Precios, salario y precariedad
El trabajo que creció fue el precarizado, mientras los salarios evolucionan por debajo de una inflación que no cesa
Hay dos planos de la economía: la economía periférica desregulada y otra, el impacto en el empleo. Comencemos por el final, Macri señaló que se redujo la pobreza y se generaron 600 mil puestos de trabajo ¿Es cierto esto? No, revisando los datos de la Secretaria de Trabajo y Empleo, se aprecia que a junio de 2018 se perdieron 32.000 puestos de trabajo. Ahora, vale la aclaración que los datos se obtuvieron de la flamante Secretaria de Trabajo y Empleo, que brinda la información sobre Trabajadores registrados según modalidad ocupacional principal (sin estacionalidad) para el total del país. Este total según ocupación principal se compone de: asalariados privados, asalariados públicos, asalariados de casas particulares, independientes autónomos, independientes monotributistas e independientes con monotributo social.
Desde que asumió la alianza Cambiemos, según el informe mensual de coyuntura de Trabajo del Departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación, el trabajo registrado total creció un 3% entre diciembre de 2015 y junio de 2018, motorizado principalmente por independientes con monotributo social en un 14% (tuvo un pico de 20% en febrero de 2018), independientes monotributistas en un 10%, asalariados de casas particulares un 9.65%, un 2% los asalariados públicos, un 0.6% los asalariados privados y decreció un -1% independientes autónomos. Queda claro que el empleo comenzó un proceso de precarización laboral ya que los dos primeros tipos están lejos de las condiciones laborales que tiene un asalariado privado, que apenas creció en el periodo.
En este contexto de precarización laboral la inflación genera una mayor erosión del salario. Dado que los sectores trabajadores organizan sus compras en grandes establecimientos, hay un fenómeno de pasar del supermercado al mayorista; pero aun así, los datos del supermercado siguen siendo un reflejo de la realidad y medida de termómetro social. Por ello, hemos tomado los datos del índice de precios de supermercados (IPS-CESO) que estima que para la cuarta semana de agosto hubo aumentos del 0,81% en relación a la semana anterior, y del 3,4% en promedio respecto al mes pasado. Los incrementos mensuales más destacables se registraron en los rubros Bolsas (+9,6%), Electricidad (8,7%), Protección Femenina (7,9%), Afeitado (7,7%), Paños (7,2%), Maquillaje (+6,2%), Bebés (+6,2%) y Kosher (5,9%). En cuanto a las bajas, las más importantes se registraron en los rubros Muebles de Interior (-0,8%) y Textil Hogar (-0,8%). En la comparación con agosto de 2017 el aumento de precios en los supermercados es del 31,2%.
Al considerar la canasta básica alimentaria (costo de vida para no ser indigente) en promedio para el mes de agosto, totalizó $ 3.037,26 para un adulto equivalente y $ 9.385,13 para una familia tipo de cuatro integrantes. Esto representa un aumento del 1,8% respecto al mes pasado y un 31,7% respecto a agosto de 2017. Entre las variaciones se destacan los aumentos de los precios de la yerba (+12,4%), sal fina (+20,1%), manzana (+10) y vinagre (+10,4%). Los constantes aumentos de precios en los servicios e insumos básicos acompañan los aumentos generalizados en supermercados. Ponderando las variaciones de precios según la canasta del INDEC, la inflación estimada para agosto alcanza 4,35%. Uno de los datos más altos del periodo de la Alianza Cambiemos (UCR-PRO).
Crece el empleo precario, crecen los precios, suben los servicios públicos pero el salario continua su evolución por debajo de la inflación y sus variaciones mensuales producto de una economía periférica desregulada ¿Alcanzaran los precios cuidados, en este contexto, para desacelerar el incremento de los precios?
*Economista (UBA)
Investigador FCE-UBA / CESO / C. C. de la Cooperación Floreal Gorini. Twitter: @mattosernesto