Sistema sanitario bonaerense: la importancia y falta del recurso humano
Del total de contagios de coronavirus en la provincia, un 9,7 por ciento responde a trabajadores de la salud
Desde que se conoció el primer caso de COVID 19 en Argentina, se comenzó a hablar de la necesidad de aumentar la capacidad del sistema sanitario para que éste no colapse, las camas de internación alcancen y nadie tenga que decidir a quién conectar a un respirador y a quién no. Es que las noticias de lo que sucedía en Italia y España, asustaron y mucho. Sin embargo, poco se conoce sobre la situación del recurso humano dentro del sistema sanitario. Detrás de cada cama, respirador y paciente hay varios trabajadores que realizan el control, seguimiento y la atención necesaria.
El 20 de marzo pasado, el Presidente Alberto Fernández anunciaba el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio cuyo objetivo era achatar la curva de contagios de coronavirus para preparar el sistema sanitario. En la provincia de Buenos Aires esto significó la incorporación de 540 camas en las Unidades de Terapia Intensiva, 615 respiradores, 352 monitores multiparamétricos y 1767 bombas de infusión. Pero por otro lado, la incorporación y aumento de trabajadores de salud, médicos, terapistas, enfermeros, camilleros, no ha sido proporcional.
En el caso de los profesionales, por ejemplo, se han contratado a 650 y actualmente hay un total de 16.600 trabajadores bajo el régimen de la Ley 10.471. Sin embargo, el gremio de los profesionales de la salud, CICOP, asegura que deberían incorporarse 2500 profesionales para acompañar el crecimiento en la cantidad de camas.
“La provincia ha multiplicado la cantidad de camas y eso no está siendo acompañado por el aumento del recurso humano que conforman los equipos de salud”, afirmó Pablo Maciel, Secretario gremial de CICOP. “Por cada cama que se abre, se necesita un médico por día de guardia, enfermeros capacitados, personal administrativo y personal de limpieza” explicó.
“Hoy hay miles de trabajadores esperando para entrar al sistema sanitario y los expedientes están trabados por la burocracia estatal, la pandemia tomó una velocidad que obliga que los actos administrativos se aceleren, para eso debería servir la emergencia sanitaria también”, sostuvo Maciel.
Por otro lado, desde la Asociación de Trabajadores del Estado estiman que el personal no profesional debería ampliarse en 7.000 empleados nuevos, especialmente en las áreas de enfermería y personal de limpieza.
Cuando se habla entonces de la capacidad del sistema sanitario, es importante resaltar el rol de los trabajadores de salud, quienes a su vez corren riesgo de contagio y en ese caso, la persona debe ser aislada por 14 días. En la ciudad de La Plata, hace unas semanas una mujer llegó al hospital San Martín en grave estado producto de un accidente cerebrovascular. La paciente fue internada en una sala común pues no presentaba ningún síntoma de coronavirus y el cuadro clínico por el que había ingresado no correspondía al virus de la pandemia.
Sin embargo, luego de fallecida, llegaron los resultados del hisopado para COVID 19 y eran positivos. Ello hizo que inmediatamente 110 trabajadores del nosocomio tuvieran que quedar aislados, con lo que ésto significa para la cotidianeidad de un centro de salud. “A los infectados, hay que sumarle la cantidad de licenciados por ser grupo de riesgo, tenemos una importante reducción del personal” señaló Pablo Maciel, quien agregó que “en esta situación, se incrementa mucho más la necesidad de recursos humanos, además de que venimos de un déficit estructural en este sentido, en los últimos años tuvimos un desbalance entre ingresos y egresos”.
Lo vivido en el Hospital San Martín, sumado a otras situaciones parecidas a lo largo del país, también puso de relieve la necesidad de adecuar el protocolo sanitaria de atención en los centros de salud y los cuidados que se deben implementar para proteger al personal. Actualmente, se requiere una gran cantidad de elementos de protección por cada trabajador en contacto con pacientes, pues todos se atienden como si fueran un caso de COVID 19.
Frente a la disponibilidad y entrega de estos elementos de protección Maciel aseguró que “estamos mejor, al principio hubo alguna dificultad pero con los insumos que llegaron de China se mejoró muchísimo, pero con la calidad tenemos algunos problemas por que no todos son de la calidad que consideramos necesaria”.
Hoy en la provincia de Buenos Aires hay aproximadamente 50.000 trabajadores dentro del sistema sanitario, es decir que se encuentran bajo la órbita del Ministerio de Salud; ello incluye tanto a los que desarrollan sus actividades atendiendo o asistiendo pacientes, como a quienes realizan tareas administrativas. En territorio bonaerense, hay más de 15.000 casos de coronavirus confirmados y de ese total, 1454 corresponden a trabajadores de la salud, es decir un 9,7 por ciento. Cabe señalar que dicho porcentaje ha disminuido, dado que hace tres semanas era del 20 por ciento, aunque también es cierto que este descenso responde al aumento de casos dentro de la población general y a la cantidad de test realizados.
Por otro lado, la tasa de letalidad de la enfermedad es baja en Argentina, como así también en la Provincia que llega a un 2,62 por ciento. De los más de 15 mil pacientes infectados con COVID 19, fallecieron 390. Por su parte, los trabajadores de la salud que perdieron la vida a causa de esta pandemia fueron 12 en el territorio nacional, de los cuales 6 eran de la provincia de Buenos Aires.
Frente a estos datos, desde los sindicatos que nuclean a los diferentes trabajadores de la salud hacen hincapié en la necesidad de reforzar el sistema sanitario desde el recurso humano y no sólo desde la capacidad material del mismo. Hoy la provincia de Buenos Aires cuenta con un total de 25.133 camas, contando las que pertenecen tanto al sector público como al privado; de ellas, 4.856 están dentro de Unidades de Terapia Intensiva y 2.247 se encuentran ocupadas; 3.293 son de cuidados intermedios, ocupadas en un 46 por ciento; y por último, 16.984 son de cuidados mínimos, cuya ocupación es del 44 por ciento. Ahora bien, estos recursos físicos ineludiblemente deben ir de la mano de los humanos.