¿Cómo se recupera el sueño perdido?
Características del sueño, detalles de la función de reparación y el área onírica por parte del médico e investigador argentino Dr. Daniel Cardinali para Diagonales
El sueño es un hábito tan natural como subestimado que a medida que avanza el tiempo la sociedad lo va tornando flexible al punto de suponer que se puede controlar como una función cualquiera, sin medir las consecuencias que puede ocasionar en el desempeño cotidiano, las relaciones interpersonales, la salud física, el estado de ánimo, la apariencia en general y la pérdida de un estado de bienestar que puede transformarse en rutina.
Si bien el sueño es un proceso complejo en el que ocurren diversas actividades en el cerebro, hay dos temas corrientes que giran en torno de este fenómeno, la función de recuperación y la onírica - eso que soñamos , por ello Diagonales consultó al médico y Doctor en Ciencias Biológicas, Daniel Cardinali, uno de los científicos argentinos más publicados y consultados por sus especialidades, en este caso una de ellas, la medicina del sueño.
El doctor Cardinali explica que hay dos grandes áreas del sueño, el sueño lento que representa un 75% de las horas de sueño aproximadamente, que es la que interesa en el análisis del sueño perdido porque es el que está vinculado con las funciones de reparación; y el sueño de movimientos oculares rápidos, que es en el cual hay actividad onírica generalmente constante aunque no recordemos lo que soñamos o tengamos solo un leve recuerdo.
Hoy dormimos aproximadamente unas dos horas menos que hace unos treinta o cuarenta años y esto va acumulando en muchos de nosotros una deuda. Si una persona pierde dos horas por día, al cabo de la semana, el día viernes ya tiene diez horas perdidas de sueño. Entonces los estudios realizados indican que si yo duermo en el fin de semana tres horas más voy a recuperar todo el sueño lento perdido en esa semana. Es decir, un tercio .
Entonces queda claro, cómo es la función de recuperación del sueño de la que circulan muchas apreciaciones que, sobre todo, son los supuestos que cada persona considera para su estilo de vida. Y en este sentido es apropiado saber las consecuencias de no dormir una persona alrededor de los dos días de estar despierto comienza una disminución muy importante de la capacidad diaria de mantenimiento de cualquier actividad.
Por lo pronto, el impacto de la privación de sueño tiene tres áreas bien definidas, la primera tiene que ver con la función ejecutiva una persona somnolienta tiene mayor cantidad de errores, de situaciones inesperadas en las cuales no puede responder adecuadamente; una persona que maneja un camión de manera somnolienta acelera en lugar de frenar y está experimentado en estudios con simuladores.
Mientras que la segunda función que explica el doctor es el equilibrio emocional la carencia de sueño es un estrés muy demostrable y la irritabilidad, la depresión y la ansiedad están muy vinculadas a la falta de sueño. Y la tercera la privación de sueño a largo plazo tiene un tremendo impacto sobre la salud. Las grandes epidemias que estamos enfrentando, obesidad, diabetes, enfermedades neurodegenerativas están muy vinculadas a esta sociedad privada del sueño
Por último, es la actividad onírica la que despierta curiosidad y se le intenta buscar relación con la realidad, o suele surgir la duda si se ha soñado o no, o esa sensación de recordar algo que pareciera interesante o llamativo, o más bien un mal sueño que abruma las primeras horas del día u otros que mezclan sucesos y personas que nunca se han vinculado, entre otras tantas cuestiones, pero lo que hay que saber es que absolutamente siempre soñamos.
Prácticamente en todos los estudios cognitivos que se han hecho despertando en distintos momentos del sueño a personas entrenadas en relatar inmediatamente que es lo que está pasando siempre, hay actividad onírica; pero ocurre que la capacidad de fijación de esos sueños como memoria es muy baja y a eso lo hemos experimentado todos, recordamos alguna vez algunos sueños y olvidamos la gran mayoría de ellos , concluye el Dr. Cardinali.