En nuestro país desde hace ya mucho tiempo se ha establecido un régimen tributario y no un sistema tributario, pero ello se ha acentuado en los últimos trece años.  Puesto que hasta 2003 la presión tributaria era del 23% mientras que en los últimos meses la misma arribó al 46%, midiendo la presión total que no es ni más ni menos que la sumatoria de los tres estados nacional, provincial y municipal; para que se entienda mejor todo ello, podemos decir que por cada $100 que una persona gasta, $46 son impuestos.

También debemos decir que el actual gobierno empieza a tratar de enmendar esto hace ya unos meses aunque sin soluciones. Lo que hicieron hasta el momento es la eliminación de retenciones (que si bien no son parte explícita del sistema tributario en su origen, sí lo son por el monto que representaron en la recaudación nacional) y la primera eliminación y luego restauración del impuesto a los vehículos de alta gama en montos superiores a los $380.000.  Si tomáramos esta combinación estaríamos reduciendo la presión en el orden del 3-4% solo en algunos sectores; sobre el tema también puedo incluir que debería eliminarse un número de 30 a 34 impuestos de los 40 en total que posee nuestro país y que representan el 13% de la recaudación total. Entonces para decirlo más claro aún, en 5 impuestos se concentra el 87% de la recaudación total del país.

Tengamos en cuenta que la recaudación total de nuestro país se encuentra cercana a los $ 2.000.000.000.000 en el año 2016 contra un PBI a precios de mercado del orden de los $ 4.100.000.000.000, todos estos números generan en definitiva cuellos de botella en cuanto a los medios de producción y generación de empleo necesarios para el crecimiento de nuestro país y de producirse este tipo de efecto llevan en un plazo más cerca que lejano hacia la tendencia a la recesión con inflación que poseemos.

Para seguir con el camino expresado por la oposición -liderada por Sergio Massa y Margarita Stolbizer, a favor de la población- desde el Congreso Nacional cumpliendo la propuesta de campaña 2015 reduciendo el Impuesto a las Ganancias, debería mejorarse el IVA eliminando exenciones innecesarias y superfluas para la población y bajando su tasa actual del 21% puesto que el único que puede modificar impuestos por el art. 99 de la Constitución Nacional es el Congreso. 

En el orden de lo necesario en el aspecto tributario debemos ser racionales y previsibles para proveer a nuestra Nación de la seguridad jurídica necesaria y permitir que lleguen las inversiones tan necesarias para el crecimiento de nuestra economía y salir de una recesión inútil en este momento de la economía global.  

Si seguimos reencausando las cosas en este camino establecido hasta ahora sin menospreciar a los trabajadores -que son quienes más sufren los períodos de recesión e inflación como consecuencia de poseer ingresos fijos- estaremos todos dispuestos a realizar el esfuerzo que nos pidan, pero sí en cambio empiezan a establecerse puntos de contactos en los cuales no se incluyan a los trabajadores será necesaria la intervención que tenga que realizarse para explicarle a la gente cuales son las medidas que deciden y que todos tomen conocimiento de los efectos que ellas tendrán sobre su forma de vida.