El Gobernador no se desenfoca y sigue adelante con su marcha. El contexto de internas en el Frente de Todos parece no inmutarlo, y mientras otros discuten cómo empezar a resolver las diferencias que ya llevan años de arrastre, Kicillof sigue sumando kilómetros en su carrera bonaerense. Lanzado definitivamente a su reelección, con el respaldo de CFK y sin competidores declarados en el peronismo, el Gobernador atraviesa un buen momento a meses de la elección en la que se jugará su apuesta del 6x6.

Kicillof viene surfeando la ola de un verano récord. Desde diciembre al principio de febrero, casi 12 millones de personas veranearon en la Provincia, lo que representa un 5% más que la temporada anterior que también había sido récord. “Los números de la temporada hablan por sí solos y son producto de un esfuerzo muy importante de preparación y planificación” expresó este miércoles el Gobernador desde Tandil, y resaltó que “no solamente hemos diseñado el Operativo de Sol a Sol para desplegar una gran cantidad de agentes de seguridad, sino que hemos sumado paradores con espectáculos y ofrecido actividades culturales en los distintos destinos turísticos”. Así explica el éxito del verano bonaerense.

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Tweet de Axel Kicillof

Ese clima positivo impacta políticamente en la imagen de Kicillof. En la gobernación sabían que esta temporada de verano era importantísima para tomar impulso hacia las elecciones, y las expectativas depositadas en ella hoy se cosechan en números. Una encuesta de estos días de la consultora Zuban Córdoba arrojó una intención de voto de casi 34% para el Gobernador contra los 28,4% de su inmediato competidor, Diego Santilli. A su vez, sumando los porcentajes de los posibles candidatos medidos del FDT (Kicillof e Insaurralde) y los de Juntos (Santilli y Ritondo), el oficialismo mantiene unos 5 puntos de ventaja.

En una elección donde no hay balotaje y se gana por un voto, esos números son oro. Sin embargo, en el entorno de Kicillof están lejos de confiarse y citan su propia experiencia como ejemplo. “No tenemos una gran afinidad con los sondeos, la semana anterior a la elección de 2019 nos daban 4 puntos abajo en la más creíble, y ganamos por 15, entonces es difícil aferrarse a eso” explican a Diagonales. Pero no dejan de destacar que “está bueno igualmente que tengamos esos números tan positivos para nosotros. Nos llama la atención que todas las encuestas dan en esa línea, incluso las encargadas por la oposición, pero no nos cambia los objetivo que tenemos, que pasan por la gestión”.

En la encuesta citada hay otro dato que refuerza la fortaleza actual de Kicillof. El otro posible candidato oficialista sondeado, el actual Jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, marcó unos tímidos 5,8 puntos de intención de voto. Si en algún momento existió una presión intendentista con respaldo en Máximo Kirchner para impulsar una candidatura del hombre fuerte de Lomas de Zamora, esa intención pareciera hoy enterrada bajo la bendición de CFK a Kicillof para la carrera por su segundo mandato y las muestras de respaldo que recibe entre los jefes comunales.

El encuentro del PJ bonaerense de la semana pasada dejó ese saldo de unidad tras su candidatura, y Kicillof sigue sumando visitas a los distritos, encuentros con los intendentes y sectores locales que aportan a ensancharle la espalda. Esta semana compartió actividades con jefes comunales del peronismo y de la oposición. Participó de la presentación del programa de reinserción escolar “Volvé a la Escuela” del municipio de San Martín junto a Fernando Moreira; inauguró una comisaría en Guernica junto al ministro Berni y la intendenta Blanca Cantero; entregó escrituras de viviendas en Tandil con la Vicegobernadora Magario y el intendente radical Miguel Ángel Lunghi; y recorrió la ampliación del Parque Eólico Pampa Energía IV en el municipio de Coronel Rosales junto a los opositores Mariano Uset y Héctor Gay.

La relación con los intendentes fue un punto caliente a lo largo de toda la gestión de Kicillof. Hoy, desde el círculo del Gobernador cuentan que “en los distritos compañeros todo fluye y hoy tenemos mucha demanda de visitas, a raíz de todo lo que se está haciendo”. En la vereda opositora, las relaciones varían dependiendo el color de la intendencia. “Tenemos dos realidades. Los intendentes radicales también nos invitan, generan recorridas más cordiales y se puede trabajar con ellos, no esconden las obras ni se apropian de ellas. Con los intendentes PRO duro es mucho más difícil” explican a este medio desde el núcleo del Gobierno bonaerense. “Nunca es momento para ir a las obras, si fuera por ellos no quisieran que pises nunca el distrito, nosotros igual como tenemos tantas cosas para mostrar cuando disponemos que vamos, vamos” sentencian.

Como botón de muestra de estas relaciones dispares con los jefes comunales radicales y del PRO, en el equipo de Kicillof citan el ejemplo reciente del tandilense Lunghi, quien ayer realizó todas las actividades de agenda junto al Gobernador: estuvo en la entrega de escrituras a vecinos, participó de las extensas reuniones con sectores productivos y del turismo, almorzó con Kicillof y su equipo y luego se sumó a la conferencia de prensa que encabezó el Gobernador y llevaba el slogan de la gestión bonaerense, “Derecho al futuro”. En el otro extremo citan a Martín Yeza, jefe comunal de Pinamar y el elegido por Cristian Ritondo como jefe de gabinete de su eventual gobierno. En la visita a la ciudad costera de hace unas semanas, en la cual el equipo de Kicillof también mantuvo reuniones con sectores productivos de la zona, Yesa esquivó la invitación y no fue parte de ninguna de las actividades.

Con el foco puesto en su batalla por la Provincia, Kiciilof no fue parte de los últimos episodios de la interna que enfrenta al Presidente con el kirchnerismo. Si se quiere, la participación más resonante en esas diferencias por parte del Gobernador fue el no haber participado de los varios actos que Alberto Fernández llevó a cabo en suelo bonaerense en lo que va del verano. Más allá de su rol institucional, que le exige una relación fluida con el Presidente, Kicillof manifestó en reiteradas ocasiones que su lugar político es junto a CFK.

En ese contexto, aún no está claro si el Gobernador participará o no de la mesa política del frente que se desarrollará en una semana. La razón, explican, es que “por ahora no hubo invitación formal, sabemos que es pero no nos llegó el contacto oficial”, y aclaran que “cuando llegue y veamos quiénes son todos los convocados, ahí se decidirá. En principio, si es amplia, y es para discutir todos los temas, de alguna manera vamos a ser parte”. Ante la consulta de Diagonales sobre si el eventual participante de esa mesa por el Gobierno bonaerense sería el propio Kicillof o algún otro representante del kicillofismo, la respuesta fue certera: “el kicillofismo no existe, nosotros somos parte del Frente de Todos, cristinistas y profundamente kirchneristas”.

Otra de las grandes dudas que rondan alrededor de la convocatoria a la mesa del FDT, es si la ya declarada ausencia de la principal líder del espacio, CFK, y la de Máximo Kirchner como referente central de La Cámpora no debilitan las posibilidades de esa convocatoria para llegar a soluciones de fondo para los desafíos que enfrenta el oficialismo. Consultados al respecto, en el entorno del Gobernador evitan la polémica, “eso lo tienen que responder Cristina y Máximo, nosotros no podemos responder en nombre de ellos”.

Kicillof sigue concentrado en lo suyo y mantiene la marca registrada que lo llevó al Sillón de Dardo Rocha. “Tenemos una muy buena llegada con la gente y eso no cambia. La cercanía siempre nos dio ese plus de poder andar por la calle sin problemas, y eso hoy sigue sucediendo, aún en los distritos más opositores” describen cerca del Gobernador. En ese perfil de Kicillof y en seguir mostrando la gestión estarán, seguramente, los puntales de una campaña para su reelección, cuyo inicio ya queda a la vuelta de la esquina y no pareciera tener detractores en las filas del peronismo.