A diferencia de las suculentas ganancias de sus pares extranjeros, los bancos nacionales, y especialmente los públicos, continuaron con una política más agresiva de aumento de tasas en plazos fijos para captar depósitos, haciendo que tengan resultados negativos en términos reales (descontando la inflación). Las entidades privadas extranjeras se consolidaron como una de las pocas ganadoras del esquema Cambiemos, con resultados positivos del orden del 5,7 por ciento real. “Resulta muy preocupante la situación de la banca pública, que ha presentado pérdidas del 28 por ciento en términos reales desde abril del año pasado”, según un documento realizado por Proyecto Económico, el equipo que dirige la economista Fernanda Vallejos. “Es prioritario observar de cerca la administración de tales entidades, ya que resulta muy preocupante la posible licuación del patrimonio de las dos instituciones bancarias más grandes del país (Banco Nación y Banco Provincia)”, sostiene el informe sobre bancos.

El sistema bancario sufrió el impacto de las políticas de ajuste que el Banco Central puso en marcha desde fines de 2018. Sin embargo, los resultados son sumamente asimétricos. El crecimiento de las ganancias en los bancos fue resultante de la migración del crédito hacia las leliq (letras de liquidez), sumado a la decisión del Central de habilitar su uso como encajes. Esto último explica el correlato de una menor intermediación financiera. Junto a la caída del crédito, que se contrajo 20 por ciento real en los últimos doce meses, el efecto de la política de altas tasas de interés disparó los niveles de morosidad. En el caso de las familias (consumo, tarjetas y préstamos personales) la morosidad alcanza los valores más altos de los últimos diez años (5,2 por ciento), mientras que en el caso de las empresas, el atraso en los pagos se dispara al 4 por ciento, producto de la fuerte recesión y la imposibilidad de refinanciar las deudas.

En el caso del Provincia, los balances e informes enviados al Central dan cuenta de la caída del financiamiento productivo y un aumento en las líneas vinculadas al consumo. El total de financiaciones de la entidad que conduce Juan Curutchet asciende a 228.463 millones de pesos a marzo (último dato oficial del BCRA). De este total, el 26,7 por ciento es para cartera comercial (a empresas). Ese porcentaje antes hasta diciembre de 2017 era de 35,8 por ciento. Pero no solo cayó en términos de participación sino también en términos absolutos: pasó de 64.789 millones de pesos en diciembre de 2017 a 61.012 millones en abril. Crédito que se canceló, no se renovó.

Con casi nula capacidad de ahorro de las familias, tienen que recurrir al crédito hasta para en algunos casos comprar alimentos o pagar servicios. La cartera asimilable a consumo pasó de 35.194 millones de pesos en diciembre de 2017 a 51.426 millones en abril último. Representaba el 19,4 por ciento del total del financiamiento y ahora asciende a 22,5. Para vivienda y otras líneas de consumo aumentó de 81.074 millones de pesos a  116.023 millones, del 44,8 al 50,8 por ciento de participación en la cartera total. En tanto, la tenencia de títulos públicos y privados creció 175 por ciento, de 50.277 millones de pesos en 2017 a 138.049 millones en abril último.

Pese a que el Gobierno promueve la especulación financiera, hasta los bancos fueron en los últimos meses perjudicados por ese esquema. “Las tasas altas y volátiles de corto plazo y la devaluación perjudicaron a los bancos en sus actividades de intermediación financiera, desestimulando los créditos e inversiones de largo plazo, y fomentando las inversiones especulativas en Leliqs y activos de corto plazo. En consecuencia, adecuaron su esquema de negocios hacia la nueva actividad, más rentable, a costa de restringir su rol como prestamistas, generadores de capacidad de consumo y de inversión privada genuina”, señala el informe Proyecto Económico.

La rentabilidad sobre el capital (ROE) de los bancos privados nacionales alcanzó el 53 por ciento, cuatro puntos por debajo de la inflación, aunque recompuso los resultados en relación al mal desempeñó que mostró el año pasado este segmento de la banco. Los bancos privados extranjeros obtuvieron un 64,7 por ciento de rentabilidad sobre el capital en el mes de abril. Se consolidan en 2019 como uno de los pocos sectores que gana en términos reales en el país, superando la inflación (57 por ciento acumulada a abril), destaca el informe del equipo que conduce Vallejos. Dicha rentabilidad es superior hoy a pesar de que durante 2018 la inestabilidad de tasas de interés y el tipo de cambio generó costos importantes en los balances.

El balance del Banco Provincia muestra el crecimiento acelerado de sus ingresos financieros: 11.095 millones de pesos en enero, 20.667 millones en febrero y 33.755 millones en marzo. Por intereses la escalada fue para el mismo trimestre: 4.382 millones de pesos en enero, 8.505 millones en febrero, 12.935 millones marzo. Esto se vio compensado por egresos en concepto de pago de intereses por sus depósitos: 7.042 millones de pesos en enero, 13.262 millones en febrero y 19.433 millones en marzo, según cifras oficiales del Central.

Se suma el efecto de las políticas de Cambiemos en el bolsillo asalariados y empresarios, lo que aumenta la morosidad. De acuerdo con el informe de bancos del BCRA, el BAPRO registra a marzo una nivel de cartera de deudores irregular del 8,1 por ciento para préstamos al consumo y la vivienda, mientras que a fines de 2017 era de 4,48 por ciento. Se trata de deuda ya catalogada como riesgosa (bajo, medio o alto), seguimiento intensivo o directamente irrecuperables. En el caso de los préstamos comerciales vinculados al consumo, la cartera en moro de Provincia asciende a 6,5 por ciento, frente al 3,8 que se exhibía en diciembre de 2017. Para las líneas netamente comerciales, la irregularidad de la cartera del BAPRO se disparó de 0,3 por ciento en 2017 a 6,2 por ciento en marzo pasado.