Somos un matrimonio de 33 años de casados, oriundos de Olavarría y muy viajeros desde años. 

Si algo me quedo claro al vivir en Alejandría desde hace dos años por razones laborales, es que son miradas distintas, las de conocer un país como turista donde todo luce exótico, romántico o perfecto según sea el caso& Y algo muy diferente es vivir la ciudad y el país con sus rutinas diarias y cotidianas&

Quien piensa en Egipto automáticamente le viene a la mente Cleopatra, Alejandro Magno, tierra de faraones! Pues cuando llegue aquí, poco y nada vi de estos personajes reflejados en ésta enorme ciudad de 7.000.000 millones de habitantes que es Alejandría.

La ciudad se extiende a lo largo del mediterráneo, mirando hacia Grecia, por así decirlo& Cuenta con pocas avenidas anchas para circular, muchas callecitas internas angostas y un tanto caóticas para desplazarse con vehículo por ella, lo que lleva que la mayoría circule por esas 3 o 4 avenidas, y en horario pico se puede demorar 2 hs. para hacer 12 a 15 km.

El pueblo Egipcio es básicamente comerciante de alma. Todo es una venta o un trueque para ellos, incluyendo los "favores".  Aquí la población está compuesta, más o menos , de un 90 % de musulmanes y un 10% restante Cristianos Coptos, una religión Cristiana nacida en Egipto que nada tiene que ver con la Católica Apostólica Romana, de la que hay muy pocas Iglesias y gente que la practique.

Muchas cosas me han llamado y siguen llamando la atención,  por ejemplo el horario de apertura comercial, ronda en general a partir de las 11 de la mañana. Para una bonaerense de una ciudad pequeña donde la vida inicia a las 8 horas& Los primeros días, me encontraba a contramano del resto;  como contrapartida se puede realizar compras de lo que uno quiera a las 2230 o 23 hs.

En general, la gente es cordial y amable, y uno se puede comunicar en ingles, prácticamente en todos lados, aunque más no sea con palabras básicas, que ayudadas con los gestos, se llega al objetivo buscado. De las cosas que más me cuesta aceptar, pues nunca me acostumbraré; es la suciedad y estado de sus calles, veredas casi inexistentes u obstruidas por montículos de residuos, de donde siempre saldrá un gato feliz de allí. 

Las normas civiles están enmarcadas en las religiosas, o sea el Islam, lo que hace que tengamos grandes diferencias en la mirada de la vida, rutinas y costumbres cotidianas. Por ejemplo aquí el hombre puede casarse con 4 mujeres, legalmente;  la mujer musulmana no debe mostrar su cabello en público y en lo posible cubrir su piel con ropa, pantalón o falda larga, y en la parte superior, el cuello cubierto y brazos mínimo hasta el codo.

Las extranjeras podemos circular con el cabello suelto sin mayores inconvenientes, pero respetando mostrar lo mínimo de "piel" posible, sobre todo para no incomodar y provocar una situación desagradable; esto una mujer turista no lo notará, ya que al venir en tour, generalmente grupal, no tendrá ningún inconveniente. 

Algo que me gusta y me dice lo lejos que estoy de "casa", son los parlantes de las mezquitas, o salas de oración cuando llaman 5 veces al día al rezo, o cuando escucho a los Imanes leer las oraciones del Corán, mientras voy caminando a buscar mi ropa al local del Sr. que la plancha; que ése si habla solo en árabe, pero nos entendemos con gestos, miradas y siempre una sonrisa.