Pegan a un progre
Está claro cuáles son las razones afectivas que movilizan
Un fantasma recorre a todo el espectro político ideológico: el progresismo o lo woke. Tanto desde la ultraderecha, como desde ámbitos doctrinarios del peronismo, o la izquierda más especulativa, sitúan al progresismo -o, en términos coloquiales, al “progre”- como el mal a erradicar, el culpable de todo, la debilidad política encarnada.
Así como todos tenemos tendencias fascistas a examinar, el “enano fascista” que llevamos dentro, también tenemos el pequeño “progre interior” que proyectamos estructuralmente en el otro. Quizás sean las dos caras de la misma banda de Möebius: la figura fuerte y la figura débil en la proyección ideológico-política.
Si reconstruimos la escena ideológica fantasmática,tendríamos que preguntarnos cuáles son los aspectos débiles que rechazamos de nuestros proyectos políticos y, correlativamente, cuál es el goce que obtenemos de esa escena en la que representamos el castigo al progre identificándonos con el facho que pega (sea física o argumentalmente).
Estamos muy acostumbrados a distinguir la derecha de la izquierda en un espacio convencional bastante lineal, pero ante lo cambiante y desfondada que está la escena política tendríamos que pensarnos en superficies topológicas no orientables, justamente como la banda de Möebius; ahí no podemos distinguir derecha de izquierda, un lado u otro, porque ambas caras se comunican mediante una torsión continua.
Esa torsión puede ser una pesadilla para los espíritus demasiado esquemáticos o lineales, pero allí reside la causa del deseo y la modalidad singular del goce a despejar. Si trabajamos en la lectura y escritura de este tipo de superficies no orientables (al menos no orientables en el sentido de derecha/izquierda, un lado u otro), en nuestro propio cuerpo, podremos hacernos cargo de nuestro deseo y modo de goce sin proyectar en los otros el fascismo y el progresismo hoy tan convenientes.
No es casualidad que las marchas que más movilizaron a los argentinos hayan sido en defensa de la Universidad Pública y en defensa de la comunidad LGBTIQ+. Causas que pueden ser calificadas de agenda progre o woke. Dejemos a los iluminados vanguardistas de siempre el deseo de dominar las lecturas posibles, pero está claro cuáles son las razones afectivas que movilizan efectivamente.