Vida cotidiana y Covid-19: habitar la ciudad en tiempos de aislamiento
La valoración de los espacios internos ante el vaciamiento de las calles. Reconfiguración de hábitos y anhelos de sociabilidad
La pandemia por el nuevo coronavirus Covid-19 modificó el modo en que interactuamos con otros y la forma en la que nos relacionamos con nuestro espacio doméstico y con la ciudad en la que vivimos. Los usos de la calle y la vivienda se vieron reconfigurados y nuestros hábitos tuvieron que (re)adaptarse en tiempos de cuarentena.
A partir de los resultados de una encuesta online sobre “Vida cotidiana y Covid-19” que realizamos con el Grupo de Estudios Culturales y Urbanos del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la UBA propongo acercar algunas reflexiones sobre los cambios en los usos y valoraciones de los espacios públicos y privados durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) en la Región Metropolitana de Buenos Aires.
El confinamiento impactó en el vaciamiento de las calles como lugares de encuentro, sociabilidad y aglomeración. El espacio público se restringió a ser un mero espacio de tránsito y circulación en el que no se puede ni se debe permanecer, sólo apto para movilizarse rápidamente con el fin de hacer compras indispensables, asistir a personas en situación de riesgo o ir a trabajar en casos reglamentados como esenciales. La calle, en tanto lugar practicado, conflictivo y vivencial quedó reducida a su función básica de pasaje para llegar a otro lado. Así, la vida social en tanto experiencia urbana se detuvo y quedó suspendida. Tal como muestran los resultados de la encuesta, la sociabilidad es uno de los aspectos que más se anhela de la vida previa al aislamiento: el 88% de las 2878 personas encuestadas manifestó que extraña encontrarse con amigos, familiares y parejas, el 36% ir a bares, restaurantes y boliches, el 33% realizar deportes fuera de la vivienda y el 26% transitar libremente por la ciudad.
Ante la “desaparición del espacio público” surgen nuevas estrategias para recrearlo en el espacio virtual y en los espacios exteriores de la vivienda como los balcones, terrazas y ventanas a la calle, espacios que cobran nuevos sentidos y nuevas formas de habitarlos y experimentarlos. Así, los encuentros entre familiares y amigos comenzaron a ser mediados por dispositivos electrónicos para achicar las distancias afectivas: nueve de cada diez encuestados refirió realizar videollamadas como medio de comunicación.
El confinamiento también hizo posible el “descubrimiento” de espacios destinados al olvido o la decoración como los balcones, terrazas y patios. Estos lugares de la esfera privada se convirtieron en un espacio intersticial entre el espacio público y doméstico, un escenario de contacto con el afuera, de manifestación y de relación con los otros. Así, el 73% declaró haberlos usado para manifestarse en torno a cuestiones políticas o de actualidad y el 37% los utilizó para conversar con los vecinos del barrio. También fueron espacios que pasaron a ser reapropiados como lugares de esparcimiento: el 74% comenzó a desayunar, almorzar, merendar o cenar en el balcón o terraza de su vivienda y el 45% realizó actividad física en estos espacios exteriores.
Por último, un abanico de hábitos, actividades y sentidos construidos en torno a la vivienda, como el espacio privado, y su afuera como espacio público de encuentro con el otro se vieron reconfigurados. Actividades que usualmente llevamos a cabo por fuera de nuestro hogar como trabajar, ir al cine o hacer deportes comenzaron a realizarse en el espacio limitado de la vivienda. Así, el 57% de los encuestados aseguró dedicarle más tiempo que antes a trabajar desde su casa, el 59,5% mira más películas, series y/o televisión que antes y el 49% realiza actividad física dentro del hogar. En este sentido, la situación excepcional que estamos atravesando producto de la implementación del ASPO hace explícita la interrelación entre el espacio público y el espacio privado y refuerza la idea de considerarlos como espacios con límites difusos.
Informe completo en www.gecu.com.ar
*Socióloga y Doctora en Ciencias Sociales. Investigadora del CONICET con sede en el Instituto Gino Germani. Profesora de la Carrera de Sociología (FSOC-UBA). Twitter: @julimarcus78