El 26 de junio del año pasado, Perú derrotaba por la última fecha del Grupo C de la Copa del Mundo a Australia y jugaba su último partido en la cita ecuménica ya que no logró avanzar a octavos de Final. Allí se daba por finalizado el primer ciclo de Ricardo Gareca como entrenador de Perú. Cuatro días más tarde, Francia eliminaba Argentina y marcaba el final de la crónica de una muerte anunciada del proceso como entrenador de Jorge Sampaoli, que terminó de marcar el mal momento deportivo y dirigencial del país.

Aunque la Federación Peruana de Fútbol insistía para que continúe en su cargo, el Tigre se tomó más de un mes para darle el sí y renovar su vínculo.  Ese tiempo, no solo para analizó el trabajo realizado luego de tres años, sino para escuchar alguna que otra oferta de trabajos, entre ellas, un llamado para hacerse cargo del conjunto albiceleste, pero la comunicación desde la Asociación del Fútbol Argentina jamás llegó.

Ya pasado un año de ese momento y con contrato hasta Perú hasta el Mundial de Qatar 2022, Gareca reconoce que nunca tuvo una oferta concreta para dirigir Argentina y manifiesta que el día de mañana, si no tiene contrato y compromiso con alguna institución, podría ser una meta dirigir la Selección. Además, confesó que es nuestro país a veces se instalan nombres de entrenadores sin saber si ellos tienen el convencimiento de hacerse cargo de un selectivo.

Esperaste un tiempo antes de darle el sí a Perú, quizás esperando una posibilidad de entrenar a la Selección Argentina. ¿Tenes miedo que no te vuelva a tocar la chance de estar entre los nombres para dirigir a tu país?

-No, miedo no. Yo no le tengo miedo a perder una chance de esas. Yo creo en dios y considero que tenemos un camino que muchas veces debemos ir manejando, porque tenemos la libertad de poder hacerlo y las cosas cuando se dan, se dan, pero cuando no se dan o no es para uno me enfocó en lo que tengo. Amo mi país, le deseo lo mejor en todo aspecto y a quien no le gustaría poder dirigirla, en el caso que uno quiera dirigirla.

En Argentina muchas veces se dan acontecimiento que desde lo periodístico o lo dirigencial se apunta a algún colega, pero que no quiere dirigir la selección o que manifiesta no estar preparado. Sin embargo, se insiste para convencerlo. Dirigir una selección es convencimiento, me parece que es importante tenerlo en cuenta, porque si no se tienen un convencimiento es difícil porque es diferentes a trabajar en un club.

¿Te llamaron?

-No, nunca me llamaron para dirigir la Selección Argentina y no recibí ningún ofrecimiento oficial.

¿Te gustaría?

-Argentina el día de mañana puede ser una de las metas, pero justo se tiene que quedar sin entrenador que quedar sin técnico y yo debería estar sin trabajo, ahí se puede dar. Es una coincidencia, y eso es complicado, dirigir una Selección es un punto de encuentro de las dos partes. Yo hora tengo un contrato y un compromiso con Perú, al cual voy a respetar.

¿Hoy como lo ves a nuestro país? ¿Y al equipo?

-Argentina es Argentina, como te podría explicar. Siempre sale. Lo viví de adentro, lo vivo de afuera. Es un país de futuro que siempre se reinventa de momentos complicados y difíciles, es tan rico que tenemos la particularidad de salir de cualquier situación, aun de las más complicada.

Futbolísticamente pasa lo mismo, somos un país que a pesar de los problemas que tenga, siempre sobran jugadores y de calidad. Hay que tratar de encontrar rumbo, pero esos es un todo: los dirigentes y los entrenadores deben tener en claro que es lo que quieren y deben enfocarse para eso.