Liverpool derrotó 2-0 a Tottenham en la final de la Champions League y se quedó con el título que se le negó la pasada edición. Con goles de Mohamed Salah y Divock Origi, los de Jürgen Klopp se impusieron a el elenco dirigido por el argentino Mauricio Pochettino y lograron su sexta Liga de Europa.

En apenas 23 segundos, Moussa Sissoko tocó la pelota con la mano dentro del área y Damir Skomina, árbitro del encuentro, no dudó y cobró penal. El egipcio se hizo cargo y lo intercambió por gol. Revancha parta el hombre que se había retirado la final del año pasado ante el real Madrid por una lesión en el hombro.

Los Spurs fueron en búsqueda del empate, pero no pudieron doblegar a la defensa de Liverpool. El jugador más claro de londinenses fue Son, pero por momentos jugó solo.

Sobre el final del encuentro, estiraron la diferencia en el marcador a la salida de una pelota parada. Divock Origi encontró la pelota en el área y definió cruzado, imposible para Hugo Lloris.

No hubo tiempo para más y los Reds gritaron campeones por sexta vez en su historia. Por su parte, Tottenham, que por primera vez había llegado a una final, se quedó con un segundo puesto histórico en una competencia impresionante.