Quirós, Acuña, Lousteau, Vidal o Jorge Macri: se calienta el juego por la sucesión porteña
Camino a la elección nacional, el jefe de Gobierno deja una silla vacía en territorio porteño, muy codiciada. Lousteau ya se lanzó, pero enfrente tiene una batería de posibles candidatos del Pro, ligados a la gestión. Los ministros de mayor visibilidad pican en punta, pero falta mucho.
“No lo descarto”, confesó esta semana el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, consultado durante una entrevista sobre su posible candidatura a jefe de Gobierno en 2023. En su entorno salieron enseguida a bajar el tono de esas declaraciones. “Muy tiradas de los pelos”, alegaron a Diagonales desde su entorno, preocupados por no desperfilar su rol de gestión, abocado a la pandemia. Lo que es, por cierto, uno de sus capitales políticos, que pesará y mucho, precisamente, cuando el Pro tenga que definir las listas para el próximo turno en la Ciudad. Su nombre es mencionado en todos y cada uno de los sondeos del Pro capitalino para definir el sucesor de Rodríguez Larreta, junto a los de la ministra de Educación, Soledad Acuña, y el ministro de Gobierno y ex intendente de Vicente López, Jorge Macri. “Y le da muy bien”, cuentan desde la sede de Parque Patricios.
Esos tres ministros son los que hoy pican en punta para la sucesión porteña. Quirós y Acuña por su alto perfil: ambos fueron las puntas de lanza de la política diferencial del Ejecutivo porteño respecto de la Rosada en la gestión de la pandemia, cada uno en su materia específica. Acuña, por caso, fue la portavoz de la consigna “abran las escuelas” que le anotó un triunfo claro a Rodríguez Larreta en los despachos de la Corte el año pasado. Un tema sobre el que el Pro vuelve recurrentemente, junto a la confrontación directa contra los sindicatos docentes. Todos atributos que bien podrían apuntalar una boleta más que competitiva en un distrito que responde a los distintos candidatos de la marca en cada elección desde 2007 hasta hoy.
El caso de Jorge Macri es distinto. Es un recién llegado, pero en su entorno dicen que su nueva impronta “cayó muy bien” en el cotidiano, algo que confirman también segundas líneas del Pro local. El ex intendente de Vicente López suele repetir que le encanta la gestión, por lo que aspira a un cargo ejecutivo, aunque a la par se muestra como armador y saca a relucir su capacidad de diálogo a ambos lados de la General Paz y a ambos lados de la grieta, lo que le suma puntos en un hipotético cargo de importancia a nivel nacional si JxC vuelve al poder el año que viene.
Pero de todo ese abanico prefiere la jefatura de gobierno, por más que aún no lo dice de forma explícita frente a los micrófonos. En su entorno ponderan su imagen de gestor (ya fue intendente durante dos períodos y medio) y también su apellido y parentesco con Mauricio. La Ciudad, junto a Córdoba, son los dos distritos donde el ex presidente conserva mayor fidelidad que imagen negativa, todo lo contrario de lo que le sucede en el conurbano. Por eso, Jorge Macri no deja de mostrarse junto a su primo y de señalar a quienes dentro del Pro cuestionan que conserve algún tipo de liderazgo. “Fue un error bajar el cuadro de Mauricio”, es una de sus frases de cabecera.
Cuando promediaba el cierre de listas de 2021, Jorge Macri tenía dos opciones: competir y pelear con Diego Santilli en la Provincia o hacer lo propio con María Eugenia Vidal en la Ciudad. Eligió la segunda, y por ahora no parece que se haya equivocado.
Desde que se cambió otra vez de distrito, Vidal empezó a desdibujarse. Es una entre 257 diputadas y diputados. Y además obtuvo un magro 38 por ciento en la interna de septiembre pasado, en la que perdió casi 15 puntos con López Murphy y la UCR. También es resistida por algunas segundas líneas del Pro local, a las que no les cayó bien su vuelta a territorio porteño luego de seis largos años, en los que florecieron otros dirigentes que ocuparon sus propios espacios y no quieren perderlos. Al contrario de Quirós y Acuña, dicen las malas lenguas de Parque Patricios, “las encuestas le dan muy mal”.
De todos modos es imposible descartarla y ya demostró que está dispuesta a seguir la táctica que elija Rodríguez Larreta, quien en última instancia puede ser quien termine de elegir a quién desea como sucesor, pese a que su lapicera no tenga todo el peso que supo tener la del propio Mauricio Macri en 2015. “En el Pro hay liderazgos diversos”, dijo el propio Jorge Macri esta semana en un mensaje claro al respecto.
Ya fuera del Pro, el que se largó y primereó a todos fue Martín Lousteau. Lo dijo hace un mes en Santa Fe y lo repitió la semana pasada en La Plata, siempre ante auditorios radicales: “Voy a ir por la jefatura de gobierno”.
Conociendo esa aspiración, Larreta decidió compartir un locro con él el 25 de mayo, gesto que confundió a algunos. El legislador porteño Juan Pablo Arenaza, del riñón de Patricia Bullrich, twitteó: "Me confunden las actitudes del jefe de gobierno y sus ganas de que @GugaLusto sea su sucesor". "Vamos a trabajar desde el PRO CABA para seguir gobernando esta ciudad", dijo. Hablaba por varios.
“A Guga el Pelado le dijo que podía jugar. Y él creyó que iba a ser”, describen desde Parque Patricios sobre una historia que tiene muchas idas y vueltas. La hipótesis que más juega a favor de Lousteau es la necesidad que tiene Larreta de aliarse a la UCR para su sueño presidencial, para el que cree necesita apoyos amplios. “Guga” liberó una silla radical para la presidencia y va a jugar en la sucesión. Pero falta mucho. “Se apresuró”, señalan sus detractores.