Memoria, verdad y justicia
A cuarenta y nueve años del golpe militar que sufrió la Argentina, una vez más nuestro país ingresó en un círculo de endeudamiento, especulación y timba financiera
Memoria: el ciclo tuvo su inicio con la implantación por parte de EEUU de una dictadura militar (24 de marzo 1976-1982) a fin de implantar un modelo neoliberal. Dictadura que implicó la desestructuración de la industria nacional, el empobrecimiento de las clases populares; reformas económicas que dieron fuerza a un sistema bimonetario del que todavía somos rehenes, estructura económica laberíntica, que tuvo en la lucha popular la contrapartida de 30000 desaparecidos entre sindicalistas, estudiantes, profesores, sacerdotes y miles de personas comprometidas con una patria más justa. La deuda pública con el FMI se multiplicó trayendo consecuencias y limitaciones en el futuro.
Una segunda etapa del proceso de desindustrialización y entrega del patrimonio nacional ocurrió con el gobierno de Carlos Menem (1989-1999). Su política de convertibilidad sostenida con las privatizaciones, aumento del desempleo, ataque a los sindicatos ayudado con sus traidores internos, envió a la calle por el desempleo a miles de argentinos, primeros piqueteros como los ex YPF de Tartagal. El final anunciado continuó con el nuevo gobierno.
De la Rúa (1999-2001), con los sectores financieros y especuladores de siempre apoyado por EEUU, intento un blindaje financiero con el FMI; Patricia Bullrich intentando bajarle el 13 por ciento a los jubilados, corralito y saqueo de los ahorros de miles de argentinos, represión brutal y muertos en Plaza de Mayo, lucha popular y huida del Presidente en helicóptero. Que se vayan todos fue la proclama de esa época.
En un paréntesis en nuestra historia, el gobierno de Néstor Kirchner en una maniobra inédita en 2005 canceló la deuda con el FMI, dando maniobra a su gobierno y dotando de mayor soberanía. La fórmula Soberanía política, justicia social e independencia económica se ponía en práctica.
La vuelta del endeudamiento con el FMI ocurrió durante el gobierno de Mauricio Macri (2016-2020), endeudamiento que no implicó agrandar el aparato productivo, realizar obras públicas y desarrollo de nuestra economía. Inédito por el monto de 50.000 millones de dólares, por las condiciones y la rapidez con la que lo otorgaron, demuestra una vez más el accionar del gobierno de EEUU, con Donald Trump cono presidente. Inédito porque con la misma rapidez que lo tomaron se lo fumaron como parte de la política económica de Caputo-Sturzenegger-Dujovne, quienes serían imputados como parte de una maniobra perjudicial para nuestro país, obviamente juntos a su jefe. Patricia Bullrich, protagonista de este gobierno también hizo ejercicio de su política de represión y persecución política.
Por último, el regreso: Milei agravó en todas las condiciones del pueblo argentino, atacando a la cultura, la ciencia, la educación, los jubilados, hasta a los enfermos de cáncer y otras enfermedades complejas; desarticula la salud en general, ataca al Conicet, al fútbol. Su objetivo, atrayendo a la timba financiera y la fuga (atraer inversiones le dicen), pensando que de esa manera generan inversión, desarrollo económico e inclusión social. Cuando no entregan la comida para comedores, mucha inclusión no es su especialidad.
La violencia por parte del estado para detener el reclamo justo de miles de argentinos que no llegan a fin de mes, o que sufren porque le quitan los medicamentos, las pensiones, o lo que sea.
Esa ironía que sufriendo el pueblo saldremos adelante como país, tiene nuevamente a Patricia Bullrich como actor fundamental. Porque el nuevo préstamo del fondo llega con DNU, sobornos, aprietes a gobernadores, y fundamentalmente con represión.
Justicia: como la cara visible de madres y abuelas de plaza de mayo buscando a sus hijos desaparecidos, la imagen nítida, trasparente, incuestionable abrieron un camino de regreso a la democracia. Una vez más, esa imagen simbólica, de pueblo, trabajador, comprometido, se dio con un fotógrafo, su imagen su rostro destrozado por una bala de gas, y por una jubilada, Beatriz golpeada salvajemente; fueron el mensaje, noticia desgraciada que marca el límite de lo justo y lo injusto, que hablan de deuda, timba, desigualdad, la lucha. Pero que encienden esperanza, para mirarnos como pueblo, repensar quienes somos, quienes son y dar de nuevo. Porque debemos entender que otra historia es posible mientras somos protagonistas. El pueblo argentino sabrá encontrar nuevamente sus héroes y sus líderes.