La bola de nieve provocada por la repudiable visita de los diputados de La Libertad Avanza (LLA) a genocidas encarcelados continúa agigantándose y amenaza con atropellar a dirigentes oficialistas de primerísima línea nacional: tras el escándalo y mientras se dirime una posible fractura del bloque libertario en el Congreso, una de las legisladoras que se fotografió con el represor Alfredo Astiz y otros detenidos en Ezeiza reveló que la excursión al penal “tenía el ok de Patricia Bullrich”, ministra de Seguridad y figura del Gobierno Nacional.

Las declaraciones pertenecen a la diputada Rocío Bonacci, integrante del grupo de los siete referentes libertarios que mantuvieron un encuentro con genocidas de la última dictadura militar – reunión que, se rumorea, oculta como motivo la eventual presentación de un proyecto de ley para beneficiar con prisión domiciliaria a los represores. Sus palabras condenan con nombre y apellido no solo a algunas de las más importantes personalidades del Poder Ejecutivo, sino también a sus propios compañeros en la Cámara Baja.

“Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente, y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos. Fue todo muy irregular; de hecho, ingresé al pabellón consciente de que me iban a tantear los bolsillos, que me iban a pedir el teléfono y más datos, y no pasó”, expresó la legisladora; y delató: “Lo craneó Beltrán Benedit, supongo que con ayuda de Guillermo Montenegro. Y, parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, que esto tenía un ok de Patricia Bullrich”.

Tras ello, la diputada aclaró de inmediato que todavía “no charló con el bloque” esa versión, que incrimina directamente a nada menos que una de las mayores socias del presidente Javier Milei en el Gabinete. La información se suma a otros recientes trascendidos de la misma naturaleza, como el hecho de que también el titular de la Cámara Baja Martín Menem habría estado al tanto de la visita. Por su parte, el liberalismo por ahora hace oídos sordos, pero alrededor de la bancada ya se oyen los rumores sobre una futura fractura del espacio.

Entretanto, Bonacci admitió a Radio Mitre más detalles sobre la escandalosa actividad. “Yo comenté que no quería participar, que no iba a presentarme con los genocidas, que no iba a intercambiar información ni dialogar porque me repugnaba. Estaba descompuesta del estómago. Fueron horas desagradables. No me quedó otra que quedarme ahí, en un momento de la reunión pedí retirarme y me dijeron que esperara para salir todos juntos”, reveló la dirigente sobre el tiempo que pasó en la cárcel de Ezeiza con Astiz y otros condenados.