Indudablemente, después de la pandemia, la economía mundial cambiará para siempre, de hecho según el último informe del Banco Asiático de Desarrollo de Japón, el peor impacto de la pandemia en un siglo será de 4.1 trillones de dólares, es decir el 4,8 por ciento del PBI mundial.

Pero muchos países tuvieron que elegir entre priorizar la economía o la salud y las pruebas están a la vista, China después de una larga cuarentena logró levantarla y comenzar a trabajar lentamente en su economía aunque se espera que la demanda externa, es decir el comercio internacional se reduzca al 30 por ciento hasta el próximo otoño.

Por otro lado, la competencia estratégica entre Estados Unidos y China se ha fortalecido aún más principalmente por el papel de este último en la tecnología, comercio, ciberespacio, cambio climático y principalmente por la nueva ruta de la seda.

La nueva ruta de la seda es un corredor económico marítimo y territorial que une los cinco continentes a través de una serie de obras de infraestructura y convenios comerciales, éste es el punto que más molesta a la Administración Trump.

Muy astutamente, ante la presencia de la pandemia, China desplegó la nueva Ruta de la Seda Sanitaria, que conecta África, Asia, Europa y América Latina a través del envío de materiales médicos como test para detectar el Covid 19, barbijos, termómetros, respiradores y otros insumos.

Cabe destacar que esta ruta sanitaria no es nueva sino que ya en 2017 la Organización Mundial de la Salud realizó un foro denominado “Foro de la franja y la ruta para la cooperación sanitaria: hacia una ruta de la seda sanitaria” en Beijing.

Durante este foro la OMS acordó organizar una alianza estratégica con China para asistir a países vulnerables fortaleciendo la capacidad de respuesta para las emergencias, y a ofrecer servicios de salud esenciales a los países en crisis.

Según la OMS, la iniciativa de la Franja y la Ruta contiene lo fundamental para lograr la cobertura sanitaria universal: infraestructuras, acceso a medicamentos, recursos humanos y una plataforma para compartir experiencias y promover prácticas óptimas.

La Ruta de la Seda Sanitaria puede considerarse como una demostración gráfica de la capacidad de construir poder de China no solo desde lo estratégico sino desde la conducción de su propia política sanitaria en su país ya que priorizaron la salud y seguridad de su pueblo y ahora a través de esta ruta apoyan al menos a 89 naciones, aunque estipulan que sean muchas más.

La misma cubre África (especialmente Sudáfrica, Namibia y Kenia, con Alibaba anunciando que enviará ayuda a todas las naciones africanas); América Latina (Brasil, Argentina, Venezuela, Perú); el arco desde el este hasta el suroeste de Asia y finalmente Europa.

Los destinatarios clave en Europa incluyen Italia, Francia, España, Bélgica, los Países Bajos, Serbia y Polonia. Pero Italia, sobre todo, es un caso muy especial. La mayoría son donaciones. Algunos son comerciales, como millones de máscaras vendidas a Francia (y los Estados Unidos).

Argentina forma parte especifica de tal ruta y ya recibió el primer cargamento con insumos médicos enviados por China y se espera recibir otro con respiradores lo cual ayudaría a sobrellevar la situación del coronavirus en nuestro país.

*Lic. En Ciencia Política, especialista en Medio Oriente y Asia occidental
 Columnista en el programa Feas Sucias y Malas de Radio Grafica