación. La asamblea, que buscaba ser un espacio de construcción colectiva, se transformó en un campo de batalla emocional, donde el miedo y la confusión fueron los protagonistas. Los testimonios de quienes vivieron el momento describen cómo la solidaridad entre compañeros emergió en medio del caos, con algunos ayudando a sus colegas afectados por el gas.

X de Carlos Brigo