El tambo atraviesa una fuerte crisis y aseguran que la única posibilidad que queda es "ver quién sobrevive"
Según la OCLA entre marzo de 2017 y agosto de 2018 en la Provincia cerraron 250 tambos producto del clima, de la crisis económica, del incremento de impuestos y de la baja del consumo
El sector lechero en la provincia de Buenos Aires está en crisis. A las fuertes inundaciones y tremendas sequías que afectaron a la producción de la materia prima se le sumó la turbulencia de los mercados financieros que impactan directamente en los costos de producción, el incremento en los impuestos y el revalúo de los campos, y la reducción del consumo. En ese sentido, según informó el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), entre marzo de 2017 y agosto de este año cerraran unos 250 tambos en tierras de la gobernadora, María Eugenia Vidal.
En conversación con Diagonales, el Ingeniero Agrónomo y asesor tambero que representa la zona Abasto Sur, Osvaldo Spina, contó que lleva 30 años de profesión y aseguró que está viviendo la séptima crisis grave desde que está en la actividad.
La zona que comprende los partidos de Montes, General Belgrano, Ranchos, Pila, Castelli, Lezama y Chascomús, "viene de un periodo muy complicado en lo climático", aseguró. Entre abril y agosto cayeron 900mm de agua que es lo que llueve en todo un año y eso "trajo aparejado mucho inconveniente en el confort de los animales". Cuando las vacas no viven en las condiciones necesarias "producen poca leche".
El segundo problema consecuencia del factor climático es "la entrega de la leche al camión ya que los caminos están alejados de las rutas o muy deteriorados", indicó Spina quien luego aseguró que el tercer foco de conflicto es económico. En esa línea resaltó que"el 80% de los costos directos del tambo están dolarizados -el alimento balanceado o el grano de maíz- entonces inmediatamente ocurre una devaluación, se conecta en minutos con el valor de los granos y con la leche no pasa eso, porque los valores están en pesos". Por lo que ironizó: "la vaca come dólares y vende pesos".
Paralelamente, el Ingeniero señaló el inconveniente que tiene en relación con la industria ya que "hay un consumo interno más deteriorado" y por ende, "el productor promedio está cobrando a los 30 o 45 días y con inflación", se lamentó. Además, manifestó que desde el Gobierno bonaerense no hay facilidades por el contrario, en materia de impuestos hubo "aumentos y revalúo de campos" que complicaron más el panorama.
Spina remarcó que "salirse de la actividad" no es una opción ya que es muy caro "porque tenes que esperar un buen precio de tu capital vaca que hoy está deteriorado" y porque nadie quiere comprar la vaca del primer año de producción, entonces "estás en un laberinto muy complicado", advirtió.
El especialista contó que "lamentablemente el costo lo van a pagar los productores que ya no puedan más y van a cerrar tambos, de hecho ya está ocurriendo, en lo que va del año cerraron más de 640 tambos en todo el país". De acuerdo a los datos oficiales del OCLA entre marzo de 2017 y agosto de este año cerraran unos 250 tambos en la provincia de Buenos Aires.
Entonces, Spina señaló que "los que subsistan serán aquellos que tengan otra actividad" además de la producción lechera, como la agricultura, y que con la misma puedan sostenerla hasta que se recupere el tambo. Más tarde, recordó que "cuando empecé a trabajar, Argentina tenía 30.000 tambos, y según datos oficiales, hoy hay 10.700".
El panorama no muestra ser alentador para los tamberos que se encuentran tomando medidas para bajar los costos de producción, motivo por el cual el Ingeniero deseó que "el dólar se aquiete". Informó que el valor por litro de leche de Argentina "es el más bajo de todo el mundo, está en 0,18 centavos de dólar; mientras que nuestro vecino Uruguay, ni que hablar Brasil o Chile, están en 0.30".
"Para que el productor salga hecho, debería estar recibiendo $10, y en promedio está recibiendo $7,50", recalcó Spina y luego explicó por qué si ellos solo reciben $7,50 por el litro de leche en los supermercados se está pagando entre $25 y $42.
En ese sentido contó que hay cuatro actores en la cadena que se llevan porcentajes de ganancia del producto final promedio puesto en góndola: la producción primaria (el productor lechero) percibe un 29%-31%; la industria obtiene un 32%-33%; el comercio -"que sólo lo presenta en góndola y despacha", se lleva un 29% ;y el Estado 15% a través de impuestos.
Finalmente, consideró que la única posibilidad que queda es "ver quién sobrevive".