Los kinesiólogos platenses en el medio de un reclamo sin respuestas de Provincia ni del municipio
Son trabajadores esenciales y tienen un protocolo aprobado por el Ministerio de Salud bonaerense, pero nadie les da una respuesta para volver a trabajar
La región del AMBA vive momentos colmados de incertidumbres con el posible retroceso de fase - con interrogantes en aquellos comercios o tareas que volvieron a trabajar- pero hay labores que desde el inicio de la cuarentena no lograron retornar jamás. Por ejemplo, los kinesiólogos en La Plata. Son personal de salud esencial, pero parece que en la ciudad no tienen noción de su importancia.
Hace más de dos meses, el Colegio de Kinesiología de la Provincia de Buenos Aires (COKIBA) presentó un protocolo para trabajar en este contexto de COVID-19 con el fin de cuidar al paciente, el profesional actuante y el local, que fue habilitado por el Ministerio de Salud bonaerense, pero nadie les da el visto bueno para que reabran los centros de atención. La falta de respuestas generan una crisis a los distintos kinesiólogos y kinesiólogas que no para de crecer hace más de 90 días.
“Nadie define cómo es nuestra situación porque aparentemente a través de la Resolución N° 358 del día domingo, en los municipios que ya transitan la Fase 3, el área de kinesiología debería estar habilitada. El estado provincial delegó a cada jurisdicción la habilitación”, relata Jorge Murua, un reconocido kinesiólogo de la ciudad y actual vicepresidente de la Caja de Kinesiólogo de la Provincia en diálogo con Diagonales.
El intendente de La Plata, Julio Garro –quien hace tres semanas les dijo que iban a poder volver a la actividad, pero nunca ocurrió y no saben por qué volvió para atrás-, debería ser la persona que les diga “pueden empezar a trabajar”, frase que sueñan escuchar todos los días. Pero cuando van a hablar con el mandatario platense, la pelota se la tiran a la gente de la Provincia o al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Un teléfono descompuesto.
Entre tantas preguntas, ellos remarcan ¿no somos parte del equipo de tareas esencial de salud?. “Tenemos un protocolo habilitado por el Ministerio, pero nadie nos levanta la inhabilitación”, desliza Murua y agrega: “estamos en el medio de una disputa, porque cuando se habilitaron a los médicos y odontólogos, ahí deberíamos quedar habilitado. La gente de Gobierno te dice, ‘como no están habilitados’, nadie entiende porque no estamos trabajando. Los médicos siguen operando, pero nosotros no. Yo tuve pacientes operados de cadera la semana pasada y me dicen ‘¿cuando comenzamos la rehabilitación?’. A muchos les indique por teléfono, pero es imposible. Los pacientes necesitan rehabilitar una lesión y nosotros somos esenciales, tenemos que atender a pacientes recuperados de COVID, a quien sufrió un ACV, entre tantos. La gente no va a hacerse masajes en los pies”.
A veces se hace difícil entender un ejercicio con el kinesiólogo al lado, ¿se imagina por una llamada o vía zoom?, inviable.
De los 135 distritos de la Provincia, son menos de 20 ciudades que no tienen autorizadas la actividad. Sin embargo, dentro de ellas no figuran ciudades que tienen elevados números de casos de coronavirus y con más población que La Plata, como La Matanza y Lomas de Zamora. Datos que le hace repreguntarse: ¿por qué nosotros no?
Con la imposibilidad de trabajar, se conocieron historias de personas que debieron cerrar un local porque no pueden pagar un alquiler y en el rubro de los kinesiólogos también hay casos de consultorios que debieron ser vaciados porque no pueden pagar el alquiler. “Hay muchos colegas que ya tuvieron que tomar esa decisión. En lo personal yo hace tres meses que vengo pagando alquiler y sueldos en mi consultorio, pero no puedo pagar tres meses más porque no sé cómo va a seguir. Tengo que sentarme con los dueños del local a negociar, con el personal, devolver el consultorio, cerrarlo, alquilar un galpón y dejar todas las maquinas guardadas. Acampar hasta que aclare. Nos estamos desangrando”, relata Murua, que hoy en su casa solo ingresa el sueldo como trabajador de Gimnasia de La Plata, ya que su mujer es kinesióloga y tampoco trabaja.
A la imposibilidad de trabajar, se le suma que el Estado no le permitió acceder a los créditos que otorgó de 150.000 pesos y no saben por qué, aunque suponen que es porque pagan en la Caja de Kinesiólogo, que es privada. Hoy solo tienen un ingreso salarial un kinesiólogo que trabaja en un hospital o el que comenzó a atender a domicilio.
Por esta razón, reclaman y exigen continuamente una respuesta, que sea positiva o negativa, porque muchos deben decidir “si siguen apostando a invertir pensando en la apertura a futuro o si se dedican a otra cosa”.
Otro sector que le da la espalda son las mutuales. “Yo creo que las mutuales están acomodando los números, el porcentaje que aporta el empleador, empleado y el que paga un prepaga, porque uno trata de dejar de no pagar, porque son cuestiones de salud. Ellos se agarran que si no hablita el gobierno no te van a pagar la sesiones. No hay habilitación, no hay cobertura”, manifiesta.
Además, señala: “Axel Kicillof dijo que iba a sacar plata de IOMA para pagar los créditos, si va desfinanciar a IOMA, menos nos va a pagar a los kinesiólogos un tratamiento”.
En estas horas, cuando se habla de retroceder de fase en el AMBA, los kinesiólogos, siguen sin tener una contestación de un sector, pero, aunque piensan que con un retroceso su pedido puede volver aún más atrás, saben que tienen que seguir luchando para que entiendan que son un personal de salud esencial y que la población los necesita.
A su vez, mientras tanto, esperan que desde Nación, Axel Kicillof o Julio Garro, hagan sonar un teléfono para que allanen un camino que para ellos, no parece tener nunca una claridad.