A partir del arribo de Cambiemos a la Casa Rosada, la industria nacional ha sido la gran perdedora. La política económica abandonó la apuesta en el mercado interno y se orientó a un modelo de claro corte financiero anclado en los ingresos de capitales por la vía del endeudamiento. 

La salida "exitosa" del cepo significó una gran devaluación de la moneda y quita de retenciones que impactó en el bolsillo de las mayorías populares a través de un fortísimo aumento de precios

Asimismo los tarifazos en los servicios públicos y el retiro del estado en materia de regulaciones productivas y comerciales han contribuido a una inflación de entre el 40% a 45% para 2016.

Agravando esta tendencia, los salarios ascendieron en mucha menor cuantía provocando una pérdida de poder adquisitivo de entre el 10% y 15%

Pero además la apertura importadora de bienes de consumo ha afectado las ventas de miles de pymes a lo largo y ancho del país

El primer dato que demuestra cabalmente la situación de la industria y la contracción de mercado interno por pérdida de poder adquisitivo de la sociedad es que en los últimos 13 meses cayeron las ventas minoristas, siendo los rubros más afectados alimentos y bebidas, calzados, electrodomésticos y artículos electrónicos, materiales para la construcción y textil.

La industria alimenticia es un ejemplo que permite ver la pérdida de poder adquisitivo y que muestra la caída del consumo de bienes esenciales y no de lujo. Para el caso de la industria láctea- un bien de consumo de primera necesidad- la caída para el 2016 ha sido del 13,6% mientras que las carnes, tanto las rojas como la blanca muestran sendas caídas del 2,3% y 2,8% respectivamente. 

La misma suerte corre la industria metalmecánica. En el 2016 ha experimentado una caída del 7,8%. Junto con ello, la producción de acero se retrajo 17,4%, arrastrando con ella a la industria de metálicos básicos en general a una caída del 14,4%.  El reflejo de la evolución de esta rama muestra las actuales dificultades de la economía en su conjunto ya que sirve de insumo de otras ramas industriales.

La industria textil también ha sufrido la contracción del mercado interno. La caída en este sector en 2016 es de 21,5% para los hilados de algodón y del 10,1% para los tejidos. 

Finalmente la actividad del papel, cartón y editoriales y la del caucho y plástico también recorren un camino dificultoso. En estos sectores aunque las caídas son menores, oscilando entre el 1% y 5% según el rubro, acompañan el comportamiento de la industria en general con tendencias a la baja en el 2016. 

Pero esto derrotero de las industrias tiene asimismo su correlato en el empleo. La cantidad de trabajadores despedidos y suspendidos desde diciembre de 2015 y enero de 2017 son contundentes. En cuanto a despidos, considerando solo aquellos de empleos registrados, el número asciende a 89.635 y en cuanto a suspensiones 33.937.

En definitiva, un plan productivo en franco retroceso.