Perdió la Provincia y la interna
La Gobernadora enfrenta una doble derrota: cede su administración a un referente en ascenso, Axel Kicillof. Además, ante la remontada de Mauricio Macri y la buena elección de Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal pierde peso en la futura oposición
El futuro de la Gobernadora María Eugenia Vidal se escribe más en clave de telenovela que política. Su entorno ha dejado trascender que a partir de diciembre volverá a vivir con sus padres en la localidad de Morón. El círculo más íntimo de Vidal además indica que la ex Vicejefa de Gobierno porteño estudia cuatro ofertas de trabajo para reinsertarse en el mundo laboral, pero que lo más probable es aventurar un futuro de ella en una ONG o una Fundación cuya agenda pase por el trabajo social. Es evidente el esfuerzo de la dirigente bonaerense por sembrar las primeras semillas de su nuevo relato político: Vidal carece de un holgado patrimonio, por lo tanto está forzada a recluirse en su retoño familiar de clase media y en volver a repartir currículums para reinsertarse en el mercado profesional.
Los números de la elección nacional y provincial desdibujan el futuro de la gobernadora bonaerense en la alianza Juntos por el Cambio, la nueva referencia opositora en apenas cuarenta días. Una semana atrás las proyecciones del oficialismo en retirada vaticinaban dos liderazgos en pugna para el postmacrismo: Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, la “chica de Flores” como la apoda en sorna el escritor Jorge Asís. Sin embargo, una mirada fina de los comicios de ayer derrumba la etiqueta del postmacrismo como línea de tiempo simplemente porque el presidente parece querer retener el cetro como líder de la futura oposición.
El mandatario Mauricio Macri hizo una mejor elección a la esperada. Creció más de siete puntos porcentuales con respecto a su perfomance en agosto. Vidal subió su caudal, pero su curva en ascenso fue mucho menos pronunciada. Por último, y siempre con la lupa en el mapa del macrismo, el otro ganador del equipo amarillo es el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta. El Jefe de Gobierno triunfó con comodidad, sin necesidad de ir a segunda vuelta. Primera conclusión, la Gobernadora Vidal perdió la Provincia y la interan.
Vidal tenía esperanzas de emerger como la nueva referente del campo opositor. Contaba a su favor con un fuerte blindaje mediático. Hasta el último momento los editorialistas de los grandes medios trabajaron para preservar cierta no corresponsabilidad de ella en la crisis económica. Vidal y su entorno terminaron muy enfrentados al Jefe de Gabinete Marcos Peña. Endilgan a la mano derecha de Macri ser el responsable de no haber desdoblado la elección y de haber mentido al vidalismo sobre una supuesta mejora de la economía en el segundo semestre.
El rostro pálido que Vidal mostró ayer tuvo su primera aparición en escena en agosto. Nunca esperó una derrota tan fuerte en las PASO. Por tal razón su equipo de confianza trazó una nueva estrategia, hacer un trabajo de diferenciación suave con la Casa Rosada. Eso quedó demostrado en el acto de cierre de la Gobernadora. El vidalismo estrenó color, diferente al amarillo oficial de la escudería PRO, dibujo emojis peronistas en su merchandising partidario y título ese mitin con una consigna bien autonomista: “Ahora María Eugenia”. Hoy lunes a la mañana el Jefe de Estado saliente y su fiel escudero Marcos Peña escriben en sus canales de WhatsApp otro mensaje: “Ahora Mauricio”.
A su favor Vidal puede mostrar el triunfo de jefes comunales de su administración en distritos muy importantes de la principal provincia argentina: Bahía Blanca, La Plata, Mar del Plata, Tres de Febrero y Lanús serán administradas por referentes del PRO. ¿Podrá María Eugenia Vidal conducir a ese espacio de intendentes opositores a Axel Kicillof? Julio Garro en la capital bonaerense o Diego Valenzuela en Tres de Febrero, por lo pronto, ganaron haciendo un ejercicio acelerado de vecinalismo. Ellos se despegaron en el último tramo de la campaña de Macri, pero de Vidal también. El mapa opositor bonaerense, en principio, es una incógnita.
Por último, hay un dato que ensombrece el futuro político de Vidal. El triunfo de Alberto Fernández se explica por la muy buena elección de Axel Kicillof. El ex ministro de Economía de Cristina Fernández ayer hizo su primera alocución pública como Gobernador bonaerense criticando con mucha dureza la herencia pesada de Vidal. “Dejó tierra arrasada”, bramó Kiciloff. La expertise del entrante jefe del Ejecutivo bonaerense está puesto, claro está, en la economía. Es muy probable que Kicillof deje expuesto, si es que puede probarlo, las arcas vacías que dejaría Vidal en su administración.
Recapitulando, el próximo gobierno nacional tiene su base de sustentación más fuerte en la provincia de Buenos Aires. Casi el ochenta por ciento de la diferencia total sacada por Alberto Fernández a Mauricio Macri fue obtenida en el distrito que dejará de gobernar María Eugenia Vidal. Ni Horacio Rodríguez Larreta ni el ex presidente de Boca Juniors lo dirán abiertamente. Pero al momento de confeccionar las facturas finales de la elección en la mesa chica del PRO esos números están presentes. La elección se perdió en Buenos Aires.