"No es nuestra responsabilidad": La explicación del Gobierno por el faltante de gas
El secretario de Energía sostuvo que los recortes en el suministro se deben a "situaciones excepcionales" y Adorni lo atribuyó al aumento de la demanda por las bajas temperaturas
En medio de una situación insólito que obligó a estaciones de GNC e industrias a cerrar sus puertas este miércoles por recortes en el suministro de gas, el Gobierno sostuvo que el faltante de gas no es su responsabilidad. En cambio, culpó a la administración anterior y a las bajas temperaturas de mayo.
El secretario de Energía Eduardo Rodríguez Chirillo sostuvo que este otoño es el "más frío desde 1980, no pronosticado y con fuerte demanda" y que son estas “situaciones excepcionales” las complican el abastecimiento en todo el país.
A pesar de frenar la obra del Gasoducto Néstor Kirchner (GNK) apenas asumió Javier Milei, para el funcionario "no es responsabilidad de este Gobierno no contar con capacidad plena" en el GNK. "En el Gobierno anterior se negoció una reducción del gas importado justo para el invierno de este año. A fin de resolver esta situación nosotros, acordamos con la brasileña Petrobras una asistencia para agosto y septiembre, y así cubrir esa reducción de volúmenes de gas", argumentó.
“No es nuestra responsabilidad”, insistió Chirillo. Y añadió: "Debimos asumir una deuda que dejó el Gobierno anterior con Bolivia por US$ 244 millones por la importación de gas. Los intereses le costaron US$ 21,8 millones a todos los argentinos".
Sin embargo, el gas licuado que Enarsa ahora importó desde Brasil no pudo decargarse porque el Ejecutivo no documentó la transferencia de 22 millones de dólares.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, explicó que "hubo un problema con la carta de crédito, el viernes emitimos el pago y hubo un rechazo de parte de la empresa, tema que se terminó solucionando, y por eso a las 09.00 empezó la descarga del gas”.
De esta manera, el vocero presidencial aseguró que para esta noche el suministro estará normalizado. Al igual que el secretario de Energía, el portavoz argumentó que se trata “del invierno más crudo de los últimos 44 años” (aunque todavía es otoño) y que frente a las bajas temperaturas "la demanda aumentó cerca de un 55%, de 44 millones de metros cúbicos a cerca de 70 millones, lo que hace que haya habido problemas en la distribución, que no hubiese ocurrido si la carta hubiese procedido”.