La resistencia ante el ajuste tiene varias caras y, a contracorriente de las políticas del Gobierno Nacional, en la Provincia de Buenos Aires (PBA) ha adoptado en muchos casos la de los municipios, que han prestado servicio y asistencia a la comunidad con innovadores esfuerzos para garantizar vivienda, ayuda económica, empleo, educación o salud. Ejemplo de ello, en las últimas horas uno de los más importantes distritos del territorio lanzó su propia “Tarjeta Alimentar” dedicada especialmente a los comedores. Alternativas en tiempos de crisis.

Es que en La Plata el intendente Julio Alak le dio paso a la flamante “Tarjeta Alimentar Platense”, una reedición local del popular programa de asistencia social nacido durante la gestión de Alberto Fernández y en pie todavía bajo la administración de Javier Milei. En el caso de la capital bonaerense, sin embargo, el plan tendrá el objetivo de fortalecer el presupuesto de los comedores y merenderos comunitarios con montos brindados por el Estado municipal a través del Banco Provincia para así robustecer la ayuda a las personas más vulnerables.

En detalle, la medida plantea otorgar entre $70 mil y $180 mil a cada uno de los establecimientos beneficiarios a través de una tarjeta que, al igual que en su versión nacional, solo podrá ser utilizada para la compra de alimentos con excepción de bebidas alcohólicas. Por su parte, las entidades que aspiren a recibir la ayuda deberán encontrarse inscriptos en el Registro Municipal de Comedores (REMUCOM) de La Plata y no podrán obtener otro programa de asistencia estatal en simultáneo.

Cabe destacar, además, que los establecimientos participantes tendrán que dar cuenta de forma mensual de los gastos a los que se dedicó el presupuesto a fines de mantener la “transparencia” y el “control preciso” de los recursos dispuestos por el municipio, que advirtió que la Tarjeta será “desactivada” si se detectan compras irregulares, ya sean “menores al monto asignado” o correspondientes a “artículos no permitidos”. De este modo, la gestión de Alak busca asegurar el correcto funcionamiento del programa para así redoblar la ayuda a aquellos que más lo necesitan.