Radiografía de la ficción argentina
Siempre existe el debate entre lo local y lo global, y la búsqueda de los temas universales. Puntos de vista de personajes que exponen conflictos reales y tienen compromisos políticos actuales
La tendencia
Cada país, región y cultura tiene su forma de expresarse artísticamente e ideológicamente mediante sus ficciones. La televisión, al igual que el cine, no es ajena a ello. En pleno auge de las plataformas y señales internacionales como HBO, TNT, Amazon y Netflix que multiplicaron su producción local y regional, los contenidos siguen buscando su mejor destino para llegar a las nuevas audiencias. La pelea estratégica de la televisión local clásica, encuentra en las temáticas poco abordadas, la llave para mostrar su firma. La clave está en los temas sociales de nuestro presente.
Neorealismo melodramático
Hay ciertos géneros que las ficciones televisivas argentinas han dejado de producir como el terror, policiales de acción, los thrillers, la ciencia ficción, o incluso las sitcoms (que solo seguimos viendo en repeticiones maratónicas). Pero el género más fiel de la pantalla chica sigue estando vivo, la serie melodramática prima hermana de la telenovela pasional da sus pasos con aciertos en relación a personajes y temas sociales que despiertan el interés de su público. El melodrama manda, y así como las latas turcas invaden pantallas, lo nacional quiere batallar con las mismas armas. En ambos casos siguen al pie de la letra los conceptos básicos del género, que a pesar de los cambios estructurarles y reclamos contra ciertas bases del sistema patriarcado, los modelos de galanes siguen estando en la misma frecuencia que los “príncipes” de antaño, y como tales siguen conquistando a ese segmento de público fiel de la tv clásica y neoclásica.
El cambio
Los formatos mutaron, no sólo en las plataformas y sus diversos tamaños de pantallas que afectan la atención, sino también por los requerimientos técnicos y de producción de contenidos tras la inteligencia de datos (las famosas 3V-volumen, velocidad y variedad de datos), y la implementación UX, y UI (experiencias de usuario y de interface). Pero el universo de medios que maneja estándares clásicos también intenta transformarse. Todo es más complejo, más inmediato y en constante cambio. Los formatos episódicos tiene otras duraciones, las tiras ya no son tiras, las miniseries son más mini, y las temporadas no cumplen las cantidades de capítulos como hace años atrás. Todo es más breve. Pero como marcamos anteriormente, la clave parece estar en las temáticas y los géneros que atravesarán los contenidos audiovisuales.
Más ficción, más realidad
El usuario/espectador es parte de los medios audiovisuales. Como marca Roberto Igarza, experto en convergencia, se puede decir que el espectador comparte y está adentro de ese universo transmedia propuesto por algunas producciones, y no hablamos del esquema de negocio ni de distribución, sino de la experiencia que transita el público. En nuestros días el espectador transita múltiples pantallas, interactúa, entiende de narrativa, sus ojos están más entrenados, su tiempo de atención es muy variable, su modo de consumo es otro. El espectador participa activamente en redes y campañas de marketing compartiendo y viviendo una experiencia que sale en múltiples pantallas. La posibilidad de ver un tema que se debate en distintos ámbitos de lo cotidiano, es una forma de evidenciar y acercarse desde la ficción a la realidad. Así es como la ficción participa y los espectadores lo festejan. Y no estamos hablando de la famosa frase “basado en hechos reales”, como ocurrió años anteriores con el auge de las biográficas, como las múltiples series sobre capos Narcos, o famosos como Sandro, o asesinos seriales como la familia Puccio (Historia de un Clan); ahora parece que las ficciones van en búsqueda de temas que resaltan varias capas de conflictos más sensibles en la opinión pública; basándose en no uno, sino en un conjunto de hechos que abarcan fuertes fenómenos sociales; y es allí donde se logra el punto de encuentro empático.
Las propuestas
En su momento fue el “Puntero” y “la Leona”, luego “100 días para Enamorarse”, el “Marginal I y II”, “Un gallo para Esculapio”, y la reciente “Campanas en la noche”, entre muchas otras, que son ejemplos de ficciones que contienen y abordan en sus tramas principales y sub-tramas temas que incumben a los ciudadanos y que están diariamente en la mesa de debate de los argentinos. Marginalidad, violencia, corrupción, femicidios, identidad de género, son algunas de las muestras que este neorrealismo melodramático argentino se anima a contar, con plumas maestras de autores que arriesgan y exponen miradas “más nuestras”.
El reflejo es nuestro
El director ejecutivo de contenidos de Netflix, Ted Sarandos, en su visita al país dijo: "A los argentinos les encanta el contenido local en Netflix". A pesar de sus afirmaciones, el público de la televisión clásica, se pasea por ambos universos de caja (la clásica y la más interactiva), y lo hace entre los conflictos universales y conflictos particulares. En este último caso, la tv clásica supo aprovechar ese cubículo vacío que dejaba la plataforma, y también fue honesto con las propuestas en base a sus esquemas de producción local (presupuestos menores). También es cierto que siempre se es parte a pesar de tener distintos enfoques, de tres temas universales. (Todo experto o creador lo sabe) los temas universales como: muerte, odio y amor, que disparan los motores narrativos del miedo, la venganza y la pasión. “Ya todo está escrito, los griegos lo hicieron todo” decía un profesor mío y tenía razón. Y esos mismos temas y conflictos perduran en nuestra humanidad, y que siempre lo destaco, es una gran obra de género tragedia. Por esto mismo, siempre existe esa necesidad o momento de quiebre donde una sociedad se ve reflejada en un espejo. Una búsqueda compleja y en la mayoría de las veces con respuestas duras también, pero con una imagen reflejada que es necesaria para entender nuestros demonios. Por más cajas inteligentes y menos cajas bobas, en la cuales nos miremos ficciones que nos hagan pensar y cuestionar nuestras realidades.
*Escribe Ramiro San Honorio. Escritor-Guionista-Realizador-ScriptDoctor. Especialista en Estructuras Narrativas y Nuevos Medios. Presidente del Consejo Interdisciplinario de Nuevas Tecnologías de Argentores. Responsable Académico de las carreras de Diseño Audiovisual y Multimedia de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).