Comienza la campaña más abúlica desde la recuperación de la democracia
Este 14 de agosto, millones de argentinos irán a las urnas con el nivel más bajo de entusiasmo de los últimos tiempos
Hay una palabra que sirve para describir el momento político en el que estamos: ABULIA. Esta palabra deriva del griego “no voluntad”, una suerte de falta de energía, un trastorno de la motivación. Prima hermana de la apatía, la apraxia y del mutismo acinético, la abulia se caracteriza por un estado persistente en el que prácticamente desaparece la capacidad de sentirse motivado o ilusionado.
A poco de comenzar un nuevo hermoso ritual del cual vamos a cumplir 40 años, que es ir a las urnas -ya con cierre de listas a cuestas y comienzo de la campaña-, la democracia argentina está pasando uno de sus mejores/peores momentos de su historia. Sin dudas en la vida institucional democrática más larga de nuestro país es la novedad más importante de nuestra generación. Pero al mismo tiempo, este 14 de agosto, millones de ciudadanos irán a las urnas con menos entusiasmo que las últimas carreras de fórmula 1. Toda encuesta revela un pesimismo general cuando les preguntan por los candidatos, las encuestas más optimistas hablan que la figura política con mayor imagen positiva llega al 40%, es decir menos de la mitad, y la media de los candidatos rondan en 1 punto de imagen positiva.
Con una inflación del 130% anual, un 30% de ciudadanos por debajo de la línea de la pobreza y una inseguridad creciente en los grandes conglomerados, la mayoría de los argentinos perciben que cualquiera sea el presidente venidero, esta situación pareciera no variar, y bajo ese clima se acercarán a la mesa de votación en esta Primarias Abiertas Simultaneas Obligatorias (PASO).
Dicho esto, el cierre de lista dejó algunas apostillas. En el oficialismo, Daniel Scioli fue el más golpeado, volvió de Brasil entusiasmado con el traje de candidato, y se fue desflecado mientras venia en bus por Misiones. Otro que quedó en medio de la carrera fue el Ministro Wado de Pedro, en este caso pareció un manoseo, lo hicieron rodar unos días y los bajaron de donde nunca se hubiera subido por decisión propia. Así, el frente Unión por la Patria tendrá unas PASO no competitivas, serán de la partida Sergio Massa, cuya aspiración no es ganar la elección, sino convertirse en el nuevo referente del poskirchnerismo. Esto no será tarea fácil ya que la mayor cantidad de cargos en la lista de Diputados provienen del ala kirchnerista. Por otro lado está Juan Grabois, que será candidato testimonial, pero servirá para contener a un puñado de votantes de centroizquierda.
En Juntos por el Cambio no hubo sorpresas, pero el PRO y la UCR se dividieron, ambas fórmulas son PRO-UCR: Horacio Rodríguez Larreta (PRO) – Gerardo Morales (UCR), Patricia Bulrich (PRO) – Luis Petri (UCR). Esa división genera ruidos, no sólo por las divisiones internas de ambos partidos, sino porque la propia lógica competitiva genera divisiones y conflictos. A diferencia de las PASO entre Santilli y Manes, en donde las PASO fortalecieron al frente. En esta oportunidad, cada uno intenta tensar la cuerda con posiciones que luego serán difíciles de volver atrás.
El tercero en discordia es Javier Milei, busca entrar en la ancha avenida del medio, como tantos desde la recuperación de la democracia (PI, UCD, Frente Grande, MODIN, Frente Renovador, etc.) Los terceros partidos en Argentina están predestinados a fracasar. Salvo que coalicionen con alguno de los grandes partidos. Milei se enfrenta con grandes desafíos irresueltos: una falta de estructura partidaria, necesita 100.000 fiscales para garantizar las elecciones en todo el país. Avanza Libertad no tiene intendentes, gobernadores, ni senadores que garanticen estructuralmente las elecciones. En los últimos días, la cantidad de posibles candidatos que denunciaron que el “libertario” vende los lugares en las listas, afectan su credibilidad.
Un presente poco próspero le espera a la fórmula de Hacemos por nuestro país con Juan Schiaretti y Florencio Randazzo. Misma suerte tendrá “Principios y Valores” que presenta a la fórmula Guillermo Moreno – Leonardo Fabre.
La izquierda presenta seis fórmulas presidenciales en cuatro frentes distintos. Esto, sin dudas; le resta competitividad. En el Frente de Izquierda Unida competirán Myriam Bregman – Nicolás del Caño frente a Gabriel Solano – Vilma Ripoll. El Movimiento al Socialismo presentará a Manuela Castañeira – Lucas Ruiz contra Marcelo Ramal – Patricia Urones. Mientras que Libres de Sur presentará a Jesús Escobar – Marianella Lezama. Cierra la lista de las izquierdas Raúl Castell – Adriana Reynoso. Esta fragmentación dificulta la posibilidad de colocar a sus miembros en la Cámara Baja y al votante poder seguir las posibilidades de que tiene de optar por ellos.
Otros que buscan mostrar sus caras en las boletas son las fórmulas: Cúneo – Barranco, el fascista Cesar Biondini – Mariel Avendaño, Etchepare – Lorenzo, Vasena – Lagonegro, Giardinelli – Solernou, Ayerbe – Rodríguez, Albarracín - Pastore. Llamativamente quien también presentó fórmula fue Julio Bárbaro que irá junto con Ramona Pucheta. Una novedad será la primera transexual candidata a Presidente de la Nación, Reina Xiomara Ibañez estará junto con Gonzalo Ibarra en la lista Todex.
Así las cosas, estas PASO de 2023 será un cuarto oscuro de muchas ofertas de boletas, pero con pocas esperanzas por parte de los ciudadanos. A 40 años de vida democrática, el ciudadano encuentra un gusto a poco. El desafío de los que vendrán será grande, entre otro, superar la abulia política.